The Stanley Parable, la inteligencia hecha videojuego

Allá en el verano de 2011 salió un mod de Half Life 2 llamado The Stanley Parable. Lo petó. Lo petó mucho. Hace menos de un mes salió su remake, un juego ya hecho y derecho desarrollado sin prisas, con mimo y explotando las enormes posibilidades que ya demostró tener su primera versión. Y eh, que no está nada mal.

The Stanley Parable es lineal tal que así

The Stanley Parable es lineal tal que así

El juego nos habla de Stanley, un trabajador cuyo único objetivo de su jornada laboral es pulsar la tecla que se le aparece en el monitor del ordenador. Si aparece ‘R’, él pulsa ‘R’; si aparece ‘A’, él simplemente pulsará ‘A’; y así hasta que se va a casa. Todo cambia cuando un día dejan de aparecer órdenes por la pantalla. Se levanta de la silla de su oficina y sale afuera, al pasillo, momento justo en el que tanto nosotros como el narrador de la historia comenzamos a jugar. Sí, el narrador. Él también juega. Cada partida, que será breve pero con múltiples posibilidades, será un partido de tenis en el que habrá una curiosísima interacción entre el narrador de la historia y nosotros. Él nos relatará lo que suceda a cada paso, hablará con nosotros, filosofará, enloquecerá.

The Stanley Parable se basa en la idea de que una historia no puede ser contada si el jugador no quiere vivirla. Él te marca un camino y puedes seguirlo o no. Puedes hacer lo contrario que él te diga e incluso retarle, desafiarle. De eso trata el juego, de elegir. Conducido por la excelente narración de Kevan Brighting, The Stanley Parable tiene como objetivo sorprendernos aprovechando nuestra sumisión e inocencia como jugadores para hacerlo. Aunque sabemos que lo quiere hacer y estamos alerta tras un par de ocasiones, lo termina consiguiendo. Se ríe de nosotros, se ríe de su propia condición de juego y nos hace dudar. Esa es una de las piedras angulares del juego. Nos hace enfrentarnos a situaciones diferentes y muy curiosas, donde a veces la realidad y la ficción del videojuego se entremezclan tanto que, realmente, en ocasiones pasamos a ser Stanley y Stanley pasa a ser nosotros.

En esto se convierte una línea cualquiera del juego...

En esto se convierte una línea cualquiera del juego…

Y no solo eso. A menudo, cada camino que elijamos terminará con una fábula. Tiene cierta profundidad que nos hará replantearnos cosas más allá de los videojuegos, parándose a criticar ciertos aspectos del modo de vida actual como la ‘esclavitud’ al trabajo o la falta de empatía en la sociedad. Deja muchas veces, unas de forma más evidente que otras, su pincelada de reflexión pesada y llena de contenido a pesar de venir de un, aparentemente, inocente videojuego. Una de las grandes cosas que consigue The Stanley Parable es, a través de su inmensa jugabilidad en términos de interacción, no sesgar nuestra imaginación sobre qué podemos hacer o qué no.

Si bien en un shooter genérico sabes que un barril rojo explota si le disparas y que a un tío con turbante y pistola hay que matarlo, aquí las reglas parecen que no están del todo escritas. Su soberbio diseño te sorprende tanto que te preguntas hasta dónde llegan sus posibilidades y haces cosas que nunca harías en otro juego. ¿Y si me espero en esta habitación durante un rato se cabreará el narrador? ¿Y si contradigo todo lo que me dice y vuelvo atrás? ¿Y si me tiro al vacío? Es para mí el juego que más daño le haría cualquier spoiler, así que me estoy resistiendo mucho para no contaros algunas de las partes más increíbles del juego ni a poneros ningún gameplay.  Es tan único que contar cualquier parte de él hace que un fragmento de una experiencia difícilmente repetible se pierda. Puede que haya juegos mejores, pero no iguales.

... que comenzó siendo recta

… que comenzó siendo recta

En otro orden de cosas, en cuanto al apartado técnico y más concretamente en los gráficos, el juego es correcto y casi siempre homogéneo, aunque a veces encontramos algunas texturas con poca definición y modelos a los que no les vendría nada mal algo más de polígonos. No obstante, está desarrollado bajo el octogenario motor Source de Valve. Nunca despunta visualmente comparándolo con el nivel al que estamos acostumbrados, realmente porque tampoco lo necesita. No juega en esa liga ni le importa; juega a otro deporte que poco tiene que ver con este. En términos de sonido, la voz del narrador es excelente. Inmejorable. Actúa de forma fantástica en todos los registros distintos que usa en el juego. Aunque las voces sólo están disponibles en inglés, sí tiene la opción de poner subtítulos en español.

Personalmente, aunque se pudiera también poner las voces en español, las dejaría en inglés. Es tan bueno el trabajo hecho por Kevan Brighting y es tan característico su trabajo que muy probablemente se perdiera parte de la esencia del título en el proceso. Si eres de los que no han jugado nunca al mod y no repudias lo que no sea comercial, ataca. Cómpralo, porque como ya he dicho varias veces (y no me cansaré) es único. Si ya lo jugaste, y si es así sé que te gustó, compra esta nueva versión. Hace lo que un gran remake ha de hacer: mejora lo ya hecho y añade más de eso tan preciado que justificó crear una nueva versión. Nuevos gráficos, nuevas posibilidades. Poco más se puede pedir.

Y todo comienza desde aquí, un punto común.

Y todo comienza desde aquí, un punto común.

The Stanley Parable es un juego muy, muy especial, de esos por los que pagarías para olvidar y poder volverlos a disfrutar por primera vez. Durará tan solo algunas horas, pero son unas horas que no encontrarás en ningún otro juego. Incluso cuando creas que lo has acabado probablemente aún hayan posibilidades por descubrir, cosas que aún no has hecho. Es un juego hecho con detalles fantásticos y con una capacidad para sorprender al usuario como no había visto antes; aun cuando esperas lo inesperado, te sorprende. Que sin ningún alarde gráfico y con un presupuesto muy alejado de cualquier superproducción consiga una inmersión mayor que cualquier triple A dice mucho de lo bien que hace al apostar por hacer las cosas de forma diferente. Es en sí mismo la respuesta del  porqué los videojuegos son tan especiales y de su enorme potencial como medio artístico. En definitiva, el juego es sencillamente BRILLANTE. Tanto que te propongo una cosa. Yo me callo ya y tú lo compras. Ahora, tú decides. And Stanley was happy. [90]

  1. Espectacular, inteligentísimo, esquizofrénico, emocionante,… todas las palabras se quedan cortas para esta experiencia (no lo llamo juego porque NO es un juego) pero es algo que TODOS los que esperan de los videojuegos experiencias interactivas que innoven, deberían probar.

    Una locura totalmente adictiva, imprescindible. Va más allá del simple «disfrute» y te hace pensar más allá de él mismo.

    Probadlo… 🙂

    PD: Gran texto, tío!!!

    • Gracias, tío! 🙂

      Me alegra ver que a la gente le ha flipado tanto como a mí… y eso que ya venía del mod y sabía más o menos qué iba a ver (dentro de la sorpresa). Quien lo haya probado por primera vez… ¡Qué envidia!

  2. Realmente hace unas semanas vi un gameplay de la demo por parte de Nerd3 y me pareció precisamente todo lo contrario, aburridillo y con esa falta de chispa que hace a un juego especial. Pero después de lo que estoy leyendo…
    Maldita sea, voy a tener que darle una oportunidad a este juego y a lo que pueda transmitirme.

    • No es lo mismo ver gameplay que ser el que juega. El narrador TE HABLA a tí, al que juega, al que decide por dónde ir,… la cosa cambia DRASTICAMENTE porque te hace partícipe de ese bucle de inicio-opción-decisión-final-inicio-etc que acaba siendo delirante en ocasiones, y en otras tan astuto como inteligente en sus planteamientos… pruébalo, verás 🙂

    • Lo mismo te digo que Juantxi. Una de las razones de que me gusten tanto es que explota como ninguno la vertiente interactiva de los videojuegos.

      Y oye, tiene un 90 de media en Metacritic (Oh, wait…).

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