Análisis Hole in the Wall [Xbox 360]

Análisis Hole in the Wall para Kinect

Decir que la mayoría de juegos de Kinect (¿todos?) están destinados al juego social es una obviedad y decir que la mayoría de ellos no es que sean precisamente candidatos a juegos del año, es otra. Pero más o menos todos cumplen su función de diversión con mayor o menor éxito. Este Hole in the Wall que sale directamente para Xbox Live Arcade por 800 puntos no es una excepción a la hora de ponerse al lado de todos esos Kinect Adventures, Kinect Sports, etc, etc.

Hole in the Wall Kinect

Hole in the Wall es la representación en consola del famoso concurso televisivo Nōkabe nacido en Japón (como no) con gran éxito y luego copiado en muchos paises, pasando por Estados Unidos (Brain Wall) y como no España (El Muro Infernal – LaSexta), donde pasó sin pena ni gloria. Se enmarca dentro del tipico concurso de televisión «chorra», en el cual te toca mantener una posición en concreto con tu cuerpo que coincida con la única ranura por donde puedes pasar por una pared y así no caer a una piscina de agua, para mayor regocijo del público. Y esa es toda la mecánica del concurso… y del juego.

Y dijo Kinect: ¡Amantes de Humor amarillo, venid a mi!

Si en principio la temática ya es limitadita, al trasladarlo a la consola no os creáis que gana mucho. Sobre todo, porque se basa por completo en la captura de la posición de tu cuerpo… y falla más veces que una escopeta de feria en este título, complicando aún más el ya de por si difícil ejercicio de mantener durante algunos segundos determinadas figuras. Para saber si te estás colocando bien, el juego indicará tu silueta en verde, pero a veces estando bien colocado, sale en naranja o rojo indicandote que hay algo que falla o a veces sucede todo lo contrario: que teniendo todo el cuerpo de cualquier manera, te lo da por bueno.

Con este plan me he visto casi en posturas contorsionistas que me han dejado la espalda hecha trizas o incluso, haciendo trampas a Kinect con la ayuda de una segunda persona para pasar alguna puerta determinada… y hasta ahí llega la «diversión».

Porque siendo sinceros, a pesar de que te deje cometer hasta tres errores por tanda (en el concurso real no hay oportunidad, claro), a la media hora ya estás harto de hacer el gamba con este juego. Y no anima mucho más estar junto a gente en el salón aprovechando los modos cooperativos. Además, al primar la precisión en colocarte frente a la cámara, tampoco es que sea el típico juego en el que te lo pasas bien si estás un poco «pasado de copas».

Mira que hay concursos en televisión para recrear en videojuego… y mira que los hay recreados. Pero esto no deja de ser un intento más de intentar aprovechar Kinect sin ningún acierto, haciendo que ni siquiera los 800 puntos que cuesta merezcan la pena ser gastados. [4]

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