Crónica de una dibujante en la Comic-Con de San Diego

DIA 1
No sabes hasta que punto llevas el pueblo enraizado en el ADN hasta que te marcas un vuelo transoceánico. Cuando bajé del avión en San Diego, previa escala en Philadelphia, daba gracias sólo por no haberme perdido en el laberinto de controles de seguridad.

Es miércoles por la noche y llego tarde por los pelos a la Preview Night, de la que me contarían después que fue, como cada año, un fiestón. Y que durante todo el día fue fácil ver a las stars que traerían colas en los panels del día siguiente paseando o cenando en modo casual por el Gaslamp Quarter. Stars de series/ pelis como Juego de Tronos, Dexter, Crepúsculo… y stars del mundillo gamer.

La noche de San Diego

La noche de San Diego

Con 18 horas de vuelo a cuestas, yo me voy derecha al hotelazo on the Bay que me reservó la gente de DA. Jueves 13 por la mañana, me subo al shuttle que va del hotel hasta la Con, cámara y café de litro en mano. Por el camino, corto, ya se ve que la Comic Con no es un evento confinado al centro de convenciones. Taxis, farolas, autobuses, fachadas, exhiben orgullosos carteles y vinilos del evento, o publicidad de Wreck It Ralph, Frankenweenie, Defiance o Juego de Tronos. Me empieza a subir el hype y noto que la sensación de “estar lejos de casa” se transforma en la de “volver” Como tengo que esperar a que me den la acreditación, aprovecho para pasear por el Gaslamp con unos amigos inesperados que hice en el camino. Uno de ellos, dibujante, tenía un panel sobre el legado de Harvey Pekar. Un crack. Me adoptan y me enseñan el barrio, y no se ríen demasiado ni de mi acento ni de mi adicción a la nutella, ni de mi sospechosa necesidad de fotografiar azafatas.

Babes armadas hasta los dientes

Babes armadas hasta los dientes

A eso de las 11 estoy dentro del centro de convenciones con el hype desbordado y los ojos que se me salen de las órbitas. Entro por el extremo del Hall H, donde está el Artist’s Alley Y los stands de las desarrolladoras. Del Hall H al A hay, atentos, 460,000 pies cuadrados (que no se cuántos metros son, pero muchos)
Se supone que soy una “incoming comic artista” y debería estar al acecho de editores y contactos desde el minuto 1, pero aquello es demasiado espectacular, así que después de las presentaciones con el staff de DA y la gente de Womanthology que eran mis principales supporters allí, me pierdo por las tables del Artist’s Alley y observo que va a ser muy difícil probar la mitad de los juegos por las terroríficas colas. Todas las compañías, Capcom, Konami, Square, EA… ofrecían goodies si completabas el circuito de demos, que iban de chapas a DLC’s exclusivos, además de pósters, mochilitas o… balizas luminosas. Mi ambición era probar, en este orden, el DMC, el Assassin’s Creed III (que tenía cola hasta en el stand de las pre-orders), el nuevo Tomb Raider y el Resident Evil 6. Para la demo de este último había que conseguir un pase que se agotaba en la primera hora desde la apertura de puertas. Para el resto, cola: cuatro personas delante de ti significaban mínimo 45 minutos de espera.

Ambientazo en la Comic-Con 2012

Ambientazo en la Comic-Con 2012

No consigo ir a ninguno de los paneles del jueves, así que me pierdo el Spotlight sobre Becky Cloonan, el panel sobre Beyond: Two Souls, la presentación de Dexter, y un carro de conferencias que a título profesional me eran más que interesantes. Sí asisto en cambio al panel de Womanthology, una antología de cómic en la que participé, que ha batido récords en Kickstarter y levantado simpáticas polémicas. Me lían para una mini-entrevista en grupo (que espero que no se retransmita jamás) pero me escaqueo de subir al panel y me quedo entre el público de supporter, junto a los guerreros samoanos que acompañaban a otra de las dibujantes.

La Novia de Darth Vadder

La Novia de Darth Vadder

Antes del cierre, me cuelan en las firmas de Tomoaki Ayano y Yoshinori Ono, productores del Street Fighter, que estampan su firma en un póster bien chulo. Ya había escrito el nombre de Akihabara Blues en un papel por si podía pedir dedicatoria, pero no. Se celebra el 25o aniversario del juego (es la edad que parecen tener ellos) y aparte del carro de actividades y demos que presentan, flipo con lo vieja que soy. Me quedo con ganas de decirles: “yo aporreaba los botones de su recreativa señores!!” Termina el día con mucha emoción, y tras cena romántica con mi guionista y otra dibujante, me vuelvo al hotel perdiéndome la primera de varias fiestazas, ésta en el Marriott, y viendo colas y más colas de acampados para las presentaciones del día siguiente, especialmente Juego de Tronos.

Los creadores de Street Fighter x Tekken firmando pósters en la Comic-Con 2012

Los creadores de Street Fighter x Tekken firmando pósters en la Comic-Con 2012

DIA 2
Bajo del taxi (tenía que probarlos!) esta vez, con el enésimo café de litro en la mano, directa al Artist’s Alley. El dia empieza mejor imposible: mi editor y ahora amigo me ha conseguido un pase para la demo del Resident Evil, pero es para última hora de la tarde y tengo todo el día por delante.

Stand de Resident Evil en la Comic-Con 2012

Stand de Resident Evil en la Comic-Con 2012

El viernes es mi día y tengo una mesa reservada en el Alley para exponer mis dibujitos, así que después de montarla y dejar todo el material bien colocado, me voy pitando al stand de IDW a la sesión de firmas con las chicas de Womanthology. Tanto cromosoma X me da un poco de apuro, pero son tías de puta madre y la gente de IDW un verdadero encanto. Me siento temporalmente como una estrella, porque aunque yo soy una completa desconocida, resulta que mi trabajo no lo es tanto, y después de casi dos horas de recibir elogios y agradecimiento de gente que acababa de pagar 50$ por un tocho de libro, tengo el hype en la estratosfera y me siento la Reina del Mundo. Me vuelvo al Alley solo para que el anonimato me baje los humos. A cambio, conozco a más autores/as y paso un rato haciendo la fan-girl entre las otras mesas. Las tarjetas que consigo son de pura casualidad, porque constantemente olvido que estoy allí principalmente por trabajo. Pero eso parece hacerme más agradable a ojos de la gente y consigo contactos sin darme cuenta. Comer, café, entrevistas. Consigo ir al panel de Dave McKean por los pelos, al panel de Darksiders II -que no me emociona pero siempre mola ver los concepts y diseños del juego, más cuando el artífice es también dibujante de cómic- y al del 30o aniversario de Blade Runner.

A Stuffed Bunny in Doll Land, por Underanangel

A Stuffed Bunny in Doll Land, por Underanangel

Pero antes de éste último me escabullo para usar mi pase del Resident. Mi cara de “niña encuentra pony” despierta suspicacias entre los gamers masculinos de la cola que sospechan que me he confundido con el stand de Crepúsculo. Hasta que en mis 20 minutos me bato nivel y medio mientras ellos intentan averiguar como se usa el mando. Yeah. Ahora en serio, poco esperaba de esta franquicia ya, solo quería probarlo para contarlo después, y porque el pase es muy fardón. Pero, oh, oh! Por Dios. Veinte minutos de adrenalina pura a chorro en las venas. El juego corre de lujo en PS3, doble win para mi porque es mi plataforma. Yo que soy old school y recuerdo reiniciar partidas en el primer Resident solo por haber malgastado algún cartucho de munición que ya no iba a volver a aparecer, creo que algo de aquella magia se ha perdido en la saga. Claro que tampoco viene de ahora. Los zombies sueltan ítems al morir, y Leon reparte tales hóstias que si te quedas sin munición tampoco pasa nada. Pero oh-qué- tensión, qué claustrofobia, qué hordas de zombies inoportunas! Esas ventanas que estallan de repente anunciando jaleo me hacen temblar las rodillas de emoción. No decepciona en absoluto, palabra.

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Me dejo mordisquear por los zombies porque no me acuerdo de cómo se mezclan las hierbas y aprovecho para pasarme a Chris. Sólo me da tiempo a recibir. Salto de un tanque en un entorno bélico impreciso y me cuecen a tiros desde el minuto 1. Si pretendes hacerte una idea del entorno las llevas claras, es la guerra, literal. Rueda a un lado, rueda al otro, oculto tras una pared, disparando a lo bruto para despejar un poco la lluvia de proyectiles, y rezando para que los soldiers que me acompañan tengan más idea que yo sobre lo que hacen. No me da tiempo a ver si lo que estoy matando son zombies, rebeldes chiíes o mis vecinas del cuarto. Pero es burro, burro y cuando el tiempo se acaba llevo tanto hype en el cuerpo que creo que me va a dar un chungo si me quitan el mando.

Pase para jugar a Resident Evil 6 en la Comic-Con 2012

Pase para jugar a Resident Evil 6 en la Comic-Con 2012

Me voy a lo de Blade Runner como una fan-girl, y porque cualquier cosa que me cuenten sobre cómo consiguieron esos pedazo de efectos en aquellos días me interesa. Explican mucho de lo que ya sabíamos por los making off, y mucho más sobre sus vivencias personales y lo que significó la pelicula. Risas generalizadas cuando expresaron su súplica de que hubiera un reboot de la película. Todos asentimos. Al final, unos editores/escritores amigos de mi guionista intentan secuestrarnos para ir a Coronado, una islita preciosa frente a la bahía, tipo Tabarca, donde también mis amigos de Philadelphia querían llevarnos a comer pancakes.

Babes en la Comic-Con 2012

Babes en la Comic-Con 2012

Ella se deja. Yo decido que si me voy de fiesta con tanto hype terminaré en Tijuana (es fácil, 20min de tranvía desde la Con) y me vuelvo cautamente al hotel. Tienen un bar exagerado de auténtico, de los de las películas, y una terraza en la que me dejan fumar, así que invierto lo que queda de noche en la hamburguesa más brutalmente grande que me he metido entre pecho y espalda en la vida que tengo, en planificar el día siguiente, y en charrar con un dibujante español, también becado por DA al que acabo de conocer y que se acuerda de la escena de la vaca de la película Piraña cuando ve desaparecer la hamburguesa. ¿O fui yo? Es igual, lo menciono porque el tío era muy majo, colega gamer, y también colaborador ocasional de otro blog de videojuegos, MondoPíxel si no me falla la memoria.

Gollum y una Babe, La Bella y la Bestia

Gollum y una Babe, La Bella y la Bestia

DIA 3
Es sábado, mi último día y me caigo de la cama a las 6:30. Sólo tengo tres objetivos antes de que se acabe el día: la demo del DMC, los cuatro números de Saga, y comer pancakes.Me desayuno un brownie del tamaño de un estadio de baseball y otro de esos cafés americanos de litro a los que ya les he cogido el gusto, y me planto en la cola del DMC con cuatro personas jugando y cuatro en cola, lo que me cuesta casi dos horas de espera. Pero le tengo demasiadas ganas y vale la pena. Mientras espero me dan una mochilita del juego con ese “Face your demons” serigrafiado y pongo cara de pan para conseguir una de las balizas luminosas del Lost Planet 3… al que no voy a jugar. Viendo a la gente jugar, el nuevo Devil parece difícil de cojones y me emociono. El hype cosquillea.

Godie de Lost Planet 3

Godie de Lost Planet 3

No me doy cuenta hasta que cojo el mando de que se trata de una Xbox y me cago un poco en todo porque cada vez que aparece un “hold el-botón-que-sea” tengo que mirar al mando para averiguar cuál es, con la consiguiente recepción de colleja demoníaca. Pero, mando extraterrestre y todo, la jugabilidad es extrema, control super intuitivo y un carro de combinaciones que dan para hacer los combates bonitos, bonitos. El nuevo Dante es efectivamente… otro Dante. Pero en cierto modo sigue siendo el mismo: el chaval es un vacilón de cuidado y al igual que su antecesor tiene recursos de sobra para podérselo permitir. De emo-Dante nada, en serio. El chico tiene un carisma considerable, muy a la altura del primero, y se reserva cierta ternura para la muchachilla que lo acompaña. Sobre el entorno, visualmente es una pasada. Es fácil desorientarse en los decorados y hace falta tirar de cámara para averiguar por dónde continuar, así que ningún botón sobra. Pero lo tremendo es cuando el mapeado comienza a cambiar en tiempo real. Estas a punto de dar un salto y de repente la distancia cambia y el ángulo también, lo que inyecta dosis considerables de adrenalina a lo que ya de por si es trepidante, y te obliga a agilizar el uso de los controles.

Stand de DMC en la Comic-Con 2012

Stand de DMC en la Comic-Con 2012

El juego es rápido y bonito, pero contra lo que me pareció en un principio, no tan difícil. Te daban 20 minutos para probarlo o hasta que completaras un nivel, y yo en 15 minutos escasos estaba fuera para mi desgracia. El hype tampoco me subió tanto como yo esperaba, pero sí lo suficiente para asegurar la compra.
Además a la salida me vi sin querer en la cola para las firmas de, en esta ocasión, los productores Motohide Eshiro y Alex Jones, y el director Hideaki Itsuno (si no recuerdo mal). Así que más firmas chulas en otro póster guay. Mi único compromiso del dia es una hora que al final fueron dos, de firmas en la mesa de Womanthology en el Alley. A pesar de eso consigo perderme un buen número de paneles que prometían muchísimo tanto en el apartado profesional, como en el apartado gamer. Dentro de este último, los paneles de los propios DMC y Lost Planet, la proyección del Silent Hill Revelation 3D, el de Tomb Raider sobre la reinvención de un icono como ha sido Lara, y el de Unfinished Swan, por el que tenía curiosidad aunque más por lo artístico que por lo gamer.

Poster firmado por los productores de DMC

Poster firmado por los productores de DMC

Pero a estas alturas todavía no había recorrido el exhibition hall como toca, no conseguí los números de Saga hasta casi última hora y teniendo mucha ayuda y mucha suerte, y apenas me quedaba tiempo para pasar con mis nuevos amigos a los que, si vuelvo a ver, no será hasta dentro de mucho tiempo. Termino el día de cena con los amigos y ya que no puedo dormir porque tengo el vuelo temprano, aprovecho para despilfarrar unos pocos dólares en margaritas, asomarme a un Hooters, y disfrutar un poco del ambiente exageradamente festivo, guapo y callejero del Gaslamp Quarter. Comparas con la Barcelona post-ley cívica y te dan ganas de no volver. Pocas horas más tarde, ya en el aeropuerto, consigo hincarle el diente a unas pancakes y mi último café de litro, mientras hago repaso mental de todo lo que me llevo de esta experiencia. Es mucho, muchísimo, tanto profesionalmente como personalmente como el tocante a la afición. La conclusión es muy rápida: tengo que volver, cómo sea y cuanto antes. No sabes lo que es una convención hasta que has estado en la SDCC.

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