Cuando el libro se hizo juego: Tiempo para la verdad

Un asesinato, una familia desgarrada por el dolor, una ciudad por cuyas entrañas se mueven las sombras, un hombre importante que ha comprado su inocencia una y otra vez. La novela negra tiene la poderosa cualidad de conseguir que el lector termine atrapado entre sus historias y en los rincones de los ambientes que describe.

exposado-desde-arribaY este es el sistema que también está presente en Tiempo para la verdad.

En el pasado reciente, este género ha tenido un éxito rotundo y lo podemos ver reflejado en la enorme cantidad de títulos que han sido publicados y el gran número de nuevos autores como Stieg Larsson, Asa Larsson o Camilla Läckberg que hemos conocido. No obstante, no sólo los suecos han destacado en el que otrora fuera terreno de grandes autores como Edgar Allan Poe o Raymond Chandler entre otros.

La literatura italiana, a veces una gran desconocida frente a las maravillosas literaturas de otros países de Europa, también ha tenido su momento de gloria en la novela negra con Andrea Camilleri y las aventuras del comisario siciliano Montalbano. Sin embargo, Tiempo para la verdad es una novela alejada de lo convencional en cuanto a narrativa para adultos. Quizá muchos de vosotros recordéis ‘’Elige tu propia aventura’’ o ‘’El equipo tigre’’ —a muchos se os habrá también iluminado la cara al rememorar los divertidos momentos que os han dado estas colecciones—.

Para aquellos que nunca hayan tenido la oportunidad de leer alguno de estos libros, el aliciente añadido que tenían era que tú mismo podías Elegir tu Aventura, es decir, que mediante un sistema de opciones en los diferentes capítulos el lector avanzaba por un camino o por otro y existía la posibilidad de llegar a diferentes finales con la consiguiente ventaja de la relectura, como ocurre actualmente con la rejugabilidad de los videojuegos. Nosotros éramos la aventura misma, pues en nuestras manos estaba el destino final de los personajes y en nuestros diez u once años eso era lo más de lo más.

La historia es un relato cliché en sí mismo. Y esto es porque, a mi parecer, no se pretendía innovar con ella, sino atrapar a aquellos nostálgicos del sistema de elecciones de las aventuras y, a la vez, insertarlo en una novela para adultos sin importar que el relato nos reporte a las situaciones típicas del relato negro, homenajeando un género literario que siempre ha atraído a todo tipo de lectores.
Por otro lado, al sistema de elecciones se ha añadido una dificultad extra que consiste en que tienes que cerrar el caso a contrarreloj. ¿Cómo se consigue llevar esto a cabo en un libro-juego? Pues mediante el mecanismo de que por cada acción que realices se te van restando minutos de una cantidad que te ha sido dada al comienzo de la aventura. Si te quedas sin tiempo, pierdes la partida y tienes que volver a retomar la historia desde la última elección que tomaste antes de que te cerrasen el caso prematuramente. En cuanto a la localización de las opciones dentro de las páginas, creo que Suseya Ediciones debería mejorar la localización de las mismas, ya que a veces llegas a un punto muerto en la trama y es fácil de olvidar dónde estaba el capítulo en el que habías elegido seguir esa vía y tienes que pasar un tiempo considerable buscando dónde te habías quedado.

Tiempo para la verdad

En definitiva, me parece muy interesante el hecho de que se lleven a cabo iniciativas de este tipo desde el mundo editorial. No es sencillo crear una novela para adultos que además sea un libro-juego y que cumpla su función de entretener a un público. Tiempo para la verdad aprueba notablemente desde este punto de vista, es más, desde aquí os digo que es de esos libros que devoras de principio a fin casi sin respirar. En cuanto a la historia, habréis podido deducir que esta novela no descubre las Américas pero, ¿qué novela lo hace al pie de la letra?

Es inevitable que en la literatura se encuentren una, y otra, y otra vez, situaciones similares porque el escritor no puede evitar plasmar sus referentes y como ya he mencionado anteriormente, la función principal de la historia de esta obra no era ni mucho menos sorprender al lector sino sumergirle por completo en una trama policíaca en la que él no fuese el protagonista pero que sí actuase como el que maneja los hilos del destino de los personajes consiguiendo que el lector, ávido de palabras, de información y de deseos de concluir de forma exitosa el caso, no se despegue de las páginas del libro ni un sólo segundo.

El vallisoletano Samuel San José Serrano es el autor de Tiempo para la verdad. Periodista de profesión, se lanzó al mundo literario con Suseya Ediciones en el año 2014.

En cuanto a Suseya Ediciones, es una editorial independiente centrada en la publicación de libro-juegos. En total tiene tres colecciones: una dedicada a la novela negra, otra centrada en mundos distópicos y una tercera dedicada al género de terror. Otra cuestión interesante sobre la editorial es que consiguieron sacar adelante Tiempo para la verdad gracias al crowdfunding, sin el cual «el resurgir de los libros-juego no hubiese sido posible».

  1. Muy fan de la novela negra, no digamos del maravilloso cine negro con el que crecí. Hablo de los clásicos, aunque no le hago ascos a nada y menos a posibles conversiones a videojuegos. Ahí quedó el brutal Max Payne, por citar sólo uno.

    Absolutamente recomendables Chandler, Hammett, Highsmith… y Chester Himes, el siempre minusvalorado. Echadle un ojo a ‘Todos muertos’, una brutalidad, como las pelis de Shaft de los 70… ejem. 😉

    PD. No puedo dejar de mencionar ‘El crak’, peliculón español de los 80, con el enorme Alfredo Landa en el papel de Germán Areta, un detective privado. Hay una secuela también apreciable. Y mucha gente ni las conoce; luego flipan, con las pelis y con Landa.

  2. Interesante, justamente ahora estoy con Sorcery! en mi iPhone durante los ratos tontos de baño y semejantes. Es un gran luego literario de estructura parecida. Muy disfrutable sobretodo por la posibilidad de hacerlo por trozos.

    PD: Animo a la autora a repasarse los textos no por ortografía si no por estructura y contenido redundante. El texto es interesante y tiene potencial, pero se convierte en un poco caótico y redundante en varios momentos.

    un saludo! 🙂

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