Relato: Un día cualquiera en los eSports

La concentración impera, ningún contexto iba a detener a Joe de masacrar a su oponente en esta contienda mundial de League Of Legends. Muchas movidas, seguidas de estrategias previamente planeadas y cuidadosamente elegidas por un cuerpo técnico prosiguieron a destruir minuciosamente las piezas controladas por su rival.

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No obstante tanto enfoque en su hazaña le provoco una deshidratación aspera, por lo que alcanzó una botella de agua y bebió para inesperadamente gotear parcialmente su teclado.Joe preocupado bajó lentamente su mirada para verificar si su fusil no había sufrido daño alguno, pero esa pequeña ventana de desatención de apenas cinco segundos le provocó una adversidad de la que probablemente no llegaría a derrotar. Ya que su support no había llegado a tiempo a darle los bónuses mágicos a su ADC, por lo que fue avasallado mientras exploraba la jungla.

Los gritos del público se dividían en dos, unos abucheando el descuido realizado por Joe, mientras que otros gritaban de felicidad y vitoreaban –¡Jungle Wars! ¡Jungle Wars!– con tal estruendo que el Madison Square Garden parecía temblar levemente, desde afuera del inmueble podían notarse las luces verdosas y magentas con tonalidad neón, que al compás de los fuertes alaridos de la audiencia simulaba cualquier otro evento deportivo en Nueva York.

Sin embargo, su instinto de supervivencia digital lo llevó a esperar poco a poco a su contrincante para que los monstruos escondidos en la jungla lo tomaran por sorpresa y sus restantes Carries les infringieran el mayor daño posible en el menor número de tiempo, para organizar una retirada campante y huir antes de que aniquilaran las cuatro unidades que le restaban.

Su oponente, James, se sentía confiado ya que su victoria parecía estar decidida. Su arrogante actitud le concedió unos aires de grandeza tan elevados que su postura se iba descuidando progresivamente. Lo que Joe aprovechó eficazmente antes de que su rival llegara a su mismísimo nexo, las cuatro unidades que le restaban enjambraron a las debilitadas fuerzas del Rey Azul.

LEague of LEgends all stars

Los streams de apuestas se pusieron como locos, la mayoría de los telespectadores habían colocado su dinero a favor de James, todos encendieron sus ordenadores e intentaron inútilmente quitar su reto, mientras que otros subieron los niveles y apostaron todo a su revitalizado opositor. Todo el auditorio quedó estupefacto tras la genialidad que acababa de realizar Joe, tanto sus fanáticos como sus detractores no sabían que reacción llevar a cabo. Lo que había manufacturado Joe era de magnitudes estratosféricas, solamente un genio de verdad podía resultarle una estrategia tan osada como la que hizo.

Paulatinamente los bramidos de los concurrentes alzaban los decibeles, que avivaron la moral de Joe, mientras que fragmentaron el orgullo de James. Y con sus cuatro peones todavía vivos, Joe se lanzó con todo hacía el nexo de su adversario, y con una simple pulsación de su teclado, lo destruyó.

Esta era la quinta final de competencia en seis años para Joe desde que su sueño de convertirse en monarca absoluto de los eSports se había puesto en movimiento. Ya que su personal odisea inició cuando entrenaba sin parar a diario al frente de su modificado ordenador, con dos ventiladores añadidos, una memoria Ram de 20 gigabytes totales y un booster para su tarjeta gráfica Nvidia.

LoL Worlds 2013

“Lo que haces no es más que una pérdida de tiempo” le decía su padre siempre que le veía pegado a la computadora, “No eres mi hijo, mi propia sangre se pondría a trabajar para ayudar a su familia” le soltaba su madre cada vez que lo veía sumido en los videojuegos, “No llegarás a nada en la vida si sigues encerrado en tu cuarto ocho horas al día” le sermoneaba su director en la preparatoria.

Tras pulverizar el nexo de James, Joe se levantó de su cómoda afelpada silla de gamer y con un sentimiento de satisfacción absoluta levantó los brazos, como si fuera el mismísimo dueño del Olimpo. El sexto campeonato de los eSports edición Norteamérica era suyo, oficialmente era el mejor jugador de videojuegos del mundo.

Y con una hazaña de estas proporciones, conlleva un magnífico premio económico. Un total de cinco millones de dólares, donde el esfuerzo, constancia y dedicación terminan muy bien recompensados. Pero a Joe no le interesaba el dinero, ya que solamente recordaba lo dicho por sus seres queridos

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