Análisis de Mini Ninjas (versión PS3)

Mini Ninjas, aunque no lo parezca, es obra de los creadores de la saga Hitman, protagonizada por el súper agente calvo más popular desde Bruce Willis. Lo que tenemos hoy entre manos toma alguna referencia de las aventuras del agente 47, como las secuencias de infiltración, pero lo hace todo desde unas perspectiva orientada al público consolero más joven, lo que no quiere decir que un adulto no puede pasar un buen número de horas entretenido en el universo de estos ninjas en miniatura.

La historia nos sitúa en el papel de Hiro,ninja más torpe de este mundo de fantasía en el que unos malos malísimos están tomando a los animales y convirtiéndolos en guerreros que someten a los pueblos. Con un acabado gráfico similar al del cel-shading, bastante simple y plano en cuanto a texturas, colorido y variedad en los escenarios, iremos recorriendo las montañas y valles en busca de los ninjas vencidos y liberando a los animales secuestrados por el malvado Samurái diabólico y sus huestes malignas.

Mini Ninjas ofrece una fresca y entretenida mezcla de géneros. Es un juego en tercera persona en el que el combate tiene gran importancia, aderezado además por el uso de bastantes ítems y poderes mágicos, sin olvidarnos de que en cualquier momento de la aventura podemos tomar el papel de los ninjas que hayamos ido rescatando, cada uno con sus habilidades especiales y cuyo uso será imprescindible en determinadas misiones. Así el grandón Futo, con su maza revienta-cabezas, será básico para combatir contra los enemigos más grandes, mientras que la delicada Suzume puede encantar a múltiples enemigos a la vez con su flauta.

Entre los poderes mágicos podemos destacar uno que nos permite infiltrarnos dentro del cuerpo de cualquier animal, lo que será útil tanto para pasar desapercibido junto a los enemigos como para enfrentarnos a ellos si decidimos tomar el control de osos o jabalíes. Esto nos lleva también a hablar de la infiltración, presente en todo el juego, y que nos permite colarnos sin ser vistos en ciertos edificios o atravesar zonas que podrían ser peligrosas en combate ocultos entre las sombras, las hierbas o avanzando por las alturas.

Aunque la variedad que se plantea en las posibilidades de combate, con la posibilidad de elegir varios personajes con los que jugar, los múltiples hechizos, ítems y las posibilidades de infiltración, la realidad es que tanto por un sistema de elección de objetos algo engorroso y que nos permite disponer de muy pocos a mano de forma simultánea, como por el diseño y estructura de las misiones, que ofrecen muy poca variedad, el juego acaba siendo algo monótono, a lo que también ayuda un nivel de dificultad bastante justo, ideal para principiantes en esto de los marcianitos, y la poca variedad de enemigos a los que nos enfrentaremos.

Técnicamente destaca por la amplitud de los escenarios, que ofrecen bastantes posibilidades de exploración para recolectar todas las plantas y estatuas que nos ofrecerán bonus, y por algunos decorados, normalmente los poblados, que destacan por su realización. Sin embargo, tal y como hemos contado al principio, hay poca variedad y la paleta de colores es bastante limitada. Y algo que ha llamado negativamente mi atención es que durante el juego apenas se profundiza en la historia, ni a través de secuencias cinemáticas ni de ninguna otra forma. A lo que se suma la falta de sentido del humor que tan bien le habría venido a un juego de sus características, más teniendo en cuenta al público al que va dirigido.

Por último, señalaremos que no contiene opciones multijugador de ningún tipo. Su duración es más que aceptable para los tiempos que corren, puede durar unas 10 horas fácilmente, y no contiene ningún tipo de extra que pueda añadir horas a la experiencia de juego. En resumen, un título entretenido, muy simple en su concepto y presentación, y sin demasiadas pretensiones, dirigido a un público joven, y que pese a que no destaca en nada, cumple de forma notable en todos sus apartados. Es además un loable ejemplo de cómo mezclar distintos géneros y formas de jugar en un mismo título sin morir en el intento. Algo que muy pocos pueden decir.