Microanálisis de Rogue Warrior para PlayStation 3




Qué jodido tiene que ser para un estudio como Rebellion exista algo como Call of Duty Modern Warfare 2 que comparta fechas de lanzamiento con tu videojuego, Rogue Warrior. No hay comparativa posible en la que Rogue Warrior salga ganador… ¿O quizá sí?… Pues va a ser que no.

Ya, para empezar, la voz de Dick Marchenco, el mazas que protagoniza el juego y que representa que es el tio más duro del Ejército de Estados Unidos, parece sacada de una obra de Shakespeare: Pega 0. Eso no quita que se consiga un efecto colateral, entiendo que inesperado, que consiste en una locución híbrida, entre teatral-seria-fatalista, combinada con frases repletas de palabrotas que no vamos a reproducir ahora mismo por haber superado ampliamente el cupo en los AB Podcasts #1 y #2. El resultado es un pack totalmente inesperado, que sería hilarante si no fuera porque el que lo escupe es un tio de más de metro noventa que destripa a sus enemigos con un cuchillo jamonero (dramatización, el cuchillo no es jamonero, es de Supervivencia).


Así pues, controlamos a un Hamlet llamado Mick Kanchelskis, más cachas que Schwarzenegger en sus buenos tiempos (nueva dramatización) que decide enfrentarse a todos los Charlies de Korea cuando una patrulla se carga a sus dos acompañantes en una misión de infiltración. Alguno pensará que ésto también es una dramatización, pero no, el argumento es tal y como lo he contado.

Pros: El menú de inicio, con la animación de Jarkenko de fondo, queda brutal. El prota es de armas tomar, y a pesar de que los nombres de las armas, o al menos de la mayoría de ellas, son inventados – o se utiliza un arsenal completamente diferente al de Call of Duty: Modern Warfare 2, la representación de las mismas, incluyendo fx, efecto y gráfico, no está mal. Cuando consigues impactar en un enemigo – ojo, que no es fácil – verás como éstos responden al estilo Rag Doll. Además, los fatalities cuerpo a cuerpo dan el pego, son muy contundentes y bastante explícitos. Tiene opciones multijugador, lo que, a priori, serviría para que al menos Roswell le diera una oportunidad. Cosa que no pasará si no se salta el siguiente párrafo.

Contras: A nivel visual no aguanta el tipo generacional, no ya si lo comparamos con Modern Warfare 2, sino con cualquier juego con un mínimo de cara y ojos. Gráficamente me hace evocar a GoldenEye, bastante mejorado, lógicamente. La mecánica de juego es más simple que un chupete, así como el desarrollo argumental y los escenarios. Vamos, a su lado, el caótico guión de la última creación de Infinity Ward merece un Óscar, un Goya y un Teletubbie.


En definitiva, Duke Marchena Rogue Warrior es un juego que tan sólo te atraerá si eres un adicto a los shooters bélicos, si te mola todo el universo de los Boinas Verdes, las Operaciones Especiales y demás y ya te has ventilado Modern Warfare 2. Sólo en ese caso deberías acercarte a un título que, sorprendemente, está producido por Bethesda Softworks. No tan sorprendente es el hecho de que está desarrollado por los papás del inminente Alien Versus Predator, la gente de Rebellion. Que Dios nos pille confesados.

PD: Sí, ya sé que el prota se llama Dick Marcinko y que está basado en un tio real, sólo bromeaba.

  1. Un aplauso a estos valientes que no se asustaron con el hype del más grande shooter multijugador (con permiso del counter) de todos los tiempos.

    Si señor, con dos cojones.

  2. Pingback: De porqué Dragon Ball Raging Blast es compra obligada (si eres fan de la serie) | Akihabara Blues

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

11 + 4 =