Microanálisis de Zelda: Spirit Tracks para Nintendo DS




Zelda: Spirit Tracks reúne en un juego dos de las aficiones de los jugadores nipones: La franquicia Zelda y los trenes. El resultado es un título que respeta las bases de la popular serie de Nintendo pero que, a la vez, disfruta de un enfoque fresco que los aficionados agradecerán.

Visualmente es un calco de Zelda: Phantom Hourglass, con un estilo que mezcla la perspectiva isométrica tradicional con un diseño de personajes muy cel shading. A nivel jugable, tres cuartos de lo mismo, se controla sin utilizar ni la cruceta ni los botones, únicamente con el stylus y con la boca. Sí, porque el micrófono de Nintendo DS es la forma de usar diferentes armas o herramientas, como la flauta o un creador de huracanes. A nivel sonoro destaca la reintrepretación del tema central de Zelda, inspirado por los trenes del juego.

Spirit Tracks presenta un mundo en el que todo está conectado por vías de tren. El malvado de turno las ha hecho desaparecer, junto al cuerpo de la princesa Zelda. Controlando a Link, convertido a un experto maquinista, y al espíritu de Zelda deberemos liberar las vías a medida que superamos las mazmorras a las que nos tiene acostumbrado la serie. La principal diferencia estriba en cómo llegaremos a esas mazmorras: Usando el tren.

Zelda: Spirit Tracks es un muy buen Zelda, adictivo, intrigante, interesante y repleto de detalles capaces de enganchar a todos los aficionados al género. ¿Alguna pega? Por mi parte, ninguna: La fórmula sigue teniendo el mismo tirón que siempre. Sin duda, una muy buena forma de matar la espera hasta el hypeadísimo Zelda que saldrá ¿Estas Navidades? para Wii.

PD: Zelda: Spirit Tracks está traducido al castellano de forma magistral, aunque la licencia de localizar los nombres de los personajes secundarios chirriará a alguno.

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