Análisis de PES 2011 para PS2




Hace unos días analicé FIFA 11 para Xbox 360. Un señor juego de fútbol. La evolución de un nuevo rico, con mucha planta y modales burgueses. Pero le falta algo. Le sigue faltando algo. Algo que no se compra con dinero, con decenas de animadores y grafistas. Le falta pedigrí, clase, alcurnia, algo que al juego que me dispongo a analizar le sobra. Y es que ahora tengo la suerte de poder criticar a PES 2011 para PS2. Sí, criticar, no piropear sin concesiones. Vaya por delante que siempre he defendido la fórmula PES en la PlayStation 2, que no os lleve a engaño la nota que aparece en el banner que corona este texto. Un 7 es un notable, sí, pero entiendo que a alguno le parezca baja. A mi el primero. Pero mi conciencia no se puede quedar tranquila si le otorgo más que un notable a un juego que, licencia de la Champions aparte, es un calco del que llevaba 4 años sin sacar de mi consola.


Atención a las jugaditas que se marcan Villa y Ozil

Realmente, a nivel jugable la cosa no tenía mucha mejora. O mejor dicho ninguna. Y a nivel técnico, parece que tampoco, al menos en una PS2. O quizá es que Konami no tiene a bien el invertir más de la cuenta en una versión destinada, ¿Este año sí? a ser minoritaria. Aún habría que agradecerle que se atreva a lanzar en un formato que algunos consideran ya prehistórico, aunque mucho tiene que ver el hecho de que sigue quedando una vieja guardia que devora estos PES.

Y es que, a pesar de todo, PES 2011 para PS2 sigue siendo lo mejor que se puede jugar hoy en día en cuanto a títulos de fútbol. Pocas cosas pueden compararse a una sesión 2 vs 2 hasta las tantas de la noche de un día cualquiera por obra y gracia del multitap. Sí, porque hubo una era, no hace mucho, en la que las consolas no aceptaban 4 mandos de serie y había que comprarse un adaptador que, por cierto, costaba un ojo de la cara. Pero bueno, esa es otra historia. La que os quiero contar es que si os gusta el fútbol no os olvidéis de PES para PS2. Sigue saliendo cada año y si, como yo, llevas años sin actualizarlo, que sepas que no ha cambiado mucho. Y eso, aunque por una parte me reconforta, por otra me hace entender aunque sea un poquito a Seabass. Qué frustrante debe ser para el pintor seguir pintando cuando sabe que ya ha creado su obra maestra.

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