Me encantan los llamados juegos de nicho. Al fin y al cabo no hace tantos años que en mi entorno todos los juegos eran de nicho y ahora, sin embargo, puedes ir por la calle explicando que juegas a algo llamado Earth Defense Force 4.1: The Shadow of New Despair y… bueno, mejor no lo hagáis, alguien podría no entenderlo.
El número de fans de la saga EDF de Sandlot se podrá contar con los dedos de una mano en algunas regiones, estamos ante una de esas desarrolladoras terriblemente fieles a un estilo y unos principios, quizás demasiado opinarán algunos. Desde que apareciera el primer Earth Defense Force (The Chikyuu Boueigun en Japón) hace 13 años como parte del recopilatorio Simple 2000 series publicado por la editora japonesa D3 Publisher (editora con la que siguen a día de hoy) no ha cambiado demasiado en la saga de las hormigas gigantes invasoras de mundos.
Mitad control de plagas, mitad entidad militar, la EDF tendrá la tarea una vez más de acabar con una invasión alienígena destruye nuestro planeta ciudad tras ciudad haciendo uso de uno de los miedos más antiguos del hombre, las arañas de 20 metros (entre otras aberraciones). Desde kaijus de medio kilómetro de altura, hasta naves tan grandes que no sabría medir ni usando campos de fútbol, tendremos que abatir a todo tipo de invasores haciendo uso de un buen arsenal de armas láser, explosivos, tanques araña (porque el fuego se combate mejor con fuego robot), ataques aéreos que asolan más ciudad de la que salvan y sí, mechas gigantes.
Cuando decía que poco ha cambiado en la historia de EDF no era una forma de hablar. Vale, Earth Defense Force 4.1: The Shadow of New Despair es el juego más grande que haya visto la franquicia, la potencia de PS4 permite albergar cientos de enemigos gigantes en pantalla que se suman a todo tipo de explosiones y efectos de todo tipo en unos 1080p y unos 60fps (no todo lo estables que nos gustaría) muy de agradecer, pero las sencillez de su planteamiento y la robustez de sus formas no han variado nada en más de una década.
La misión principal en cada una de sus numerosas pantallas sigue siendo exterminar plagas de bichos, robots y otros invitados de honor con artillería pesada que iremos consiguiendo en el único loot que existe en el juego, unas cajas de armas que sueltan los enemigos al morir. Hay cuatro clases bien diferenciadas que cambian totalmente la forma de aproximarse a los combates, pues no es lo mismo llevar a la anime girl que vuelva por el escenario que al soldado pesado que camina a unos 3mph.
Llegar por error a hacerse con este EDF para PS4 puede acabar en blasfemias en voz alta al comprobar que su fealdad estética no parece propia de la generación que ha visto nacer a The Order: 1886, comprender que el juego de Sandlot se ve apenas un poco mejor que el juego que remasteriza (Earth Defense Force 2025 de PS3 y Xbox 360) puede ser un proceso traumático para muchos. De hecho si tuviera que buscar una antítesis de este matabichos sería sin duda la última obra de Ready at Dawn. Mientras que uno alcanza la excelencia gráfica sacrificando cualquier resquicio de diversión o libertad, la opción nipona nos sueltan en una caja de arena lleva de bichos y nos da una pistola de agua rellena de napalm para que juguemos. Diversión contra potencia, el eterno dilema.
Por otro lado vergonzoso me parece que tengamos continuamente grandes AAA con millonadas detrás en producción y publicidad que llegan a ponerse a la venta con sus funciones multijugador mutiladas o directamente disfuncionales cuando veo obras de la categoría de EDF con un multijugador cooperativo de quitarse el sombrero. Hasta 4 jugadores pueden juntarse y escoger una de las 4 clases del juego para completar en compañía los más de 100 pantallas distintas de la campaña. Porque mejor que un mecha gigante son cuatro mechas gigantes, aquí y en la China Popular. Ojo, también hay un modo versus para 2 jugadores que usa es opción arcaica y cada vez menos popular que es la gloriosa pantalla partida (opción que también está disponible para afrontar la campaña con un amigo en la misma consola).
Si aprendemos a valorar EDF por lo que es y no por lo que debería ser según los estándares que nos imponemos nosotros mismos podremos darnos cuenta de que Earth Defense Force 4.1 es una vorágine de destrucción y despendole de Serie Z con muchas horas de juego por delante. No, no tiene físicas realistas (ni físicas apenas funcionales), el motor de colisiones brilla por su ausencia, las texturas ni están ni se las espera, los efectos de sonido posiblemente te provoquen algún episodio de esquizofrenia leve, pero con todo y con eso Earth Defense Force 4.1 sigue fiel a lo que siempre ha sido, evolucionando lo justo para justificar una nueva compra por parte de quienes ya lo aceptaron en sus corazones amantes del cartón-piedra y del monstruo de felpa. [70]