Hace unos días, mi compañero Sergio os trajo un análisis de Pokémon Rojo y Azul, que como sabréis nos llegó a través de la eShop de la 3DS para su consola virtual y nos permitió retroceder 20 años para disfrutar de uno de los clásicos de nuestra infancia.
Yo, durante estos días, también me he dedicado a recordar mis pinitos con el juego, escogiendo la que para mí es y será la versión más completa, y más difícil, de todas: Pokémon Amarillo. Una de las principales diferencias que nos encontrábamos, y que nos volvemos a encontrar ahora, con respecto a las otras dos ediciones de esta primera generación, era la imposibilidad de escoger entre los tres pokémon habituales, obligándonos, por defecto, a escoger a Pikachu, algo con sentido ya que, seguro que la mayoría de nosotros escogíamos esta edición para sentirnos los protagonistas del anime portando a nuestro propio Pikachu y comprobando como evolucionaba nuestra relación con nuestro amigo gracias a una simpática animación.
Sin embargo, camuflada en esta imposición había una pequeña característica no comentada por muchos, y era que Pokémon Amarillo era, de lejos, el más difícil en sus primeras horas, teniendo que capturar y farmear experiencia como locos si queríamos tener alguna posibilidad para derrotar a Brock en nuestro primer duelo de gimnasio, haciéndonos perder un buen puñado de minutos, incluso horas, entre las hierbas cercanas a cualquier ciudad para ir subiendo de nivel los pokémon que nos encontrábamos en estas áreas, ya fueran Pidgey, Nidoran, Mankey o el que os pueda venir a la mente.
Por suerte, la cosa cambiaba ya que, con el paso de las horas de juego este se iba haciendo más fácil, permitiéndonos, de hecho, completar uno de los equipos más potentes de todos los juegos, teniendo la posibilidad de conseguir a los tres Pokémon iniciales, en un escaso nivel 10, de las otras dos entregas: Chalmander, Bulbasur y el siempre gracioso Squirtle.
La verdad es que poco os puedo decir que no lo haya hecho ya mi compañero, ya que Pokémon es uno de los juegos favoritos de mi infancia, al que he dedicado cientos de horas y al que, dedicaré, seguramente, otros cientos a lo largo del resto de mi vida. Para mí está primera generación era única, encontrando el equilibrio perfecto entre los Pokémon que podemos coleccionar con una facilidad en cuanto a mecánicas de juego para los jugadores. Para mí, esta magia, se fue perdiendo poco a poco con el tiempo, empatizando mucho menos con los Pokémon a medida que los 150 se convirtieron en muchos, pero que muchos más Pokémon.
De hecho, es que tampoco planeo extenderme demasiado en el análisis, el juego es el que es, un clásico, un 10 en la historia de Nintendo, un título que a estas alturas conocemos todos y del que no me hace falta hablaros. Sin embargo, sí que quiero, antes de dar carpetazo a la crítica más rápida de la historia de AKB, comentar lo que me ha gustado y lo que no de la decisión de Nintendo de traer el juego a la 3DS.
Pese a lo que pudiera parecer, sí estoy más que conforme con el precio y es que, los 10 euros que cuestan me parecen un chollo si los comparamos con las horas de diversión y con la posibilidad de disfrutar de este clásico sin dejarnos los ojos como lo hacíamos en los tiempos de Game Boy, sobre todo de la normal.
Lo que no me ha gustado tanto es que Nintendo no se haya estirado un poco y haya incluido algún extra, algo, alguna cosa que me haga, sinceramente, la vida más fácil en el juego. Ya he disfrutado muchas veces de Pokémon y, desde luego, hubiera agradecido un acelerador de tiempo para moverme por los lugares, por ejemplo, algo que haría mucho menos pesado el título en algunos momentos y que han incluido otras versiones actualizadas de algunas sagas como Final Fantasy VII en su versión para PS4.
En resumen, que, si os gustaba Pokémon, no dudéis en pasar por caja para volver a disfrutar del título. Os va a divertir tanto o más que el primer día y por 10 euros merece, y mucho, la pena. Ahora bien, Nintendo, para otra vez añade alguna función extra o detalle para tus jugadores, estoy seguro de que te lo agradeceremos, y mucho.[85]