Ever Forward, los recuerdos a los ojos de una niña

Hace apenas unos años, la gente de Pathea nos sorprendió a propios y extraños con un título de granjas con personalidad propia: My Time at Portia. El juego que hoy nos ocupa, Ever Forward, se aleja completamente de ese género pero manteniendo un elemento con el cual ya jugaba su predecesor. Aquí jugamos en el apocalipsis.

Ever Forward

Una niña, una historia

Desde el prisma de los ojos de Maya, nuestra protagonista, iniciamos la aventura encontrándonos desorientados en una playa sin ningún contexto. No sabemos nada de lo que ocurre, pero los indicadores visuales son muy claros y el objetivo se marca en el horizonte: donde los sedimentos de la orilla dejan paso a la tierra quemada, las briznas desaparezcan para mostrarnos la decadencia de lo imposible, ahí será donde nos dirigimos.

Siempre hacia delante, una vez pongamos un pie en estos terrenos, más cercanos a un error dentro del mundo que a una formación destructiva, apareceremos en el otro lado. Un mundo cibernético, pulido, que contendrá la acción en forma de puzles a los que nos enfrentaremos para ir desvelando la historia. Cada puzle es un fragmento de nuestra memoria, una reminiscencia de nuestra madre y nosotros y de como era nuestro día a día. Recuerdos que nos ayudarán a comprender mejor como hemos llegado hasta aquí.

Escena del juego

Recuerdos

La forma de contar la historia es algo que se agradece dentro de Ever Forward. No es algo directo, pero tampoco onírico ni abierto a interpretación. Es como un plato de comida casera hecho por tu madre, agradable al paladar y directo a nuestro estomago: sabemos que nos esperamos conforme veamos avanzar un poco la trama y veamos que hay más allá de los muros de nuestra casa.

Pronto el mundo que tenemos a nuestro alrededor comenzará a destaparse como lo que es. El apocalipsis es un tema clave dentro del juego por un motivo que no desvelaré para evitar destripes, pero todo tiene significado dentro del juego. Y esa es la mayor baza del juego, una trama que nos lleva de la mano el tiempo suficiente para no mirar por las rendijas de un juego que, en cuanto a diseño, deja que desear.

Puzle

Un mundo al que se le ven las costuras

Si miramos más allá del storytellingEver Forward comienza a mostrar los problemas, comenzando por lo jugable y acabando en una de las formas de transición más abruptas que jamás he visto. Cuando comenzamos a movernos y avanzamos por los puzles, en su inicio no nos parecerán nada extraordinario. Deberemos coger un cubo de alguna parte del escenario acotado y llevarlo a la meta sin que nos capten las cámaras. Eso se logra mediante la activación de mecanismos que modifiquen el terreno, lanzar los cubos para atraer la atención o saber aprovechar los saltos.

Sin embargo, a medida que se avance en el juego, llegaremos a un punto en el que las soluciones no serán solamente poco intuitivas o enrevesados, sino que precisarán de una perfección y coordinación para la cual los controles del juego no están hechos. Se convertirán entonces no en un desafío sino en un tedio insoportable. Por suerte, solo pasa con los últimos compases del juego y es algo que, con paciencia, puede salvarse, pero no me sorprendería encontrar gente que deje el juego ante tal perspectiva.

Mundo

¿Pero qué…?

Y cuando hablaba de las transiciones no exageraba. Esto merecería más que un apartado dentro del análisis un vídeo mostrándolo porque, en términos más coloquiales, me han dejado loquísimo. Lo que ocurre en la transición entre ambas dualidades, ambos espacios dentro de Ever Forward, puede tener coherencia con respecto a la historia, pero es algo tan bizarro de experimentar que no se por donde empezar.

Una vez llegar a esas zonas donde accedemos a los puzles, la pantalla comenzará a vibrar. Ese traqueteo nos indica que, efectivamente, estamos en el sitio correcto y vamos a cambiar de mundo. Sin embargo, tendrás que buscar el punto dentro del sitio donde se activa este cambio mientras la pantalla vibra para que, al encontrarlo, se cambie el plano sin ningún tipo de transición, a pelo.

Casa

Para finalizar

La música, por desgracia, pasa completamente de tapadillo sin pena ni gloria. El doblaje, refiriéndome al inglés, sufre de un síndrome similar: no desentona, pero no destaca en nada. Por fortuna, el apartado gráfico si que saca un poco de pecho al mostrarnos entornos tridimensionales coloristas y agradables, con pocos errores gráficos que puedan enturbiar la experiencia.

Para resumir, Ever Forward nos muestra un trasfondo interesante sobre una familia monoparental con un apocalipsis acechando, un viaje para recordar que ha pasado y donde nos encontramos, con un giro final que, si bien no sorprende especialmente, es interesante y aporta a un conjunto final para redondear un producto entretenido y recomendable. Se ve la ambición al producto y las intenciones de Pathea, pero pese a todo, Ever Forward no termina de quedar grabado en mi memoria. Así pues, solo me queda hacer una cosa: darle nota al juego. [70]

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