Análisis de Tropico 3 para PC




No sé si debo contar las sensaciones que me llenan los pulmones cada vez que inhalo de mi flamante puro, llenando la habitación de este maravilloso aroma que algún día acabará conmigo, o lo que siento al manejar con mis hilos a mis queridos vasallos bananeros, que tanto confían en su excelencia, pero como me han dado el Tropico 3 y no un par de puros, supongo que tendré que hablar del juego, algo así como contar de que va, lo que me ha gustado, y ese tipo de cosas que debería interesaros, como que el juego es gracioso de co… es muy divertido, o que puedes desviar fondos para engordar tu cuenta secreta en Suiza, pero vamos, que os lo cuento como un profesional, con palabras bonitas, mentiras, poco orden, y sólo lo que a mi me ha llamado la atención.

La primera sensación que recibes es al arrancar el juego, que te das cuenta de que esta tercera parte recupera la ambientación original, olvidándose de ese fiasco que fue la segunda parte, alejada totalmente del concepto original de Trópico: ser el presidente de una isla caribeña y llevar las riendas hasta hacer prosperar tu paraíso tropical, que, siendo El Presidente, significa construir todo tipo de edificios (más bien mandar a que los construyan), aprobar o cancelar decretos o manejar las relaciones internacionales, que en plena guerra fría, con la tensión propia de la guerra, y aunque no nos afectara demasiado en nuestras soleadas tierras, tendremos que evitar que Estados Unidos o Rusia nos invadan por nuestra mala gestión, manteniendo buenas relaciones con ambas, o aliándonos militarmente con una para evitar la invasión de la otra, pero bueno, si no sigo un orden me pierdo, así que centrémonos en lo segundo que hacemos con el juego: crear nuestra nueva imagen dictatorial.


Al empezar cada partida, ya sea misión de campaña, libre, o algún reto de Internet, nos darán la opción de personalizar nuestro avatar. Tras el proceso básico de elegir nuestra ropa, nombre y fisionomía, esto cogiendo algún personaje famoso ya creado, o perfeccionando nuestro alter-ego con acento caribeño, entra en escena lo que podría dar algo más de juego, pero se queda corto: De dónde vienes y como eres.

Puedes elegir como ascendiste al poder, de maneras algo variopintas hasta las más normalillas, como un golpe de estado. Pero es que además puedes elegir tu personalidad, tus defectos y tus virtudes (Limitadas estas dos últimas a 2 de cada). Por ejemplo, podemos ser guapo y genio de las finanzas, lo que nos dará fama con las mujeres y mas facilidades económicas (Empezamos con más dinero siempre), y además ser borracho y tacaño, lo que nos perjudicará frente a los religiosos por ejemplo.

Pero, ¿En que nos perjudica de verdad? Pues como en todo juego de esta índole, hay que mantener a los ciudadanos de tu isla felices para que no se traduzca en revueltas, y el juego no se queda solo en vivienda, trabajo y un nivel de vida ascendentes según el dinero de cada uno, además de sanidad, estudios, sino que cada isleño estará atado a un “grupo”, ya que podrán ser intelectuales, religiosos, feministas, capitalistas, socialistas, militaristas y alguna cosa mas habrá, y como todos os habréis dado cuenta ya, varios grupos son antagónicos y para mantenerlos contentos a todos vais a sudar tinta. No podéis poner institutos, universidad, base militar, y dejar a la isla sin iglesia, y tener a los religiosos contentos, o crear el nuevo Vaticano y no tener fuerza militar, tienes que crear una comunidad intermedia, intentando mantener contentos a todos. Así que volviendo a nuestro avatar, beneficios permanentes con determinados grupos nos darán facilidad para tenerlos contentos, o nos darán problemas con otros grupos, variando la dificultad del juego según los defectos y virtudes elegidos, nada de aparecer borracho en el prostíbulo y haberte gastado 10.000$ de las arcas, cosa que hubiera estado bastante bien.

Por lo tanto, tenemos que para mantener contentos a los ciudadanos tenemos que hacer crecer la isla intentando llevar un orden, sin descuidar nada, incluyendo, obviamente, trabajo para todos, cuidados médicos decentes y una vivienda digna a un buen precio, destacando que si no la encuentran, crearán chabolas, dando mala impresión a los turistas y decepcionando a tus votantes (Si eres democrático)

¿Y qué pasa si alguna persona se acaba cabreando mucho? Pues yo os pregunto, ¿Sabéis quién es el Ché? Pues sabed que no estáis exentos de que hayan tantos revolucionarios como para llevaros la contraria y destronaros, su excelencia. Aunque, hablando de esto, también estaría bien comentar que puedes sufrir intentos de asesinato, y hasta, pequeño spoiler, tener un chip implantado en el culo que hará que cada mes robéis de las arcas del estado 5000$ y las metáis en vuestra cuenta en Suiza, ¡Pero cuanta maldad suelta!

Teniendo claro que construyes todo tipo de edificios y les pones sueldos o precio según el tipo, y que no explicaré mas allá por que es algo común en la mayoría de este tipo de juegos, comentaré que nuestra economía se basará básicamente en dos tipos: exportaciones, vendiendo todos los productos que producimos, y que podemos procesar si queremos para aumentar su valor, y el turismo, atrayéndolos con nuestras interesantes atracciones, todo esto sin la complicación de otros juegos del estilo haciéndonos configurar miles de opciones, la mayoría de las cosas en este aspecto irán solas.

Que y como construir, la gente, los revolucionarios, Estados Unidos y Rusia vigilándonos, nuestra cuenta en Suiza, exportar…Puf, ya no se de que hablar, ¿Sabéis que en el juego una plantación o granja tarda 3 años en empezar a dar beneficios? Mola, ahí en plan realista.

Bueno, también puedo hablar de la música, que te mete totalmente en ambiente, que lo sepáis, una variedad de música latina alegra y que no es muy insoportable para jebis acérrimos, aunque al final la variedad se acaba volviendo repetitiva si juegas más de dos horas seguidas, ya que tampoco es tan variada, deberían haber metido mas canciones y a Celia Cruz, hombre ya.


El motor gráfico es bastante espectacular, te muestra unas islas bastante trabajadas, y mucho mas de lo que me esperaba gráficamente, sin llegar a un nivel exagerado en cuanto a detalles, como los ciudadanos y edificios, al verse normalmente de un tamaño pequeño, pero en cuanto a entornos de un nivel bastante alto.

Y en cuanto al online, puedes subir tus puntuaciones para ver si has sido el mejor dictador, y tus islas en el modo libre para que los demás la vean, pero no interactuar en ella, y creo que nada más.

Economía, educación, seguridad ciudadana, política, turismo, decisiones…, A mi me ha parecido divertido. Así que por dar una conclusión general, que es lo único que os acabáis leyendo, y para paliar lo escueto que he sido en general con las diferentes características del juego, si te gusta este género me parece una buena opción a elegir.

Entretiene bastante y tiene muchas cosas de las que no he hablado, es un juego para divertirte jugando, y reírte con todo el humor que contiene. Un juego para estresarte un en las misiones de la campaña, o para relajarte con mucho dinero en modo libre, así que en su género le daría un buen notable, por que a veces puede aburrir o puede hacerse demasiado difícil, y por que no sé decir nada malo de un juego que me ha gustado o por el que me han pagado….

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