Rocketbird Hardboiled Chicken: Como pollos sin cabeza...

Rocketbird Hardboiled Chicken es uno de esos juegos que vienen a engordar el fondo de armario de una consola. No son AAA´s, no son juegos espectaculares, no llaman la atención casi en ningún momento, pero sí añaden profundidad al catálogo de una plataforma.

En este caso, estamos hablando de un juego que tiene una mecánica muy de juego de los 90, aderezado además para la ocasión con gráficos estilizados y muy elegantes, pero a la vez llenos de mala uva y muy divertidos. Un juego de acción 2D en un entorno creado en 3D, muy del estilo de los que se ven varios en cada consola vía descargables.

RHC (para abreviar) recoge todos los clichés y mecánicas de los juegos old-school, la generación de los 16 bits se ve muy reflejada en este título. Disparar, cubrirse, resolver puzzles para poder avanzar en la historia, y todo ello aderezado con pequeñas fases aéreas donde tendremos que hacer frente a varios enemigos mientras nos movemos y disparamos con los 2 sticks al más puro estilo “Super Stardust”. La inclusión de puzzles insertados en los escenarios por medio de tarjetas-llave, ascensores y puertas se ha llevado a cabo de forma muy bien diseñada, incluso dando entrada a la aparición de ítems como las granadas mentales, que nos facilitarán la tarea de poder controlar a uno de los enemigos y así usarlo para aniquilar a los demás y también para poder acceder a habitaciones o switchs a los que no podemos llegar de forma física con nuestro personaje.

Visualmente es un juego muy competente, su diseño gráfico es desenfadado pero al mismo tiempo con mucho estilo. Además, se han añadido animaciones muy divertidas y caricaturescas (como los propios protagonistas: un pollo soldado y un ejército de pingüinos nazis, además de presos que nos echarán una mano). Se ha añadido un detalle muy elegante y que ayuda a dar sensación de profundidad, al mismo tiempo que añade un toque visual poco visto: los giroscopios que posee PSVita nos permitirán, girando un poco la consola, poder variar un poco el ángulo de visión de la pantalla, pudiendo apreciar mejor esquinas y paredes con ángulo muerto de visión. Realizando ese movimiento podremos ver mejor esas zonas y saber si hay alguien escondido o si se encuentra algún ítem. Escenarios variados, buen diseño de puzzles y efectos gráficos para los enfrentamientos bien realizados.

El control es muy cómodo e intuitivo. Mover a nuestro protagonista, hacerlo saltar, rodar, disparar y mover ítems de los escenarios se hace de forma muy agradable. El mando responde perfectamente, los dos sticks son muy fiables a la hora de las fases aéreas, y los símbolos que aparecen en pantalla cuando podemos activar una plataforma, abrir una puerta o simplemente recoger munición se ven claramente y no dificultan nada la visión del resto del escenario. No hay ni la más mínima queja a la hora de valorar la calibración de los controles, incluso con la utilización del panel táctil trasero con el que podremos gestionar las granadas mentales, que responde de forma muy efectiva.

El ritmo del juego se ha llevado de forma eficiente: zonas de disparos a varias alturas, acciones variadas para cubrirse, rodar, empujar cajas, saltar, las antes nombradas granadas mentales, las fases de jetpack aéreas,… el juego no da tregua, el ritmo de juego es alto en todo momento y la acción discurre delante de nuestros ojos de forma fluida y divertida. Quizás se echan en falta desafíos más profundos, o por lo menos con más duración (el juego se puede acabar perfectamente en 5-6 horas), pero siendo objetivos hay que decir que RHC cumple su función de forma eficiente. No deslumbra porque no inventa nada nuevo y sólo su diseño gráfico aporta algo de frescura, pero como decíamos, es un juego que da profundidad a un catálogo de cualquier plataforma en la que esté presente.

Además, RHC incluye un modo multijugador cooperativo y la historia y los escenarios se han modificado para que la ayuda entre los dos personajes sea obligatoria y al mismo tiempo satisfactoria. Un añadido de enjundia y que deberían de tener en cuenta muchos otros juegos que se quedan en lo mínimo indispensable para justificar la aparición. En este caso, vale la pena y se hace todavía más divertido que el modo 1 jugador.

En definitiva, un juego robusto, divertido y con una música destacable a cargo del grupo New World Revolution, que aumenta todavía más la calidad general del título. El resto del apartado sonoro cumple perfectamente, e incluso con algún detalle muy divertido como ciertas voces o gritos cuando eliminamos a algún enemigo. Recomendable si no lo has jugado ya en PS3. [70]

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