En estas fechas de consumismo extremo, en las que hasta Steam tiene ya su cita con nuestras carteras para tentarnos por enésima vez con ofertas imposibles de juegos de esos que siempre hemos querido jugar pero que nunca hemos tenido ni tiempo ni dinero para hacerlo, no somos pocos los que hacemos balance.
Balance de los juegos que tenemos, los que queremos, y los que nos gustaría tener si realmente tuviéramos horas y dinero de sobras para dedicárselo a nuestro hobby preferido.
Por desgracia, nuestras carteras y nuestra agenda de tiempo libre son las que son. ¿Cuántos juegos de tu estantería te clavan la mirada en tu nuca reclamando más atención? ¿A cuántos has dejado a medias, cual coitus interruptus, ante la promesa de Perfección Extrema del enésimo Triple A rodeado de una insuperable aura de Humo de Hype? No seré yo el que tire la primera piedra.
Yo ya miro la situación con perspectiva. Ni de lejos me gustaría ser un Michael Thomasson – solo de imaginarlo me estreso – y me gusta pensar que mi criterio va más allá de las campañas publicitarias, pero soy incapaz de hacerle ascos a las ofertas de Steam, por mucho que no tenga una máquina capaz de ejecutar ni la mitad de los juegos que me compro. Tampoco me resisto a hacerme con Ediciones de Coleccionista de juegos con probado tirón, aunque dude mucho -eufemismo- que algún día vaya a tener tiempo incluso de jugarlo – las ediciones Anthology de The Elder Scrolls y Assassin’s Creed que tengo al lado asienten, aceptando su solitario destino.
Y es que he aprendido a ver en perspectiva la naturaleza del conjunto. Como los proyectos que apoyo en Kickstarter, los cuales me aportan un componente de satisfacción solo por el hecho de aportar dinero para que materialicen sus sueños. Esto, para mi almenos, ya no va solo de jugar, sino de seguir siendo parte de ese Gran Público que asiste, Generación tras Generación, a ese espectáculo de 0s y 1s que se desarrolla en los monitores de nuestros hogares, mientras les dejemos entrar a nuestras casas.
La culpa de esto la tiene una infancia plagada de madelmans, geypermans y masters del universo…
No te pillo…
Antes era un devorador de ediciones coleccionistas, pero ahora, con la crisis y el nacimiento de los descargables a precios económicos, me lo pienso mil veces a la hora de comprar un juego.
Antes era un comprador compulsivo del primer día, ahora… he estado dos años hasta conseguir el X-Com por ejemplo a un precio imbatible… 7€ en digital.
Vaya juegazo el XCOM…
Para mi siempre lo más importante ha sido el juego puro y duro. De pequeño no había ediciones coleccionistas y si las hubiera desde luego aquellos tiempos no eran para esa clase de lujos teniendo ya en cuenta que los Spectrum, Amstrad, consolas… en sí ya lo eran para la clase media.
Al ir creciendo siempre me ha dado más por disfrutar de unas pocas buenas experiencias a «jugar» a muchos juegos y hoy unido a lo que dice Jentrena sobre la crisis también me he vuelto más selectivo y ya tampoco tengo el «ansia» de comprar juegos el día que se ponen a la venta. Puedo disfrutar perfectamente de ese juego que me interesa del mismo modo muchos meses despues.
Las pocas ediciones coleccionistas que tengo son porque me las he encontrado a un precio «anormal», en algún caso, casi irrrisorio. De hecho para mi lo que se ha convertido en casi fetiche de coleccionista es tener la edición normal del juego que me interesa de verdad en formato físico.
Respecto a Kickstarter… digamos que no es para mi, no me puedo permitir hacer esas «inversiones» y por muchos cientos de miles de dolares que consigan algunos proyectos, tampoco creo que sea para el consumidor medio interesado sólo en el juego que compra acercandose a un Game, Corte Inglés, Mediamarkt, etc. comparando y buscando buenos precios.
Existían los mini humble bundle de Dinamic con 8 juegos por 1250 pesetas creo recordar, pero también hay que tener en cuenta que cualquier juego de la época era en sí una edición coleccionista con sus instrucciones estilo libro y sus portadas de lujo que ahora pagamos a parte por una edición.
Sí, pero aquello era lo normal en la época, hoy xD con lo que incluía un juego lo dividen y te montan la edición normal, la Limited y la Coleccionista xD
Os veo quejaros de que los juegos no vienen con un manual tocho o con portada extra pero no veo alabar que no hayan subido de precio en 15 años :/
Perdón pero… que no han subido los precios?
Si te quitan cosas cobrándote lo mismo claro que te suben el precio. Ya sin hablar en los juegos divididos en dlcs.
Y esto en lo físico, en las descargas digitales la novedad cuesta lo mismo, a veces incluso más.
Dar menos por lo mismo es subir los precios.
¿Dar menos? ¿La experiencia de un videojuego se ve alterada por si viene en un libro de tapa dura o si viene en un maldito CD limpio?
No confundáis un disco o un manual con lo que es un juego, por favor.
Perdona, pero estás mezclando las cosas.
Nadie ha dicho que la experiencia en sí de un videojuego se vea alterada por si viene en un libro de tapa dura o si viene en un maldito CD limpio.
Yo al contrario, he dicho que a lo que le doy más importancia por encima de los jueguetes de coleccionismo de las diferentes ediciones es al juego en sí.
En todo caso tu anterior mensaje irá dirigido a quienes le otorguen importancia a cosas ajenas a jugar al videojuego, como un juguete con el que venga deteminada edición, un libro, o apoyar proyectos de Kickstarter que comenta Kristian.
Saul, nos reconoceras que no es lo mismo jugar al Monkey Island con su caja de cartón, sus discos Make-A-Pirate -ironicamente, había que construir un pirata para luchar contra la pirateria. GENIOUS!- y sus floppy disks de 5 1/4.
Ahora puedes bajarlo en digital y emularlo, pero no. No es lo mismo.
Ahora solo compro las ediciones especiales que más me llaman aunque me he quedado con ganas de muchas, es por dinero y espacio; la de Titan Fall me llama muchísimo y espero que mi mujer no me diga: O la figura o yo.
Yo creo que no te dirá eso, directamente te enviará con la figura a dormir a un banco xDDD
jajajaja