Análisis de Infinity Blade para iPod Touch/iPhone

Cómo han cambiado los tiempos. De los jueguecitos flash a un título como Infinity Blade, que corre con una potentísima versión del motor Unreal y que es capaz de mostrar unos gráficos que quitan el hipo en un dispositivo portátil como es el iPod Touch o el iPhone.


Iba yo de peregrino y me cogiste de la mano…


Desarrollado por Chair y producido por Epic Games, Infinity Blade es el primer juego que utiliza el motor gráfico que se presentó al gran público utilizando la demo Epic Citadel. Este Infinity Blade es algo más interactivo que dicha demo, aunque no mucho más, algo que, no obstante, no evita que el jugador se asombre por los impresionantes gráficos que se despliegan, gráficos de un nivel que por momentos parecen sacados de una 360 o PS3. Es impresionante que hayan conseguido crear algo así en un dispositivo portátil. Bravo. Y qué jodido que lo va a tener la PSP 2 si quiere sorprender gráficamente.

Infinity Blade nos pone en la piel del último adulto de una estirpe de héroes que deben acabar con el malo malísimo de turno. Echando mano de un armamento medieval, le tendremos que dar una paliza a cuanto guerrero se nos ponga por delante. Para ello contaremos con unos controles reducidos que,parecen más propios de un Time Crisis que de un videojuego de aventuras: se nota que estaba originalmente pensado para Kinect. Al poco estaréis agradecidos que sean así de limitados, porque los enemigos no pararán de poneros en apuros con sus diferentes ataques, ataques que deberéis neutralizar ya sea usando el escudo, esquivando, contraatacando o lanzando hechizos. Aunque al principio parece muy sencillo, lo cierto es que la cosa tiene su miga y hasta que no consigáis un equipo medianamente potente los enemigos se presentarán como duros de pelar. Y ya no os cuento el malo final… Por cierto, no os saltéis los títulos de crédito cuando os lo paséis…

A medida que eliminéis a los enemigos y vayáis avanzando, os iréis encontrando con tesoros que podréis utilizar para financiar vuestro armamento personal y mejorar a vuestro guerrero. Aquí encuentro el principal aliciente para seguir enfrentándome con el juego de Chair: la colección de escudos, yelmos, armaduras, anillos y espadas es muy amplia y los diseños de muchos de ellos son muy espectaculares y quedarán de cine una vez equipados.

Infinity Blade está planteado como una sucesión de enfrentamientos al más puro estilo Street Fighter con unos controles a lo Dragon’s Lair. Si en una de las llamadas líneas de sangre os liquidan, no pasa nada, podréis continuar desde el último combate… Pero si os liquida el jefe final, entonces el juego os pedirá que encarnaréis a su primogénito, el cuál acudirá a vengarle 23 años más tarde, conservando tanto el dinero como la armadura y armamento que hayamos conseguido hasta el momento…. y volviendo a comenzar desde el primer enemigo. Todo muy épico, en un giro que maquilla la naturaleza recursiva de la experiencia.

Teniendo en cuenta la naturaleza del dispositivo para el que ha sido lanzado, la producción y lo adictivo que resulta, hay que reconocer que Infinity Blade es un gran título al que merece la pena, como poco, acercarse para permitir que nos deje con la boca abierta. Lástima que el conjunto de la experiencia se limite a coleccionar armas y a liquidar a los mismos malos una y otra vez. Había potencial para (bastante) más. [8]

Comentario sobre la nota: Hasta el último momento he dudado entre puntuarlo con un 9 ó un 8, como finalmente ha sido. Es un gran juego, brilla con luz propia, pero su oferta es demasiado reducida.

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