Análisis de Majin and the Forsaken Kingdom (PS3)

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Cuando uno ve por vez primera juntos a Teotl, la bestia, el Majin, y a Tepeu, el joven ladrón encargado de salvar el mundo de la oscuridad que se cierne, se tiende a ponerlo en la balanza junto a The Last Guardian, el esperadísimo tercer juego del Team ICO. No obstante sería un error compararlo con un juego que no está en el mercado y, que para más sorna, nadie ha podido ver cómo se juega realmente. Y no nos olvidemos, porque la experiencia nos dice que podemos esperar mucho más del juego de Fumito Ueda que los que nos puede ofrecer Majin and the Forsaken Kingdom.

Si tuviéramos la ocasión de compararlo con otros juegos, está claro que la obra de Bandai Namco goza de cierta inspiración en los Prince of Persia y las primeras incursiones de Lara Croft en videoconsolas, añadiendo cierto toque artístico inspirado en ICO. Pero le añade un elemento novedoso, la colaboración entre dos personajes que se ven obligados a salvaguardar la humanidad. Tepeu es capaz de saltar y encaramarse por las alturas, así como de manipular objetos; por su parte Teotl es extremadamente fuerte y a medida que lo alimentemos con los frutos prohibidos del reino irá ganando poderes que serán la base para resolver nuevos puzles y rompecabezas.

El juego así es una mezcla de aventura y exploración con secciones de combate en el que debemos ir solventando algunos puzles para bien facilitarnos la tarea de vencer a los enemigos o bien para abrir una puerta que nos de acceso a nuevas localizaciones y/o poderes. El universo creado para ello mezcla los dos clásicos de los videojuegos: mazmorras olvidadas y jardines del paraíso. Sin embargo lo que podría haber sido una belleza en buenas manos no deja de ser un universo discreto, poco inspirado, con reminiscencias de muchos otros juegos y con un apartado técnico muy discreto que nos deja con un sabor de ser un título a caballo entre la pasada y la presente generación. Defectos que se notan sobremanera en los poligonales modelados de los personajes, la difuminación de horizontes y la parquedad de las texturas.

El desarrollo del juego es, para lo acostumbrado, más abierto de lo habitual. No es raro llegar a un lugar y encontrar dos caminos distintos. Ante la duda (insertar rima aquí) uno se adentra primero en una senda, luego en la otra, pero muchas veces no queda claro cual camino era el correcto y cuál no. Eso se debe a que el juego nos obligará a avanzar y retroceder por los mismos lugares varias veces para desbloquear a su vez nuevos caminos con los nuevos poderes.

Además de la exploración la otra sección destacada en cuanto a eso que llaman jugabilidad es el combate. Muy simple y muy sencillo de solventar, la fortaleza del Majin es tal que resulta difícil salir perdedor en cualquier enfrentamiento. Nos encontramos también con secciones que debemos resolver mediante sigilo, pero la pobreza de la IA simplifica sobremanera la tarea de acabar silenciosamente con las sombras. Lo más destacado en este aspecto y, sin duda alguna, en todo el juego es ver cómo crece la relación entre los protagonistas y como vamos recuperando fragmentos de memoria de la bestia que nos son narradas en dos dimensiones. Por lo demás, el juego se deja jugar, pero ni sorprende ni entusiasma, se torna a menudo repetitivo y resulta demasiado sencillo progresar, lo que unido a las numerosas secuencias de corte y a los continuos diálogos con los animalitos del bosque hacen que su ritmo sea bastante bajo y, por esto y todo lo demás, bastante accesible para los más jóvenes de cada casa.

Podríamos remarcar su banda sonora, brillante en muchos momentos, y el excelente doblaje al castellano. Lamentablemente no contamos con ninguna opción multijugador, y eso que un cooperativo podría haber aumentado en mucho su rejugabilidad, bastante baja por cierto. Así Majin se convierte en un juego atractivo para los jugones de corta edad que podrán disfrutar de una bonita historia de amistad inter especies digna de Disney Chanel. Amén.

  1. muy buen análisis, lástima que no lo leyera antes… me está pasando como con venetica y lo he tenido que dejar,una pena pues el majin era parecido al cerdo de beyond good&evil y me hacía bastante gracia…

    -.-
    voy a seguir con el IIworldsII, que aunque va como una patata, por lo menos no parece que estoy jugando a dora la exploradora 😉

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