Monster Hunter World complace a los fans de la saga y a los nuevos

Monster Hunter fue uno de esos últimos juegos que compré dejándome guiar únicamente por la portada. Un dragón frente a un guerrero con un espadón enorme en una pequeña caja de PSP, solamente podía ser algo espectacular.

Pero tal y como solía suceder, la portada distaba mucho de la calidad gráfica del título, por lo que mi primer contacto fue algo frío. Pero entonces llegó la primera pelea seria contra uno de esos monstruos. Era una pelea dura, donde primaba la paciencia y el conocimiento de la actitud del enemigo. Y así, sin darme cuenta, entré en la espiral que es la experiencia Monster Hunter.

La satisfacción por derrotar a un enemigo antes imbatible; el querer seguir cazando monstruos una y otra vez para conseguir nuevas armaduras y armas cada vez más espectaculares; el poder hacer frente a nuevos monstruos más difíciles todavía. Son ejemplos de esa experiencia.

La esencia de Monster Hunter está en el progreso, el tuyo propio. Aquí no te haces más fuerte subiendo de nivel. Como a los viejos cazadores, cada batalla te hace más sabio. Más prudente. Conforme avanzas en el juego, vas adquiriendo mayor habilidad por ti mismo. Pasando de morir una y otra vez tontamente, a saber qué ataque va a realizar el monstruo solo por cómo se mueve y esquivarlo en el momento exacto.

Todo esto hace que cada título de la saga se convierta en un juego de horas y horas de puro entretenimiento. Con una curva de dificultad muy elevada, que puede resultar frustrante, pero premia con una gran satisfacción de superación cuando te adaptas a su mecánica de aprendizaje y mejora. Por ello, os recomiendo jugar a cualquiera de ellos.
¿Pero cuál sería el mejor para introducirnos a esta experiencia?

Ahí es donde entra Monster Hunter World.

Un lavado de cara

Si de algo podía pecar la saga en los últimos años, era de cerrarse a un público fiel, ofreciendo títulos que no presentaban un gran cambio en la fórmula. Un puñado de armas y monstruos nuevos, algún movimiento más, y a funcionar. Y funcionaba, pero Monster Hunter necesitaba un lavado de cara. Una nueva revisión de su fórmula que diera algo nuevo a los veteranos y sirviera a los más curiosos como oportunidad para subirse al carro de la fiebre Monster Hunter.

Y la novedad que hace esto posible puede resumirse en una palabra: Ritmo. Esta revisión de Monster Hunter busca la acción constante, sin interrupciones. Que nada detenga la experiencia. Antes todo era más pausado. Si querías curarte, tu personaje se paraba a beber; si picabas rocas en busca de minerales, el pico podía romperse y tenías que salir de la misión para conseguir más; y cada zona del mapa, era un sector separado por una pantalla de carga.

Ahora bebes mientras caminas, el pico no se rompe, y no hay pantallas de carga entre secciones. Por supuesto estos no son los únicos cambios, pero son claros ejemplos de la importancia que cobra el ritmo para Capcom en este nuevo título. Lo que antes eran batallas de desgaste, marcadas por tiempos de pausa. Ahora son auténticas escaramuzas donde la acción constante te mantiene pegado a la pantalla ¡La caza es salvaje!

Pero a parte del ritmo, otro de los cambios más aparentes es su apartado gráfico. Personalmente, siempre desee que la saga contará con un estilo visual realista. Es un juego que se presta a ello, y así lo demostraban los openings de sus anteriores entregas. Además, alejar los monstruos y escenarios de un estilo colorido, explotando el potencial de las consolas, hace que estos se sientan más reales y amenazantes, lo que contribuye a la inmersión. Desgraciadamente, no todo puede ser positivo, siendo común ver animaciones muy simples, con saltos de frames, cuando los monstruos se encuentran lejos.



Puertas abiertas para los nuevos jugadores

Pese a no poder valorar el título desde el punto de vista de un jugador que nunca ha jugado a Monster Hunter, es clara su intención por atraer a una mayor cantidad de público.Como si de los ruedines de una bici se tratará, Monster Hunter World incluye un modo historia que nos sirve como guía. No esperéis una historia profunda. Esa no es su función.

Su función es servir como lanzadera a los nuevos jugadores, dirigiéndolos de un monstruo a otro. Cada misión superada, te dará los elementos necesarios para poder hacer frente al siguiente monstruo. Pero como mencionaba antes, la experiencia es algo que debes adquirir tú. Así, progresando en la historia, vamos practicando y adquiriendo las nociones que más adelante nos permitirán explotar los verdaderos retos del juego.

Otro cambio que sin duda allana el camino para los nuevos jugadores es la sensación de progreso, en este caso mucho más rápida. Anteriormente, para hacernos con una armadura o arma superior, debíamos matar un mismo monstruo varias veces y buscar diferentes minerales y huesos. Sin embargo, durante los primeros compases de Monster Hunter World, bastará con acabar con un monstruo una vez para poder mejorar nuestro equipamiento. Eso sí, los recursos que iremos necesitando conforme progresamos serán cada vez más, y más extraños ¡Esto no es jauja, aquí la gente muere!

Puede que algunos ya hayáis probado Monster Hunter World, os haya hecho lanzar el mando contra el suelo, y estéis pensando que me estoy quedando con vosotros. Pero creedme. Si hay un Monster Hunter amistoso con el nuevo jugador, es este. Y es que otro de los cambios del título viene a acabar con una frase típica de la saga: “¡Pero si no me ha dado!”

El sistema de impactos ha sido estilizado, y las hit boxes de los enemigos (el área que marca el alcance de su ataque) ya no crean momentos injustos y frustrantes, como el hecho de que un monstruo que empieza a correr al lado tuyo, te mate de un golpe.

Escenarios vivos

Desde Capcom han puesto un gran esfuerzo por lograr transmitir un mundo vivo. Todas las criaturas interactúan entre ellas. Destacando las peleas territoriales entre los monstruos más grandes, y los pequeños detalles que dan vida a este mundo. Mata un monstruo, y en seguida llegaran aves carroñeras.

Mención a parte merecen los escenarios, con una calidad artística altísima, que hace que investigar cada recoveco sea tan divertido como la propia caza.
Pero no solo sorprenden por su belleza, sino también por su inteligente diseño, que presenta zonas interconectadas entre sí, ofreciendo recorridos que refuerzan la sensación de estar en un terreno salvaje y enorme, pero sobre todo natural.


Sin embargo, varios factores del título juegan en su contra. Al principio estos escenarios pueden resultar caóticos y laberínticos, algo que se pasa tras unas pocas misiones, al ir reconociendo el terreno y comprobando cómo se comunican unas zonas con otras. Pero elementos como la abundancia de texto y otras señales en pantalla, resultan muy molestos y nos impiden apreciar los escenarios como se merecen.

Y una de las señales que más irrumpe en el escenario es la de los lazarillos, unas luciérnagas (novedad en la saga) que resaltan rastros del monstruo sobre el terreno, para que podamos seguirlo. Esta es una mecánica que facilita la caza en gran medida. Pero cuando los lazarillos, hacen brillar todo elemento con el que puedes interactuar cada dos pasos que das, acaban siendo molestos.

Además, fomenta un estilo de juego que va en contra de lo que el título plantea. Pasas de ser un cazador atento al terreno buscando rastros de su presa, a conectar el piloto automático y correr como un coche de scalextric siguiendo una línea amarilla hasta que te encuentras de boca con el monstruo. Lo que hace que el escenario pase a un segundo plano, y pierda gran parte de su fuerza.

Por ello, recomiendo no ir de misión en misión alocadamente, sino dedicar un tiempo a recorrer el escenario sin objetivo alguno, obviando a los lazarillos, por el mero placer de descubrir cada detalle del salvaje entorno.

Jugabilidad viciante

Los escenarios son muy bonitos, pero a lo que venimos aquí es a medirnos las caras con terribles bestias. Y es aquí donde el juego más engancha. Su sistema de combate es muy simple, pero muy amplio al mismo tiempo. Contamos con catorce tipos de armas diferentes. A lo que hay que añadir múltiples herramientas, indispensables si queremos salir victoriosos, como trampas y bombas.

El arma que elijamos condicionará nuestro estilo de juego, por lo que podemos afrontar una misma pelea de formas muy diferentes. Y en el caso de ir acompañados, podemos cumplir roles en el equipo. Podemos ser el bestia que atonta al monstruo de un mazazo o el tirador que lo adormece con balas especiales.Yo os propongo que probéis cada una de las armas para así no perderos nada de lo que ofrece el título.

A esta variedad armamentística hay que añadirle los monstruos. Cada uno de ellos nos requerirá concentración absoluta para aprender sus pautas y así poder predecir sus ataques. Lo que hace que el juego no caiga en la repetitividad.

El control de movimiento puede ser exigente al principio debido a los controles, pero su principal atractivo es su fluidez y la facilidad para manejar las armas encadenando ataques.Por último, destacar que son los combates lo que hacen que el juego sea realmente viciante. Su rapidez, el exigente pero dominable control de las armas y el equipo, y la contundencia de los impactos, son algo que queda grabado en la memoria haciendo que quieras volver a la caza cuanto antes.

Componente social

Uno de los factores que ha hecho popular a la saga es su carácter social. Como es habitual, podremos salir de caza con hasta otros tres compañeros. Incluso podremos salir a una expedición solos, para más tarde encontrarnos con un jugador que ha entrado a ayudarnos. Eso sí, si vais acompañados, la salud del monstruo será mayor.

Pero si preferís ir por libre, siempre tenéis la opción de configurar la misión para que solo admita un único cazador. Y si por el contrario, sois más de ir acompañados, podéis formar escuadrones con otros tres amigos.

Conclusión

Monster Hunter World es un juego capaz de complacer tanto a fans como a recién llegados. Que os dará horas y horas de entretenimiento. Totalmente recomendable para todos aquellos que en algún momento os haya llamado la atención el boom de la saga. Mecánicas exigentes, pero inmersivas. El afán por seguir progresando, y hacernos con el mejor equipamiento. Y una inmensa comunidad dedicada, amigable y abierta. Son algunos de los ejemplos por lo que no os podéis perder este nuevo título de Capcom.
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