Shadow Warrior es una gozada

Para los más talluditos del lugar, el nombre de Shadow Warrior les puede evocar una época en la que los shooters se basaban en armamentos dignos de un arsenal de un fanático de la Asociación del Rifle, enemigos que salían hasta debajo de las baldosas y personajes con carisma suficiente como para arrasar una manzana de rascacielos. Los tiempos pasaron y del frenetismo de aquellos tiempos llegamos al realismo y a los feels que los nuevos FPS del lugar intentan cebarnos cada año como si de una competición se tratara.

Por eso, de vez en cuando viene bien encontrarse a un estudio que rompa con la monotonía y se pase la “Guía para hacer shooters modernos” por el forro. Es ahí donde Flying Wild Hog, tras sacar el aceptable Hard Reset hace un par de años, se decidió a hacer un reboot a una saga como Shadow Warrior, posiblemente hartos de ver como Call of Duty y Battlefield dictaban el tempo de los juegos de tiros. Al estudio polaco se les unió Devolver Digital, conocida de sobra por títulos como Hotline Miami o la tercera venida de Serious Sam a consolas hace un par de años, aventurándose ambos en esta cruzada cuasi-quijotesca. Así pues, nos encontramos ante el reboot del original, con un lavado de cara acorde a la generación en la que nos encontramos pero que mantiene todo el humor y la violencia que poseía su antecesor. 

SW Screen 3

Ya desde el inicio, se nota el toque que Flying Wild Hog quiere imprimirle a la historia de este nuevo Shadow Warrior: sin salirse de lo visto hace ya 15 años, interpretamos a Lo Wang, un hombre al servicio de Zilla Enterprise y que va en busca de la Nobitsura Kage, una espada en la que su jefe esta muy interesado. Sin embargo, todo se tuerce al ver que la espada en sí tiene una conexión con fuerzas demoníacas que intentan entrar en este mundo (y que lo consiguen). Tras descubrir la verdad detrás de la Nobitsura Kage, Lo Wang recibe la ayuda de Hoji, un espiritu expulsado de aquel reino demoníaco, que le guía en su misión: reunir las piezas que faltan de la katana y acabar con una invasión que podría deparar en un apocalíptico final para la raza humana. Pero Wang no va a impedir que unos demonios del tres al cuarto estropeen su trabajo, así que decide ir a por todos los fragmentos de dicha espada y acabar con esto de una vez por todas. Por el camino, tendrá que vérselas con demonios de todos tipos y colores: desde soldados rasos que intentarán hacerle trizas cuerpo a cuerpo, pasando por unidades con blindaje, con ataques a distancia o voladores hasta a bichos que resucitan a los muertos o a gigantes Warlocks capaces de hacer pulpa a Wang de un golpe.

SW Screen 2

Para ello, Wang tiene un pequeño arsenal para lidiar con esta delicada situación. Desde el inicio, poseemos una katana que nos permitirá hacer migas a nuestros enemigos, para luego ir consiguiendo armas de fuego y hasta armas arrancadas de las manos (y cuerpos) de nuestros rivales para poder defendernos con éxito. También, poseemos habilidades físicas que nos ayudarán a preparar montaditos demoníacos con nuestros enemigos, podiendo trincharlos de la manera que queramos y Habilidades Ki, que nos permitirán realizar movimientos especiales o adquirir habilidades tales como un escudo para evitar los ataques físicos o para recuperar vida: se realizan con una combinación que requiere un movimiento de joystick en las cuatro direcciones y un botón. Esto añade variedad a los combates, que nos obligarán a ser variados y precisos en nuestros ataques para conseguir una bonificación post-combate, para poder mejorar nuestros movimientos y aprender más. Con el paso del tiempo, se va cogiendo el truquillo a ciertos enemigos y algunos combates se pueden convertir en una orgia de sangre, explosiones, gritos y recuperaciones de vida, lo que otorga cierto cansancio al juego, pero que se supera con el aliciente de superarnos y mejorar nuestras actuaciones para conseguir más puntos. El juego también cuenta con un sistema de puntuación al final de cada uno de los 18 capítulos, que nos evaluará según nuestra actuación y nuestra pericia a la hora de abordar el juego. Podemos comparar dichas puntuaciones con nuestros amigos y adivinar quién la tiene más grande y fardar con ello… la puntuación, me refiero.

SW Screen 4

Flying Wild Hog ha intentado imprimir un nuevo estilo sonoro a esta reimaginación de Lo Wang, acompañando el título con música muy amena y que no hace pesado el loop que sufrimos durante los niveles. Desde el inicio, en el que somos bombardeados por The Touch, hasta el mismo final del título, el elenco musical del título nos invita a seguir jugando. Sin embargo, la música permanece medio callada durante la partida hasta que nos encontramos a un grupo de enemigos, momento en el que el técnico de sonido da al botón de crescendo. Tras el combate, vuelve a pasar desapercibida hasta que nos encontramos a otro grupo, y así sucesivamente. También con algunos de los jefes (o mid-bosses) que salpican los niveles del juego, los cuales también tienen música de la que nos hace meternos en el mono de faena. El doblaje del juego esta en inglés pero viene con subtítulos para que podamos apreciar los chascarrillos y one-liners que suelta Wang durante toda su aventura, acordes a sus acciones, descubrimientos, avances de guión, etc. Hoji, el espiritu que nos acompaña durante este periplo apocalíptico, también tiene sus momentos de gloria, ayudando a Wang a comprender mejor la situación en la que andan metidos, así como de servir de guía en los momentos en los que el guión necesite avanzar o en los que necesitamos explicación sobre que carajos tenemos delante.

Shadow Warrior - Shaman Art

En lo gráfico, Shadow Warrior es un juego bastante vistoso, que se apoya en el Road Hog Engine ya visto en Hard Reset y que nos muestra vistosos parajes con un detalle gráfico importante: ya sea en la mansión y sus alrededores que visitamos desde el principio, pasando por las calles semi-destruidas, un cementerio en mitad de la noche, una factoría semi-hundida y demás escenarios, hasta llegar al mismo Inframundo. El mismo motor gráfico sirve para contarnos la historia tras este título, con momentos narrados a través de pinturas dignas del arte nipón antiguo. Aunque no todo podían ser buenas noticias: algunos entornos tienen un nivel de detalle sensacional, mientras que otros no hacen más que repetirse, lo que da cierto toque de repetición a Shadow Warrior, sobre todo al encontrarnos, algunas veces, con pantallas de cargas infiltradas en pasillos llenos de bambú en los que podremos encontrar varios secretos para potenciar nuestras habilidades o a una pareja de conejos triscando. También encontramos pantallas de carga (de apenas unos segundos) cuando cambiamos de fase, pero no atrofian la sensacional marcha del juego ni el despiporre a la hora de dar acero a los monstruos del averno. Ciertos toques negativos que no afectan al juego en general.

SW Screen 1

Reconozco una cosa: no tenía mucha fe puesta en Shadow Warrior. De primeras, ni sabía que era un reboot de un juego de mediados de los 90 y que seguía la estela de juegos como Duke Nukem 3D para triunfar en el mundo de los videojuegos, así que lo cogí sin ganas… menos mal que decidí bien. Entre Flying Wild Hog, Devolver Digital, Lo Wang, una katana, litros y litros de sangre y un puñado de guiños y chistes bien puestos, han conseguido hacerme ver las glorias que los FPS frenéticos y que cuentan con un arsenal digno de una nación chiquitica. Gracias, Shadow Warrior. [85]

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