Análisis de Sniper: Ghost Warrior para PS3

Sniper Ghost Warrior te pone en la piel de un soldado que debe acabar con el general de un ficticio y corrupto país sudamericano gracias a tu rifle de francotirador. Con esta premisa nos encontraremos parajes llenos de maleza, ruinas y junglas con los que aprovechar nuestro sigilo y así poder eliminar a los enemigos “silenciosamente”, ya que en ocasiones contaremos con explosivos o minas.

El juego se compone de 16 misiones que van creando la historia y un argumento, que en ocasiones deja mucho que desear.
El modo campaña dura unas 10h aprox. Durante las misiones podremos recoger ordenadores portátiles, que desbloquean varios extras, teniendo que investigar el mapeado, con todo lo que ello conlleva. La mayoría de estas misiones contaremos con un compañero o apoyo donde tendremos que sincronizar disparos, cubrir el movimiento etc. No todas las misiones serán de sigilo, llegaremos a tener misiones de asalto con artillería pesada.

Quetesico, que te peino

Cabe destacar que el juego en sí brilla poco, ya que todo la fuerza recae en las físicas que harán que el viento, la distancia o los obstáculos sean casi reales cuando disparemos, llegando a comprobar como el viento puede llegar a salvar la vida del enemigo en alguna ocasión. Para solucionar estos inconvenientes tenemos la posibilidad de no respirar mientras apuntamos y así relajar el pulso para tener menos vibración, con lo que, de esta forma, podremos asegurar tiros difíciles.
Cuando realizamos un disparo a larga distancia a la cabeza o en una posición complicada el juego nos ofrece una repetición, en diferentes ángulos, para ofreceros con todo detalle la trayectoria del disparo y sus consecuencias. Algo vistoso pero que trae mas problemas que espectacularidad, ya que la pantalla desaparece y no sabemos que han hecho los enemigos durante la repetición o si nos han localizado.

Al tratarse de un juego en el que el sigilo cobra muchísima importancia hace que las partidas se alarguen al no poder correr a lo loco, y es que deberemos pensar donde situarnos y en que posición para poder realizar los mejores disparos sin que seamos detectados o nos disparen. Por ello, es normal no encontrarse un sistema de coberturas o auto-regeneración, volviendo a los clásicos botiquines de toda la vida.

Para alargar un poco la vida del juego contamos con el modo multijugador online para hasta doce jugadores con seis mapas diferentes.
Posiblemente estemos ante el modo mas camper de la historia de los videojuegos, ya que una vez plantado en un buen sitio y buena cobertura hará que no queramos movernos mucho. Para este modo solo contaremos con una pistola y nuestro rifle, por lo que estaremos limitados a campear queramos o no.

Mirando a cuenca en 3..2…1…

Gráficamente es correcto, ni espectacular, ni nefasto, simplemente mediocre. La jugabilidad en cambio es bastante mediocre. La IA de los enemigos está potenciada a niveles desproporcionados: no es normal que a 2 kilómetros un soldado sea capaz de darme con un AK-47 mientras estoy totalmente camuflado en unos arbustos. La música cumple su función sin aspirar a otra cosa, las melodías irán variando en función de la misión y el peligro que esté presente en ese momento sin aportar mucho al juego.

Sinceramente, me ha defraudado bastante, al no tener tantos elementos de un típico shooter en pantalla, crei que la calidad del título aumentaría, cosa que no ha sido así y los fallos de IA o tener que repetir la misión varias veces porque enemigos, que ni yo mismo veía, me localizaban y disparaban hace que cualquiera pierda fácilmente la paciencia.
Un juego sin mucha pretensión y que para pasar una tarda no esta mal, no más.

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