Donkey Kong Country: Tropical Freeze, una joya de Wii U en Switch

El año 2014 fue sin duda el mejor de Wii U. A la antecesora de la tan exitosa Nintendo Switch no le fue tan bien en ventas en su corta vida pero no por ello dejó de tener un catálogo mucho más que interesante, del que ahora precisamente se está nutriendo la consola híbrida de la Gran N.

Y muchos de estos títulos tienen además en común su lanzamiento original en ese año. Hemos podido disfrutar en ambas plataformas de Mario Kart 8, Bayonetta 2 también ha vuelto este pasado mes de febrero y ahora es el turno de Donkey Kong Country: Tropical Freeze, el grandioso plataformas del que ya nuestro antiguo compañero Sergio C. González diera buena cuenta en su día con su análisis.

Pero, ¿cómo se ha adaptado el juego al nuevo sistema? ¿Incluye las mejoras y cambios suficientes como para plantearse su compra? Vamos a intentar dar respuesta a esta y otras preguntas sobre la propuesta de Retro Studios, la desarrolladora con sede en Texas que desde hace casi una década es responsable de la serie Donkey Kong Country, iniciada con tan buena mano por Rare en Super Nintendo con la trilogía original a mediados de los noventa.

Un aniversario nada ordinario

El planteamiento inicial es simple: el bueno de DK está celebrando tan tranquilo su fiesta de cumpleaños con sus amigos cuando en el horizonte aparece, sin previo aviso, una hilera de barcos amenazadores con criaturas nada amables que parecen provenir del frio norte. Sin mediar palabra, lanzan una terrible ventisca sobre la isla que despide a Donkey y los suyos hasta otra ínsula mucho más remota, tomando al asalto su hogar ahora congelado. Nuestra responsabilidad será guiar al entrañable gorila y a sus compis de vuelta, saltando de isla en isla hasta llegar a casa para dar una lección a los canallas que nos tomaron por sorpresa.

En gran medida sería justo decir que nos encontramos casi con exactitud ante el mismo juego, con un par de añadidos de importancia pero que no alteran la experiencia original, tan pulida hoy como lo fue su versión para Wii U. Y es que con Donkey Kong Country: Tropical Freeze estamos hablando sin duda de uno de los mejores y más exigentes títulos de plataformas de estilo clásico de la última década. Tendremos que recorrer los distintos escenarios de esquina a esquina usando toda nuestra habilidad para sortear con los saltos y acciones precisas los obstáculos y enemigos que nos encontraremos, que no serán pocos.

¡Nunca sin mis amigos!

Las habilidades básicas de nuestro gorila favorito se verán potenciadas gracias a su trío de acompañantes durante la aventura, que se unirán tras romper sus barriles. El más icónico quizás sea el pequeño Diddy, siempre al lado en mil batallas, cuyo jetpack permitirá mantenerse un poco más en el aire. Cranky, el viejo simio cascarrabias, hará que podamos rebotar en algunos elementos peligrosos como pinchos o zarzas gracias a su maestría con el bastón. Y la jovencita Dixie quizás sea la opción favorita de muchos, pues no sólo facilitará que estemos un poco más en el aire sino que nos dará un impulsillo extra para llegar más alto y alcanzar así las plataformas más complicadas.

También podremos controlar en algunas fases vehículos emblemáticos de toda la saga como el barril cohete, la vagoneta o a Rambi, el rinoceronte al que tantas veces se ha subido el amigo DK. Gracias a su inclusión, cambian un poco las mecánicas a algo un poco más guiado pero frenético. Igual que los tramos de barriles tan icónicos, donde habrá que acertar con el timing para superarlos sin incidentes y consiguiendo así el mayor número de ítems. El uso de las físicas es muy acertado y no es raro hacer interactuar diversos elementos como agua o fuego para superar ciertas barreras en los diversos entornos por los que nos moveremos, con zonas acuáticas, sabanas, selva, parajes helados…

La exigencia por bandera

Pero si algo caracteriza de verdad a Donkey Kong Country: Tropical Freeze es ser un juego de plataformas exigente pero justo, que por momentos te obliga a llevar un ritmo endiablado esquivando obstáculo tras obstáculo sin tener la opción de tomarlo con más calma. Por ello, puede costar un rato hacerte con el patrón de saltos y movimientos que te haga avanzar con éxito. Un error, un salto mal medido o un pequeño despiste pueden resultar fatales así que conviene disfrutarlo con los cinco sentidos puestos en lo que sucede en la pantalla si queremos salir triunfantes del envite.

Esto incluso se magnifica al alcanzar las últimas islas (de las seis disponibles, más una secreta) y sus niveles, con una exigencia más acusada, por lo que convendrá llegar con un número importante de vidas extra hasta que logremos sobreponernos con el viejo sistema de ensayo-error. Sin tregua, aunque por lo general hay un adecuado balance entre las zonas de exploración más pausada y las situaciones de puro reto. La salud constará de sólo dos corazones, que perderemos ante cualquier incidencia, más otros dos extra que sumaremos de nuestros compañeros mientras nos acompañen, aunque podremos acceder a uno adicional al empezar el nivel si adquirimos el ítem correspondiente en la tienda de Funky.

Sobre esta última, localizada siempre en alguna esquina del mapa de cada isla, nos permitirán acceder con las monedas que hayamos ido recolectando durante el periplo a vidas extra, nuevas oportunidades tras un salto al abismo, aire adicional en las fases bajo el agua, barriles de cada uno de nuestro compañeros, un pequeño escudo para salvar algún impacto al ir en uno de los vehículos, el corazón extra que antes mencionábamos… pequeñas ayudas que nos harán la vida algo más fácil aunque no serán la panacea. También tentar a la suerte y desbloquear de forma aleatoria algún pequeño modelado de los enemigos, el cual añadiremos a una galería que podremos visitar cuando queramos.

¡Una nueva estrella se une a la aventura!

Si toda esta dificultad pudiera con nosotros (aunque sólo es cuestión de armarse de paciencia hasta cogerle el tino) tendremos la opción de iniciar una partida en la que controlemos precisamente a Funky. Esta, que es la principal novedad de esta versión de Donkey Kong Country: Tropical Freeze frente a la de Wii U, es una suerte de modo fácil por las enormes habilidades de este simio tan molón. De hecho, la experiencia con él, si venimos de pasarnos antes el juego con DK, puede parecer un paseo: tendremos doble salto, con un posterior descenso amortiguado gracias al dominio sobre su tabla de surf. Nuestra vida será de cinco corazones, en vez de las dos del modo normal, aunque no habrá compañeros que se sumen a la causa. El oxígeno en el agua no será problema por su equipo de buceo y, además, gracias a condición de empleado de Funky gozaremos de un gran descuento en la tienda para ponernos las cosas aún más fáciles ya que incluso el uso de los ítems será mayor.

Otra opción será la de jugar en cooperativo, una alternativa muy divertida si tenemos disponible a un Player 2 al lado en el sofá aunque incluso más exigente, puesto que saltar en sincronía existiendo algunas plataformas que se desmoronan a nuestro paso puede ser un reto mayúsculo de compenetración y buena comunicación, si no queremos que las vidas extras vayan cayendo una tras otra. Eso sí, es una alternativa sólo local puesto que no se puede trasladar al online. Quizás a la próxima ocasión, ya con el servicio online de Nintendo Switch en marcha.

Unos rivales a la altura

Los jefes finales de cada isla son también todo un desafío bastante entretenido de superar, aunque no por ello nos vayan a poner las cosas fáciles puesto que harán gala de patrones bastante curiosos, cambios de ritmo y otras sorpresas que nos pueden pillar de improviso. Tendremos que estar muy pendientes a cada detalle de ellos puesto que ahí estará la diferencia entre un ataque con éxito u otro fallido, que pueda llevarnos después a perder una vida y tener que repetir el proceso de nuevo.

En cuanto a la duración, completar sin más la campaña usando a Donkey Kong como personaje principal puede llevarnos entre 12-15 horas, dependiendo de nuestro ritmo de juego, y algo menos utilizando a Funky. Pero, como siempre, el autentico reto es conseguir el 100% o incluso el 200%. Para ello, primero deberemos conseguir todas las letras KONG de cada nivel (sólo con Funky conservaremos las letras que hayamos conseguido, si no hemos alcanzado las cinco al terminar) para así desbloquear las fases secretas donde recolectar las reliquias que nos abrirán el acceso a la isla oculta. Superándolos alcanzaremos el primer 100%.

Una vez conseguido este tendremos a nuestra disposición el Modo Difícil, una autentica locura sólo para los más osados donde sólo controlaremos a un personaje, tendremos un único corazón y no habrá ningún tipo de checkpoint durante los niveles. Si salimos victoriosos de este modo y volvemos a recolectar todo conseguiremos por fin el deseado 200%. Otra opción más asequible donde echar horas extra es el Modo Contrarreloj, que desbloquearemos en cada fase tras superarla por primera vez. Deberemos recorrerla de nuevo a toda velocidad para tratar de alcanzar la marca que nos proponga el propio juego o incluso pugnar con las del resto de jugadores que se muestran en una clasificación online.

Un apartado audiovisual brutal

Aun siendo en lo básico el mismo título que ya fue en Wii U, Donkey Kong Country: Tropical Freeze ve aumentada su resolución en el modo sobremesa hasta el más estándar en la actualidad 1080p, con lo que los pequeños detalles son aún más nítidos. Y en modo portátil tampoco hay color, puesto que la pantalla de Nintendo Switch es muchísimo mejor que la que incluía el GamePad de Wii U, además de poder llevar la consola haya donde quieras.

Y es que en lo visual sigue siendo un juego preciosista, un título de plataformas de estilo lateral como pocos. Sobre todo por su apartado artístico, que cuida al extremo el diseño de cada nivel y cada ambientación, con animaciones de los personajes a gran altura y con efectos como los de hielo, fuego y viento que son espectaculares de ver, con niveles como los de la sabana como mejor ejemplo. También se juega de forma muy acertada con los planos y los zooms para hacer lucir a los personajes en algunos momentos con mayor lustre o mostrar los escenarios desde otra perspectiva. Tampoco podemos olvidar el uso del claroscuro en algunas de las fases que deja estampas realmente bonitas en la retina del jugador.

En un juego con tanto ritmo como este, la banda sonora no podía desentonar y desde luego que no lo hace, siendo otro de los elementos fundamentales de la obra de Retro Studios. El trabajo de David Wise, responsable incluso de las composiciones de la trilogía original con Rare, vuelve a brillar con luz propia con melodías que no solo rebosan de la típica percusión tan característica sino que se permiten hacernos sentir casi como un auténtico “Rey León” en los niveles de la sabana o relajarnos en los acuáticos con tonos más armoniosos. Pero, volviendo sobre el ritmo, en las partes en las que tenemos que mantenerlo más constante en la acción y los saltos, la música se acompasa a la perfección con lo que vemos en pantalla, lo cual resulta bastante gratificante. Por supuesto, el juego está adaptado a nuestro idioma con la calidad habitual.

Donkey Kong Country: Tropical Freeze es exigente pero justo, cuidado al milímetro y con casi todo lo que un fan podría desear para disfrutarlo de principio a fin. Divertido, con carisma, soberbio en lo artístico y una duración más que considerable dentro del género. Sobre todo para los completistas que busquen conseguir el 200%, que tendrán aquí reto para una buena temporada. Disfrutarlo en formato portátil, gracias a las características de Nintendo Switch, también es un autentico placer puesto que es un género que se presta mucho a este modo.

Pero estamos ante el mismo título que ya vimos en 2014, salvando la acertada introducción del personaje de Funky para aliviar un poco la dificultad gracias a sus habilidades especiales frente a las de DK, si así lo queremos. Tan cierto ayer como hoy, es un grandioso plataformas que se vuelve a convertir en un indispensable para aquellos que no lo tuvieran en su día en la antecesora de Switch. Una joya de Wii U que regresa tras pasar un poco desapercibida en su día por alguna extraña razón. Tal vez como la propia consola de Nintendo que no terminó de tener la fortuna de cara. Ahora sólo queda esperar que la próxima aventura de nuestro simio predilecto no se demore mucho en el tiempo. Queremos muchas más obras tan redondas y pulidas como este Donkey Kong Country: Tropical Freeze. [9]

Sello de calidad AKB

  1. Los catálogos de Nintendo, por sus jugosísimas exclusividades, siempre han sido tremendos. Si ahora con Switch van consiguiendo que lleguen los multis que antes no llegaban, pues maravilloso; pero eso no es óbice para que a muchos no nos guste nada su hardware desde Wii y por eso no nos hagamos con sus máquinas (tuve Wii U un tiempo)… perdiéndonos verdaderos juegazos que siempre hemos disfrutado con sus consolas anteriores.

    Siempre lo he dicho: me parece de perlas que arriesguen e innoven, siempre han sido quienes lo han hecho, pero… ¿tan difícil es ofrecer la posibilidad de una consola de corte clásico y potente junto con las nuevas propuestas? parece que no están por la labor.

    • Nos gusta más, nos gusta menos, pero está claro que Nintendo hace más de una década que se bajó de la carrera tecnológica para ofrecer algo distinto que los diferencie aun sin ser punteros. Con la primera Wii triunfaron de lo lindo, con U se pegaron un batacazo enorme en ventas y ahora con Switch parece que siguen la senda de la primera. Ya me cuesta imaginar una consola de ellos con una capacidad equiparable al resto…

      ¡Muchas gracias por comentar!

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