Child of Eden: Más que un juego, una experiencia sensorial [Análisis Xbox 360]

Análisis Child of Eden

Q Entertainment y Tetsuya Mizuguchi lo han vuelto a hacer. Una vez más, abandonan los tópicos de los géneros más conocidos, para crear un título impactante desde el primer segundo. Child of Eden no es un juego al uso. Es un juego, es un experimento y es una experiencia. Todo a la vez. Y eso va a gustar a muchos y va a espantar a otros (sobre todos los que no vean una pistola, balas y gritos de dolor).

La mano del creador japonés se nota desde el principio. El padre de títulos como Space Channel 5, Rez o mi admirado Lumines vuelve a demostrar el tremendo talento que tiene a la hora de crear experiencias únicas. Pero, ¿qué es Child of Eden?

Child of Eden

Difícil respuesta, sobre todo si no tienes el título delante y te basas en las imágenes estáticas para hacerte una idea. Se puede considerar como una continuación de Rez, por el parecido en muchos momentos al desarrollarse dentro de una especie de wormhole o túnel infinito, en el cual tus «enemigos» (por llamarlos de alguna manera, ya que no dejan de ser formas geométricas) se colocan en los márgenes o en el centro del mismo. Pero también se puede considerar una especie de shot ‘em up, por el uso de tus dos armas y las «riadas» de enemigos en formación que suelen aparecer. Eso sí, bastante guiado en su desarrollo y en grupos de ocho enemigos normalmente.

Bueno, pues es todo esto y mucho más. Es una combinación de sensaciones. Visuales, gracias a sus múltiples objetos y efectos en pantalla y auditivas, como viene siendo habitual en los títulos de este autor. Cada acción que realicemos, automáticamente desencadenará algún sonido y cada combinación de sonidos, una serie de notas únicas dependiendo de nuestras acciones. Todo ello se mezclará además, con la música de fondo,  los efectos de los enemigos al moverse o desaparecer, de los efectos de cada fase… todo mientras mueves los brazos, cual hombre orquesta. Podría estar 10 horas explicando, pero es mejor jugarlo.

Child of Eden

El argumento, aunque quede sobrepasado por todo el espectáculo, sitúa el título en un futuro no muy lejano, en el que Eden es la fuente del conocimiento, donde se encuentran todos los recuerdos de la raza humana. Unos científicos deciden reproducir la personalidad humana dentro de Eden, a través del llamado Proyecto Lumi. Pero todo sale mal y un virus se infiltra en la red, infectando a Lumi y Eden. Así nuestro objetivo será detener dicho virus para completar el proyecto y devolver la paz y esperanza al planeta. La presencia de Lumi a partir de aquí será continua en el juego. Desde la misma presentación, hasta en el menú, pasando por determinados momentos de las fases finales.

Jugar es sencillo y la implementación de Kinect es perfecta para tipo de experiencia (aunque podemos jugar con el mando). Podremos mover la mano derecha para fijar enemigos en pantalla (botón A), hasta un máximo de ocho y después con un movimiento hacia delante, destruirlos (soltar el botón). Con la mano izquierda (o el botón B) usaremos la «trazadora», que no son más que ráfagas de disparos, pero de vital importancia para aniquilar los peligrosos objetos de color púrpura.

La combinación de ambas «armas» al son de nuestras manos, hará que despejemos las diferentes áreas repletas de objetos. Pero por encima de todo, la coordinación en el manejo de ambas manos, hará que vayamos generando una secuencia musical a tono con la fase, que nos proporcionará mejores puntuaciones si conseguimos hacerlo con el suficiente gracejo. Hay muchísimas ocasiones en las cuales toda esta combinación de efectos y música me recuerda a las producciones de la demoscene. Y cuando lo haces bien, es fantástico. Es como si tuviésemos todo el universo a nuestras órdenes.

A partir de aquí, comienzan los «peros». Si usamos Kinect para jugar, lo más normal es que al cabo del rato, comencemos a sentir algo de cansancio en los brazos, a pesar de que los niveles son cortos. Entre 10 o 30 minutos, dependiendo de lo inspirado que estés, y aquí viene otra pega: solo tenemos 5 niveles (Matriz, Evolución, Belleza, Pasión y Viaje) en el juego, el último desbloqueable cuando consigamos los cuatro primeros.

Child of Eden

La realidad azota fuerte: el juego no dura más de dos horas. ¡Como suena! Y esto lamentablemente hace que el juego no valga lo que cuesta, al menos en Xbox 360. Si me he cansado de criticar ciertos títulos por tener campañas de duración absurda, menores a las 10 horas, no puedo alabar esta duración, por precioso que sea el título y la experiencia que te aporte.

Se me antoja un juego demasiado corto y de excesivo coste. Más cuando ayer mismo, Ubisoft ha confirmado que la versión de PlayStation 3, costará tan solo 20 euros. ¡Por ese precio, este título es de compra obligatoria!. ¿Alguien entiende la política que ha llevado a que el juego cueste 50 euros en 360?. Yo sinceramente no.

Vale que todo esté basado en una experiencia visual, que las fases tienen una ambientación y manejo diferente y que el juego es bastante reutilizable si te enganchas, consiguiendo mejores puntuaciones en el ranking   y fundiéndote con todo lo que te ofrece la pantalla. Además, según avancemos en el juego, podremos conseguir las diferentes criaturas con las que nos enfrentemos, para que habiten nuestro menú de inicio y con las que podremos interactuar de manera muy curiosa. Pero si no te engancha…

Child of Eden

Luego está el manejo con el mando. Si bien perdemos mucha (¿toda?) la gracia si no jugamos con Kinect, con el mando, al ser un elemento más preciso que nuestra manos, el juego es más fácil (y no es que sea difícil de por sí). Con Kinect, por mucho tute que tengamos, si dejamos un par de días sin jugar, nos volverá a costar unos minutos equilibrar nuestros brazos y manos a lo que nos pide el título. Con el mando no. Al menos, los desarrolladores han hecho que las puntuaciones conseguidas con uno u otro periférico no estén compartidas en los marcadores online para no hacer trampas.

Por último, a pesar de la estupenda implementación de Kinect en este título (el mejor hasta la fecha en mi opinión), no deja de causarme cierta confusión en determinados momentos la obligación de usar una u otra mano y no poder usar las dos a la vez (salvo para el momento Euforia, que limpia la pantalla de enemigos al alzar ambos brazos al mismo tiempo). Es simplemente una pega personal. No un defecto del juego en si.

Muchas veces he intentado usar las dos manos de manera inconsciente para usar ambas armas a la vez. Y creo que podría haber sido una buena idea controlar con una mano enemigos y poder abatir con la otra al mismo tiempo. Esto no es posible en el juego, probablemente para no destrozar la experiencia sensorial y no convertirlo en un mata-mata cualquiera. Lo único que te quedará en esos momentos en los que te equivoques, es rectificar rápidamente para que Kinect no confunda el arma (brazo) que quieres usar.

La nota del análisis jamás tuvo menos importancia que con este título, ya que dependerá totalmente de si la experiencia te atrapa o no para poder disfrutar con el juego. Tú eres el que decide cuanto merece la pena. Child of Eden es una experiencia fantástica y lamentablemente, tan efímera como te dure el vício. Pero tienes que probarlo alguna vez. Si lo haces siempre recordarás este título. Aunque por error, acabes terminando el juego en esa misma tarde.

  1. este y el forza 4 son los unicos juegos por los que me pillaria el kinect y los dos son opcionales …..pero hasta que no hable español (el kinect)nada de nada …..

  2. En la misma carátula del juego deja claro que es mejor con Kinect, pero no obligatorio. Dudo bastante que Forza 4 sea mejor con Kinect. Este juego si lo es.

  3. De los que tengo apuntados para sacar partido a mi ya polvoriento Kinect, pero al precio adecuado. Desde luego es una experiencia diferente, pero su duración es una tara…

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