Crítica de Juego de Tronos 8x01: El principio del fin

Juego de Tronos se ha convertido en una de esas series que entrarán a formar parte de la historia. Sus personajes, sus tramas y su visceralidad la han convertido, por méritos propios, en una de las favoritas de crítica y público.

Ahora, todo parece estar convergiendo en su desenlace; un desenlace que, tras siete largas temporadas, ha puesto las expectativas por las nubes para ver qué sucede con el Trono de Hierro y el futuro de Poniente. Ni que decir tiene que cuidado con los spoilers.

Todo el trabajo llevado a cabo durante los últimos años converge en el punto en el que Daenerys llega acompañada por Jon Snow a Invernalia, y no lo hacen solos. Los dothrakis, inmaculados y dos dragones restantes de la descendiente de la casa Targaryen viajan al Norte también para participar en la que presuponemos será la batalla decisiva para decidir el futuro de Poniente. El Trono de Hierro puede esperar un poco más, al menos hasta que la amenaza de los caminantes blancos haya sido erradicada o erradique a todos los seres vivos al sur del Muro.

Y, hablando de la llegada de Jon a Invernalia, de reencuentros también va el capítulo. Después de la tensa relación entre este y Sansa tras reconocer el primero a Daenerys como heredera al Trono de Hierro, Jon se reencuentra con Bran y Arya, uniendo así en Invernalia, en el Norte, a todos los Stark que quedan vivos. Por supuesto, los dos miembros más jóvenes de la jerarquía Stark no son los que eran cuando se separaron de su “hermano”, ya que Arya es prácticamente una asesina consumada y Bran se ha convertido en un ser capaz de ver todo que casi ha abandonado toda su humanidad.

Con todos los Stark reunidos en el que es su hogar, junto con Daenerys, Tyrion, quien sigue haciendo uso de su buen humor en su primera intervención en el capítulo, Vadis y compañía, la relación entre Sansa y Jon parece estar más tirante que nunca y la causa principal es la presencia de Daenerys en Invernalia, así como la decisión de Jon de apoyarla como próxima reina de Poniente. La posición de Sansa es, más o menos, la que tiene la gran mayoría del Norte: una posición de incredulidad y desconfianza con respecto a los forasteros que ha traído el que fue declarado como Rey en el Norte.

Por otro lado, mientras Invernalia se prepara para hacer frente a la amenaza de los caminantes blancos, Cersei ejerce de ella misma como tan bien sabe para elaborar sus propios planes al margen de lo que pase o no en el Norte. La llegada de la Flota de Hierro, liderada por Euron Greyjoy, a Desembarco del Rey supone la creación de un importante ejército al mando de los Lannister o, más bien, de la Lannister, ya que Tyrion y Jamie han decidido elegir su propio camino lejos de la casa que les vio crecer.

Además, parece ser que los planes de Cersei podrían llevar a la muerte de, si no los dos, al menos uno de sus hermanos, ya que encarga a Bronn dirigirse al Norte para acabar con los “traidores” Tyrion y Jamie, quienes se han unido a la causa de Jon Snow. ¿Podrá Bronn acabar con la vida de los dos únicos Lannister a los que parece que puede tener algún tipo de aprecio? Ya conocemos el amor del mercenario por el dinero y los placeres terrenales, pero para acabar con Tyrion y Jamie tendría que dar un paso más allá e ir más lejos de lo que ha ido nunca.

Mientras los sucesos en Desembarco del Rey siguen desenvolviéndose, asistimos a otro de esos acontecimientos que pueden marcar el devenir de la batalla que está por suceder. Mientras Euron y Cersei están haciendo cosas de mayores en Desembarco del Rey, Theon Greyjoy aborda el barco en el que se encuentra retenida Yara, su hermana, para rescatarla y poner rumbo a las Islas del Hierro, aunque de camino, esta da permiso a su hermano para viajar a Invernalia y unirse a la que una vez fue su familia, aunque de acogida, para luchar contra la amenaza de los caminantes blancos. Es posible, por lo tanto, que en el próximo capítulo asistamos a otro reencuentro, aunque habrá que ver si agridulce o no, entre Theon y los Stark.

Y, por último, llegamos a los dos puntos clave del episodio que supone el regreso final de Juego de Tronos. El primero de ellos es el descubrimiento de Tormund y lo que queda de la Guardia de la Noche de uno de los bastiones del Norte arrasados con el representante principal de su casa, tan sólo un crío, clavado en la pared con lo que parecen ser varios rayos en espiral alrededor de su cuerpo formados por miembros cercenados. Cuando Beric acaba con la vida del niño, convertido en caminante blanco, con su espada de fuego, la imagen que podemos ver podría ser la confirmación de una de las teorías fans que más se manejan: que el Rey de la Noche podría ser un Targaryen.

El otro punto clave del episodio lo protagonizan un dolido Sam tras descubrir que Daenerys ha acabado con la vida de su padre y su hermano y Jon Snow en las criptas del linaje de los Stark. Es entonces cuando Sam le cuenta a Jon la verdad sobre su origen, que en realidad no es el hijo bastardo de Ned Stark, sino el fruto de la unión entre su hermana, Lyanna Stark, y Rhaegar Targaryen, por lo que su verdadero nombre es Aegon Targaryen, y es el legítimo heredero al Trono de Hierro. Y, bueno, no creo que le haga falta dar muchas vueltas a la cabeza para descubrir que se lo ha estado montando con su tía.

Además, esta revelación podría dolerle mucho más de lo que parece a Jon teniendo en cuenta la química visible entre él y Daenerys a lo largo de todo el capítulo, razón por la cual Sansa se muestra recelosa del apoyo de su hermano a su reina. Esta química llega a su punto más alto con el momento en el que Jon monta a Rhaegal y Daenerys a Drogon y se van a dar una vuelta por el Norte. A muy pocos se les pasará por alto el detalle de Jon montando a Rhaegal, un dragón que lleva el nombre de su verdadero padre.

Con todo esto, la vuelta de Juego de Tronos se convierte en la calma perfecta antes de la tormenta. Sin abandonar reencuentros como el del Perro con Arya o el de la propia Arya con Gendry, que parece tener química que puede ser explotada en los capítulos venideros, el episodio nos deja con un cliffhanger interesante aparte del de la revelación de su verdadera identidad a Jon, y es el de la llegada a Invernalia de Jamie Lannister y su reencuentro con Bran, que ya veremos en qué desemboca, presumiblemente en el próximo capítulo.

  1. A mi el primer capítulo de la última temporada me ha dejado indiferente. No ocurre nada del otro mundo, y solo se van revelando cosas que los espectadores ya sabían. Me vi la séptima temporada hace cuatro días, y no sé como los fans pueden quedarse satisfechos con este capítulo de relleno, porque recordemos que esta temporada consta de solo seis capítulos

    No hay acción, solo conversación para ponerte en contexto por si se te había olvidado algo de la temporada anterior.

    Sin infravalorar el trabajo realizado por ti, Javier, decir que esto lo calificaría más como un resumen y no como una crítica.

    ¡Gran trabajo! A mi me ha servido para darme cuenta de algunos detalles que se me pasaron al ver el capítulo.

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