Cult of the Lamb, menuda maravilla

Acabo de finalizar Cult of the Lamb, el juego de Massive Monster, publicado por la gente de Devolver. Lo he jugado en Steam y lo he gozado de principio a fin. La loquísima premisa de encarnar a una oveja que está a punto de ser sacrificada pero que es resucitada por una deidad vengativa que nos encargar montar un culto en su nombre está a la altura del hype.

Un cocktail increíble

Cult of the Lamb es una combinación de géneros tremenda. Con una base de Rogue Lite (Hades, Returnal), se ha añadido un componente de gestión de recursos de una secta (una simpática, eso si), simplificando ambas fórmulas hasta un punto en el que se consigue que el jugador no se vaya a encallar o entrar en bucles de desesperación y de no progreso.

Y es que en Cult of the Lamb las runs están dividas en niveles o bosses, y cada vez que superemos a uno no deberemos volver a luchar contra él. Esta segmentación de las runs simplifica enormemente la dificultad de juego. Además, hay que añadir la profundidad (que no complejidad) que tiene el desbloqueo de perks, habilidades y la gestión de nuestra secta. Captar nuevos miembros, darles un lugar donde dormir y darles de comer serán algunas de las tareas que deberemos ejecutar para poder así conseguir los puntos de fe suficientes como para aumentar los poderes de la oveja al máximo.

Todo esto, combinado con el tono humorístico y surrealista del juego de Massive Monster, acaba resultando en un verdadero juegazo. Cult of the Lamb consigue la doble pirueta: brillar innovando con una apuesta que consigue hacer suyo lo mejor de los Rogue Lite y de los juegos de estrategia en un marco loquísimo, siniestro pero muy, muy cachondo. Menudo imán más mágico tienen los cracks de Devolver Digital para conseguir atraer estas apuestas tan majaderamente geniales. [85]