Análisis: Dark Souls 3: La Ciudad Anillada es el DLC que queríamos

La Ciudad Anillada pone broche final a Dark Souls 3, y con ello a la trilogía más clave en la carrera de Hidetaka Miyazaki. No temas a la oscuridad, ser de la ceniza, y enfréntate al último viaje.

No temas, ser de la ceniza, pues este es el Último Viaje

Como ya adelantaba en un artículo la semana pasada, estaba lleno de expectación y curiosidad por el DLC que iba a cerrar Dark Souls 3, especialmente tras un “Las Cenizas de Ariandel” que, muy de acuerdo a su temática, consiguió dejarme un poco frío. Y me alegra decir que estamos ante un cierre fantástico de la franquicia.Sin entrar todavía a las cosas negativas que tiene, La Ciudad Anillada no es ni mucho menos un DLC redondo a la altura de los juegos previos, pero sí me ha parecido mucho mejor que el anterior y que, lo que se propone, lo hace bien.

El DLC vale la pena, pese a que hay una serie de detalles que siguen ensombreciendo un juego que podría haber pasado a ser mucho mejor recordado. La Ciudad Anillada es una expansión más larga que la primera, sin llegar tampoco a ser exagerada, pero me tomó unas ocho horas superar los desafíos que esta plantea. También hablo desde un punto de vista de alguien que le lleva su tiempo vencer estos juegos, ya que algunas personas me han comentado que superaron el DLC en unas 4 horas.

Aunque la duración tampoco me parece representativa de la calidad de la expansión, sí quiero señalar que es muy disfrutable y el contenido a superar está muy bien planteado. Pero de cara a aquellos que sintieron que su compra no había valido la pena con Las Cenizas de Ariandel comentarles que la sensación de duración es muy distinta.

Cohesión y variedad

Las nuevas zonas son todas una maravilla, grandes y con posibilidad de exploración para desentrañar todos los secretos que aguardan, que por cierto son numerosos. Hay más variedad que en el contenido anterior y están sumidas en un ambiente de intriga que sin duda nos invita a mirar en cada recoveco. Además, al fin encontraremos respuestas a muchas de las incógnitas que el lore había arrastrado hasta ahora. Los jefes (sí, es plural) son una virguería, especialmente el encuentro final. Espectaculares y acompañados de la poderosa banda sonora con la que From Software nos tiene viciados desde Dark Souls 2. El diseño de los encuentros es emocionante y son realmente desafiantes, remarcando nuevamente el ejemplo final.

Durante la aventura encontraremos numerosos nuevos enemigos, que también son desafiantes y con mecánicas que pondrán a prueba nuestra habilidad, aunque bajo mi punto de vista han hecho un poco como en Scholar of the First Sin: hacer más complicado el avance en el juego a base de colocar excesivos enemigos en una zona.

No sólo enlazamos el juego, sino también la Saga entera

Con todo, cuando estoy hablando de variedad es que realmente son muy distintos, y no todos pueden ser vencidos con fuerza bruta. Así que un gran punto positivo aquí ya que deberemos tirar de nuestra imaginación para plantar cara a algunos enemigos. Además, no parece que sean estúpidos, y creo que From Software ha hecho un buen trabajo con la IA. Me ha sorprendido especialmente la cantidad de guiños y referencias que encontramos en el DLC, ligados tanto al juego original como al primer DLC, y me ha hecho sentirme como si realmente todas las acciones que hemos realizado a lo largo de la saga han tenido consecuencias, llevando a algunas de las sorpresas que hay en este contenido.

Considero necesario haber jugado previamente a Las Cenizas de Ariandel para entender todo lo que está sucediendo en el DLC, así como para acceder a algunas de las novedades que este trae (como las nuevas arenas). Se han añadido también un gran repertorio de armas y armaduras que son (y serán) la delicia de aquellos que juegan PvP. Como anécdota, contar que durante mi aventura me invadió un espectro con un doble ultra espadón y… sí, es tan bestia como suena.

No es titanita todo lo que reluce…

Como pega decir que me gustaría haber visto algún hechizo nuevo, por lo que puede que algunas de las builds se queden por debajo en el modo online. Aunque no me preocupa especialmente, pues es conocimiento general que la gente honorable pelea cuerpo a cuerpo. Mencionaba antes que este DLC tiene algunas sombras que le impiden ser redondo, una ya la he mencionado: la concentración enorme de enemigos en algunos puntos, que nos llevará en más de una ocasión a salir corriendo en vez de plantarles cara. La otra es el drama crónico de este Dark Souls 3, la cámara. Y es especialmente impertinente en algunos encuentros de la expansión (en el primer jefe falla de forma exagerada. Una lástima que From Software no haya metido mano en este tema todavía.

En fin, Dark Souls 3: La Ciudad Anillada es lo que queríamos, ni más ni menos. Un cierre magnífico a uno de los grandes juegos del año pasado, y a Dark Souls como saga en sí. Siendo lo mejor sin duda el haber logrado enlazar los juegos en el clímax final. La saga, y especialmente esta última entrega, se ha enfrentado a la cuestión de no saber cómo abordar los aumentos de dificultad ante un público que ya domina estos juegos. Este hecho ha supuesto un intento nuevamente de aumentarla al estilo de Dark Souls 2, y es probablemente lo que más afea un contenido que podría haber supuesto un sobresaliente final para una de las sagas más importantes de los últimos años.

La saga necesitaba un descanso, y sin duda con esta entrega (Dark Souls 3 en su conjunto) se lo ha ganado. Sin duda estaremos pendientes del rumbo que toma Hidetaka Miyazaki a partir de aquí. Ve en paz, ser de la ceniza, y no te pierdas La Ciudad Anillada. [80]

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