Dioses y Monstruos

Ah, la popularidad. Esa arma de doble filo que proporciona entradas VIPs a las discotecas de moda y las mejores mesas de los restaurantes michelín, pero que también convierte al que la disfruta en un objetivo andante para paparazzis sin escrúpulos, y en la comidilla de los corrillos de los trabajos desempeñados por gente mucho más de a pie. Very Important Pipiolos como Ken Kutaragi, papá de las PlayStation o Tomonobu Itagaki, el genio que juega con una mano a su DOA Xtreme Beach Volley, han probado en sus bocas las dos mieles, una sensiblemente más dulce que la otra. Uno, Kutaragi San, fue descatalogado cuál mueble del Ikea de nombre impronunciable, y presumiblemente acallado con millones, porque la que podía liar un hombre de su knowhow, creador del fenómeno consolero más importante desde la Atari, era considerable.


Otro, Itagaki, también ha salido de la compañía a la que había catapultado a lo más alto con juegos como DOA, Ninja Gaiden, ésto… y otro que no me acuerdo. Pero en vez de haber sido licenciado con honores, como Kutaragi, Tomonobu, quien ya sabe qué se siente al estar en el lado oscuro – la denuncia por acoso sexual aún le escocerá, a pesar de haber sido encontrado inocente por los juzgados – ha interpuesto una demanda millonaria por, según su versión, habérsele negado el pago de unas multimillonarias primas prometidas por alcanzar ciertos objetivos en su trabajo. Ésto en una cultura, la nipona, en la que las compañías premian la fidelidad de sus trabajadores comprándoles nichos, es poco menos que el acabose, un fenómeno mediático equiparable al infraganti de Micky Molina y Ana Obregón. O como la borrachera de uno que hizo un jueguecito llamado God of War.

Es Ley de Vida. Los más grandes están condenados a emprender sus propios caminos, dejando atrás las compañías en las que probaron por primera vez las mieles del éxito y se desvirgaron mediáticamente: Hideo Kojima, Tetzuya Mizuguchi, Dave Perry, David Jaffe… Todos ellos se han atrevido a abandonar la nave nodriza de sus respectivas compañías para emprender proyectos más o menos alejados de la presión de los publishers de los que no acaban de despegarse. Todos ellos se habían ido como hay que irse, sin echar mierda de sus anteriores jefes, que la vida es larga y uno nunca sabe dónde acabará… Todos ellos menos Itagaki. Preveo que ninguna otra compañía japonesa le fichará por faltar al respeto públicamente a la mano que le daba de comer, pero que le negaba sus primas. Eso sí, en los USA se lo van a rifar. Personalmente apuesto por un fichaje por parte de Microsoft. Tiempo al tiempo.

  1. [quote comment=»125366″]Hideo Kojima donde comenzó entonces??? O es ahora un estudio independiente de konami??[/quote]

    Creo que es un estudio asociado a Konami.

  2. Podría estar de acuerdo pero, sinceramente, si es verdad lo que dice Itagaki no me extraña nada lo que ha hecho.

    En Japón se lleva el honor y uno es capaz de morir por su empresa. Y si la empresa te esta dando por el culo, creeme… no te sentará nada bien.

    Si a eso le sumamos que Itagaki es franco como él solo… pues ha hecho lo más normal.

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