Aún no había salido el sol, cuando con 8 años me desperté sobre las 7:30 de la mañana. Me puse mis zapatillas rojas y a oscuras fui hacia el comedor. Los primeros rayos de sol empezaban a asomar por la puerta del balcón aunque todavía estaba demasiado oscuro para ver claramente. Encendí la luz y hay estaba: una caja grande, envuelta con papel de regalo, con mi nombre.
Como un loco, desperté a mi hermana al grito de “Han venido los reyes, han venido los reyes”. Mi hermana pegó un brinco y juntos repetimos la escena en el cuarto de mis padres. Medio dormidos todos, pero con la emoción a flor de piel, abrí la caja lo primero. Ahí estaba: Sonic, junto a mi primera consola (y la mejor de la época) Sega Mega Drive. En ese momento empezó todo.
Las horas que disfruté junto al erizo azul en sus fases, sus ritmos pegadizos, su velocidad y su dificultad, en algunos momentos, es algo que pocas veces he vuelto a sentir. Pero si me sentía el rey del mundo por tener una Mega Drive con Sonic como buque insignia, cuando llegó a mis manos Sonic 2, el mundo implosionó. Tal vez sea la infancia, el momento, los recuerdos, pero no me escondo de decir orgulloso que, para mi, Sonic 2 es el mejor juego de mi vida.
A día de hoy sigo descubriendo información de su época dorada: niveles desechados, anécdotas del Sonic Team, bocetos, versiones que nunca salieron a la luz y todo ello sigue pareciéndome maravilloso, porque, para mi, sigue siendo mi héroe.
Ha llovido mucho desde aquellos años y nuestro erizo se hace mayor.
Ha tenido épocas buenas, épocas malas y algunas que es mejor no recordar. Todos sabemos que la historia de Sonic ha sido turbulenta durante toda su trayectoria y aquellos que crecimos con él nos conformamos con que el siguiente juego sea digno de la leyenda y que, sinceramente, algún día vuelva a ser el digno rival que fue de Mario.
Hoy es el 24º aniversario de Sonic y si miro su estado actual me alegra ver que haya sido su archienemigo, Nintendo, la que haya acogido en sus juegos y compañía, con el respeto que se merece, al erizo azul. No, Sonic Boom no existe.
Pero Sonic también se hace mayor y se adapta a las nuevas generaciones, es por eso que SEGA sigue enfrascada en el mercado móvil. Entró por allá el 2008, sacando juegos, tanto del erizo azul como de sus otras licencias, y ha obtenido curiosos records: Sonic Dash, lanzado en 2013, es uno de los juegos más descargados de la franquicia de Sonic con
– 100 millones de descargas
– 14 millones de jugadores (el equivalente a la población de Londres)
– 123 millones de horas jugadas (el equivalente a 140 siglos)
No se que futuro le depara a la mascota de SEGA, y aunque temo lo peor cuando se pronuncia su nombre en algún juego nuevo, hoy, con una lagrimita de emoción, solo me queda decir:
Felicidades y gracias por todo Sonic, que tu vida sea larga y que algún día vuelvas a ser la leyenda que fuiste.
Es triste saber en lo que ha terminado Sonic, pero es cierto que en su época fue un muy duro rival para Mario y Nintendo.
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