Hearthfire es solo una excusa para recuperar Skyrim

Hearthfire se anunció como un DLC que permitía una de las pocas cosas que no se podían hacer en Skyrim: construir tu propia casa. Lo que no se dijo claramente es que construir una casa en Hearthfire es una auténtica odisea, una misión de una duración considerable en la que tendréis que invertir mucho tiempo para llevar a buen puerto. Y eso, teniendo en cuenta del juego que estamos hablando, es muy peligroso.

Skyrim: Hearthfire

Una entrañable casa de campo para especular en Skyrim

Y digo peligroso porque en Skyrim es fácil distraerse, sobre todo si has recuperado el juego de la estantería con la excusa de hacerte con la expansión del juego de Bethesda y no tienes fresca la experiencia de perderte por el casi inigualable mundo creado por la mágica última entrega de The Elder Scrolls.

Ya en faena, la construcción de la casa es una Quest con todas las de la Ley. Para edificarla no te hará falta ingenio, sino únicamente necesitarás recolectar una serie de materiales que podrás comprar o conseguir recorriendo el mundo de Skyrim. Aquí te darás cuenta de lo lineal de la tarea, que no cuenta con margen de maniobra más allá de elegir qué secciones añadir a la casa y con qué elementos decorarla. Eso sí, no podremos escoger la distribución, ni recolocar los muebles. Vamos, la pesadilla de cualquier mujer.

La colocación seguirá un proceso muy similar. Utilizando los bancos de trabajo y tras recolectar los diferentes materiales que se nos pidan, y transformando los necesarios gracias al nuevo menú que aparecerá en las mesas de trabajo, yunques, etc., podremos empezar a dar ambiente a nuestra nueva morada. Aunque si ya tenías una casa en algún otro lugar de Skyrim, como por ejemplo en Carrera Blanca, igual te da hasta pereza transportar todas las cosas a tu flamante casa de campo que, por cierto, estará en mitad de la nada. Eso sí, al menos habrá un acceso directo desde el mapa, por lo que podremos acceder rápidamente a nuestra nueva y flamante propiedad desde cualquier punto del mapa.

Hearthfire es un DLC atípico. Hay juegos que, aunque con otra aproximación al mismo objetivo, han encontrado una base para no necesitar ofrecer nada más. En cambio Skyrim ha necesitado una expansión para ofrecer algo que, en realidad, es un minijuego. Un minijuego que tiene como resultado, sí, el construir tu propia casa, pero teniendo en cuenta que ya se podían comprar casas ya existentes y dada la escasa, por no decir nula, libertad a la hora de diseñarla, realmente esta expansión queda a la altura de una anécdota.

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La parte que salvo de este DLC es la posibilidad de poder adoptar niños sin hogar, un giro al dramatismo que podría considerarse como un guiño a un futuro The Elder Scrolls realmente maduro. Y es que escuchar a una niña mendigarnos una moneda y después suplicarnos que la adoptemos es lo más parecido a explorar emociones adultas en un videojuego.

Lo mejor de Hearthfire es que es una nueva excusa para volver a jugar al que para mi es uno de los juegos de esta generación. [60]

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