Ingredientes para el videojuego perfecto I: Un buen sistema de transporte

Hace un tiempo intenté describir funcionalmente los ingredientes que tendrían que conformar el videojuego perfecto. La verdad es que no creo ni que me acercara, pero por lo menos me sirvió para que ordenara mentalmente algunas ideas que tengo al respecto de qué es lo que distingue un Triple-A de un juego corriente. Este tema, aunque puede parecer muy abstracto, es objeto de estudio por parte de muchos desarrolladores y título de conferencias en las principales ferias del mundo del juego.

Con el de hoy inauguro el que espero que sea una serie de posts, si la dejadez o la inconstancia no le ponen remedio y que pretende poner ejemplos de qué ingredientes ya vistos en otros juegos formarían parte de mi el videojuego perfecto. Como sé que es de lo más fácil caer en la subjetividad, sólo me fijaré en los juegos más exitosos, nada de elecciones personales que sólo me gusten a mi.

Me dejo ya de rollos y voy al lio. Como dice el título, el primer post va de sistemas de transporte:

Epona

Visto en: saga Zelda

Curiosidad: ¿Sabías que el nombre Epona proviene de de la Diosa Celta de los Caballos?

Warthog

Visto en: saga Halo

Curiosidad: ¿Sabías que Peugeot ha creado el Hoggar, inspirado en él?

Coches de GTA

Visto en: saga Grand Theft Auto

Nota: No me digas que tú no has intentado meter en el garaje de GTA todos los coches que has podido…
Curiosidad: Aunque parece, a pesar de los rumores, que no hay ni Bigfoot ni asesinos con sierras eléctrica, sí que se ha demostrado la existencia de coches fantasma que están conducidos sin conductor en el GTA: San Andreas.

  1. Pues ayer jugando al Saints Row me metí en un bulldozer y de repente desapareció, y mi personaje ahí subido como a 5 metros de altura en posición sentada, haciendo que giraba un volante y metía marchas sobre una estructura permanente de la que no podía salir.

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