Los juegos de granjas son un fenómeno a día de hoy, y no solo de grandes nombres se vive como Stardew Valley o Story of Seasons. Juegos más pequeños como Apico o Sprout Valley se han hecho un hueco en esto de la gestión de espacios… pero siempre hay sitio para más, y sobre todo para aquellos tan curiosos como Kamaeru: A Frog Refuge.
Nuestro refugio
Cleo y Axel son dos amigos de la infancia con una pasión: recuperar los humedales de su pueblo y crear un espacio para la biodiversidad donde las ranas puedan campar a sus anchas. Un proyecto muy loable, especialmente en un mundo donde a nadie parece importarles un bledo lo que les ocurra —Doñana…— pese a ser un indicador muy claro del estado de nuestro planeta, y que nos llevará una gran cantidad de trabajo y paciencia dentro del título.
Al final, estamos hablando de gestión de recursos, y desde esta perspectiva Humble Reeds, estudio francés formado por dos veteranos de la industria, ha decidido que un simulador era lo más apropiado para esta tarea. En Kamaeru: A Frog Refuge deberemos manejar el humedal al más puro estilo gestor de recursos: desbloquear proyectos para poder ampliar el humedal, con sitios que atraigan nueva fauna a la vez que usamos la flora del lugar para crear productos caseros con los que financiar mobiliario que permita la proliferación de las ranitas por el lugar. Sencillo, ¿no?
La ranadex para hacernos con todas
Pues sí, Kamaeru: A Frog Refuge es muy sencillo en su planteamiento, con una jugabilidad muy acorde a la estética tan tranquila y dulce que emana de los humedales. Este humedal se divide en dos zonas —al principio—, una donde nosotros colocaremos el mobiliario y tendremos las diferentes facilidades —como al carpintero o, por algún motivo, una bióloga experta en hibridación— para que las ranas campen a sus anchas, y una segunda más estilo granja donde obtendremos los recursos con los que alimentar a las ranas y conseguir dinero, que correspondería a lo que es el humedal per se.
El gameplay, por tanto, es muy mecánico: iremos expandiendo el humedal con lo que obtengamos de él, buscando cumplir las misiones que se nos asigne por la historia —ora rellenar ciertas entradas de la Ranadex (nombre real), ora pintar o construir ciertos objetos— para ir obteniendo cada vez más ayuda por parte del pueblo, más recursos, más terreno para crear nuestro espacio o simplemente, disfrutar tranquilamente.
Jugabilidad para todo el mundo
Kamaeru: A Frog Refuge es un juego muy tranquilo y sencillo. Uno de esos títulos donde disfrutar con un entretenimiento ligero. El título no te obligará a gastar muchas horas para ir avanzando, pues conseguir dinero es relativamente rápido conforme avanzas consiguiendo más plantas —cada vez más difícil, pero nunca será una frustración— y las misiones no son tampoco complicadas. Al final, la intención del estudio es la de crear un juego amigable y bello donde prime más ver a las ranitas a su aire que gestionar per se el humedal.
Un ejemplo de esto es la forma de conseguir dinero mediante recetas. El título despliega aquí un pequeño minijuego, una suerte de trámite, que cuando lo realizas correctamente te asegura tres objetos extra. Sin desmerecer, no aporta especialmente nada más allá de añadir jugabilidad por añadir, pues si no estuviera —al final, es un momento, apenas quince segundos por minijuego— no pasaría nada. Otros, como el de pintar —donde tienes que seleccionar la mezcla de colores a mano— o el de elegir las características de las ranas —un tres en raya— me han parecido sin embargo más divertidos.
En resumen
Armor Games Studios, compañía detrás del publishing del título, ha encontrado una pequeña joyita para su catálogo. Sin ser un juego destacable per se, el cariño que existe detrás de la idea de Kamaeru es patente en el título. Bonito, sin duda, me sorprende sin embargo que no use la pantalla táctil de la Switch o que, directamente, no esté en dispositivos móviles teniendo en cuenta el estilo de juego del mismo. Aquellos amantes de los juegos de gestión de recursos que no quieran calentarse la cabeza y busquen sin embargo un pasatiempo entretenido, colorido y encantador, sin duda encontrarán lo que buscan junto a Cleo y Axel en este maravilloso refugio para ranitas. [70]