Merchants of the Skies, transportistas de las alturas

Cuando miramos a los cielos y observamos a las aves pasar, pocos pensamientos han resonado más en el subconsciente humano que aquel de libertad. Un mundo más allá de las nubes, una civilización formada por archipiélagos de islas flotantes; ahí es adonde nos dirigimos y donde sucede toda la acción en Merchants of the Skies, de Coldwild Games.

Merchants of the Skies

Un mundo sobre nosotros

No sabemos a ciencia cierta cuando se colonizaron los cielos, pero lo que sí sabemos es que no fuimos los primeros. Las naves que se pilotan no son un reciente invento, más bien un descubrimiento, donde los mejores ingenieros han replicado una tecnología ancestral para fabricarlas. Poco sabemos de esta antigua civilización que reinó sobre los cielos, pero por fortuna, su declive significa nuestro ascenso y sus avances nuestro poder.

Nuestra misión como Merchants of the Skies en las alturas no es algo baladí: debemos apoyar a cada uno de los asentamientos flotantes. Nuestra nave se encargará de llevar de un lado para otro, como un transportista celestial, recursos y personal entre islas según de nos vaya requiriendo. Estas misiones nos recompensarán con oro, con el cual podremos comprar materiales para nuestros próximos pedidos, pero también más personal para nuestra nave, mejorarla o incluso cambiarla por una nueva.

De nuestra nave tendremos que tener en cuenta múltiples factores. Primero, la energía, la cual nos permite movernos entre islotes. Cada nave viene con unos parámetros predeterminados de velocidad, capacidad de carga, capacidad de energía, consumo de energía, etc. Otro factor es, precisamente, la carga que llevemos. No todos los objetos se almacenan de la misma manera, pudiendo cargar 30 de madera pero 100 de trigo, es decir, teniendo en cuenta el peso. Incluso deberemos tener en cuenta el peso de nuestra tripulación a la hora de movernos, pues a más gente, más peso y más lentitud al movernos.

Estación de recarga

Naturaleza voladora

Pero esto no es lo único y no podemos obtener recursos de otras maneras. Aparte de las islas pobladas existen múltiples islotes más pequeños donde podemos recoger un tipo de recurso. Según las mejoras que tengamos asignadas y el número de tripulantes podremos extraer más recursos de las islas, una vez al día. Además, necesitamos las herramientas necesarias para obtenerlos, en forma de mejoras: si queremos agua, compra barriles; si queremos hierro, compra picos.

Más allá de la parte de gestión existe una parte también de exploración. Existen unos seres, los llamados Gigantes, que nos permiten conseguir mejoras pasivas ajenas a la nave que pilotemos. Además, ciertas submisiones nos darán pergaminos que estos seres descifrarán para nosotros, con los que conseguiremos mejoras tan substanciales como crear torres de recarga de naves en nuestras islas.

Islas compradas

¡Reclamo este territorio para mi!

¿Nuestras? Correcto, porque además de explotar los recursos de una isla podremos comprarlas para, siendo sinceros, explotar aún más los materiales de los que disponen. Dentro de nuestras islas, y según la naturaleza de la misma, podremos colocar edificios específicos para nuestro deleite. Conforme más avanzamos en el juego, más extravagantes son los objetos que se nos solicitan. Para conseguir, por ejemplo, pan, deberemos construir un horno en una de nuestras propiedades y a partir de ahí avanzar.

Dejando ya a un lado todo el apartado de gestión que incluye el producto, ¿qué hay del apartado más artístico? Es bonito, sin duda. Un pixel-art simple y colorido que dota al juego de personalidad y se hace agradable a la vista. Musicalmente… es absolutamente repetitivo, lo cual no quita que cumpla su función. Se nota donde están la intenciones con el juego.

Isla de los gigantes

En resumen

Merchants of the Skies es un producto muy interesante. Cuando comienzas a jugarlo te das cuenta realmente de lo que tienes entre manos, un título muy entretenido, muy adictivo y mucho más complejo de lo que realmente aparenta a primera vista dentro de la simpleza del inicio. Es una buena incursión en un género para la Switch que, gracias a poder jugar cuando quieras y como quieras, mejora una experiencia de juego muy divertida. [75]

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