[Microanálisis] Crazy Taxi Fare Wars para PSP

Crazy Taxi llega a PSP con un recopilatorio de las dos entregas que causaron furor en recreativas. Dos clásicos por el precio de uno. La única duda es ¿Qué tal le habrá sentado el paso del tiempo?

La experiencia arcade que es capaz de ofrecer un Crazy Taxi es incomparable, 100% seguera. Su trepidante estilo de juego captura la misma esencia de lo que se supone que debe ser una coin-op, convirtiendo los muebles que lo albergaban en unas auténticas tragaperras. El éxito cosechado en los salones arcade hizo que Sega no se lo pensara a la hora de realizar las conversiones de ambos capítulos para la que fue su última consola doméstica, la incomprendida Dreamcast.

El problema es que la misma fórmula no acaba de funcionar en una máquina doméstica, no tanto porque ésta esté agotada sino porque la jugabilidad está enfocada a partidas esporádicas, no a maratones de varias horas. Si en Dreamcast tuve la misma sensación, y eso que eran versiones pixel-perfect, exactas a la edición de recreativa, en PSP he vuelto a tener un deja-vu.

Ambas partes parecen el mismo título debido a la exacta mecánica de juego, minijuegos secundarios aparte: Recoger al pasajero y transportarlo a su destino antes de que se agote el tiempo. Se diferencian, principalmente, por la ciudad en la que transcurre la acción, la plantilla de taxistas a escoger o el hecho de que en la segunda parte se ha implementado un botón de salto el cual abre un nuevo espectro de posibilidades a la hora de encontrar atajos gracias a los cuales poder ahorrar unos cuantos valiosos segundos en cada viaje.

Pero encontramos una novedad destacable: Un modo multijugador que permite que dos taxis intenten alzarse con la victoria en un duelo de recaudación. Sin duda, un gran añadido al juego original, aunque a la hora de la verdad los piques quedan difuminados por lo vasto de la ciudad y el componente multijugador se ve relegado a un segundo plano.

En definitiva, Crazy Taxy: Fares War es un título melancólico, perfecto para echar una partida rápida de pocos minutos de duración. No significa que no sea un juego divertido, al contrario, tiene las virtudes de los clásicos arcade. Lástima que cuando uno puede jugar todo lo que quiera sin tener que introducir monedas en la máquina, parte del encanto se pierde.

Veredicto
Recuerda a… Es el creador de la mecánica de juego, pero otros como Simpsons Road Rage han recogido el guante.
¿Hubiera jugado más de dos horas si no tuviera que analizarlo? No.

  1. Me encantó en su mommento… fue uno de los primeros juegos que tuve en Dreamcast (y que aun conservo) que mas me impresionó. Se que hoy en dia este tipo de juegos no funciona, pero a mi me encanta jugar de vez en cuando una partidita y revivir ese rollo 100% arcade. A ver si sacan el nuevo House of the Dead y me doy el lujo de comprarmelo :D.

  2. Pingback: [Microanálisis] The Club para Xbox 360/PS3 | Akihabara Blues

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