Neon White, el cielo no es como lo pintan

No me canso de insistir en el potencial que tiene Xbox Game Pass para acercarnos a títulos interesantes. En este caso hablaré de Neon White, un plataformas que mezcla velocidad y acertijos, con una historia que nos lleva a un cielo muy diferente al que imaginamos.

neon white

La batalla de los colores

Nuestra historia comienza con White, el protagonista y personaje que controlamos durante toda la aventura, quien es rescatado de un mar de almas en pena para competir en un evento de varios días, donde debe eliminar los demonios que atacan el cielo.

Debe competir con otros personajes, también representados por colores y que además formaron parte de su pasado, del cual nuestro protagonista no recuerda nada. A lo largo de las misiones podremos interactuar con dichos personajes y obtener recuerdos que le permitan refrescar la memoria y saber por que se encuentra allí.

A pura velocidad

En Neon White las misiones consisten en llegar a la meta en el menor tiempo posible, eliminando todos los demonios del nivel y aprovechando las diferentes tarjetas de habilidad que se encuentran esparcidas.

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Al conseguir unn medalla de oro, por lo menos, se descuenta uno de los niveles y al alcanzar cierto nivel podremos conocer nuevos mundos y misterios de este cielo donde los gatos mandan y algunas almas cuentan con gustos bastante extraños.

El juego tiene una base muy parecida a Mirror’s Edge o Ghostrunner. Una cámara en primera persona y la velocidad como aliada, pero además tenemos tarjetas que nos otorgan habilidades, ya sea doble salto, una ganzúa o la capacidad de realizar desplazamientos rápidos en ciertas direcciones.

Combinando las tarjetas, con nuestros movimientos, es que podemos lograr alcanzar los tiempos requeridos para conseguir medallas del material más exotico, lo que se convierte en un verdadero vicio. El juego no es dificil, es retador, y de ahi las ganas de descubrir todos los secretos que cada nivel tiene para ofrecernos.

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Difícil de soltar

A medida que conseguimos las medallas se desbloquean elementos como regalos (que también debemos encontrar), atajos y tiempos globales. Encontrar los regalos bastante divertido, porque debemos usar el ingenio para ubicarlos y alcanzarlos, lo que le mete algo de acertijos al juego.

De igual manera, una vez obtenidos los regalos, los podemos entregar a los diferentes personajes y así ir descubriendo los misterios en la trama de Neon White. En algunos casos esos personajes nos ofrecen misiones secundarias bastante exigentes.

No para de sorprender

Cuando uno cree que conoce todo lo necesario para superar los más de 100 niveles del juego, se sorprende con las nuevas cartas, enemigos o coleccionables que existen. De igual manera los niveles van evolucionando constantemente y tenemos hasta luchas con jefes, que en su mayoría son contra el personaje de color verde.

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De igual manera, a pesar de ser una trama simple, la historia en Neon White es llamativa, porque tanto Red, Yellow y Purple tuvieron algo en común y es precisamente por dicha relación que han terminado todos en dicho lugar extraño que aparentemente es el cielo.

Conclusiones

Que bueno ver compañías como Angel Matrix, que toman una fórmula conocida y le dan un giro para ofrecer un juego entretenido, retador y gratificante, con una historia y mecánicas adictivas.

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Neon White es de esas joyas ocultas que llegan a uno por el voz a voz y que se consolidan una vez se tiene la oportunidad de jugarlas. Es allí donde nuevamente destaco el potencial de Xbox Game Pass, quien recientemente llevó el juego a su catálogo y lo devore como hace tiempo no hacía con algún título.[90]

  1. Es una locura. Cuando lo jugué no me lo creía lo bien hilada que está la historia, lo que mola el lore y, sobre todo, lo bien que se controla.

    Eso sí, he intentado volver para acabármelo, pero la fluidez que gradualmente fui pillando por los niveles ha desaparecido, y como es incremental la dificultad a medida que superas los niveles, se me hace muy cuesta arriba.

    Pero que me quiten lo bailado, las 30 horas (creo) que le metí fueron espectaculares.

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