Pixel Ripped 1995: ponte nostálgico en VR

No conocía a Pixel Ripped 1995 (Arvore Immersive Experiences, LLC, 2020), ni a su predecesor, Pixel Ripped 1989 (Arvore Immersive Experiences, LLC, 2018), pero es de esos juegos que te cruzas en el bazar cuando estás buscando a qué echar una partida entre combate y combate en el maravilloso There will be Fight y te llama la atención.

Regresa a los años 90

¿Recuerdas qué estabas haciendo en los años 90? Uno de mis recuerdos más vívidos es cuando, en plenas vacaciones de verano, mi colega Álex se agenció una Super Nintendo. Realmente no era suya, sino de su hermana, pero no se me caían los anillos a la hora de acoplarme con él a echar partidas a esos maravillosos Street Fighter 2 o R-Type. Qué pedazo de personajes, de gráficos, de sonidos. Un mundo aparte con mis referencias de 8 bits.

Previamente había podido ver en la Master System de mi colega Alex Kidd, pero no me había hecho el click. Mi NES me tiraba bastante más, y tan solo Megadrive me hacía dudar si mi futuro era Nintendero o Seguero. Al final me acabé haciendo con las dos, pero esa es otra historia.

El Cerebro de la Bestia

Otro de los recuerdos que tengo de Super Nintendo, antes de hacerme con ella, son las partidas a Super Mario Kart en casa de mi colega José Manuel. Madre mía qué vicios que nos pegamos. Previamente le dábamos duro a Amstrad CPC, pero cuando saltó a los 16 bits de Nintendo aquello ya era puro porno gráfico. Y sonoro, porque el fx de cruzar el puente de Super Mario Kart se me quedará grabado de por vida. Qué pasada.

Luego ya llegarían las navidades en las que mis padres me regalarían la Super Nintendo, con ese increíble pack de Street Fighter 2 y Super Mario World a 32.990 pesetas, quizá el mejor pack de la historia. Qué tiempos aquellos en los que con dos juegos te podías tirar meses con una sonrisa en los labios. Ahora parece que si no cambias de juego cada semana no eres un gamer.

Un regreso en VR a esa época dorada

En fin, que me pierdo. Pixel Ripped 1995, con una buena carga de humor y nostalgia, nos lleva de vuelta a los tiempos de Super Nintendo, Megadrive, estirándolos hasta los inicios de PSX. Poniéndonos en la piel de un personaje de videojuegos, Dot, y de un niño al que su madre le intenta quitar la manía de jugar tanto a la consola, Pixel Ripped 1995 es un recorrido nostálgico repleto de guiños.

Cómo evitar que tus padres te descubran jugando de noche, el tono «suave» de Super Nintendo comparado con el más «adulto» de Megadrive, en Pixel Ripped 1995 nos encontraremos jugando a juegos dentro del juego, controlando consolas que rinden tributo a algunas de las más grandes máquinas de la historia mientras controlas a minijuegos que, salvando muchísimas distancias, homenajean a algunos de los títulos más míticos de la época: Metroid, Star Fox, Castlevania, Crash Bandicoot

Esa gasolina llamada nostalgia

Pixel Ripped 1995 es durillo si no viviste la época (imagino). Lo juegas con muchas ganas de descubrir qué guiños esconde, aunque realmente no acabe brillando más que en sus ganas de rendir tributo a una época mágica en la que los saltos generacionales eran revolucionarios a nivel técnico y, por extensión, jugable.

Así, Pixel Ripped 1995 creo que no es para todo el mundo. Pero si tienes más de treinta y muchos y llevas jugando a videojuegos toda tu vida, lo tienes que jugar. Sí o sí, aunque los mini juegos sean un mero trámite y la experiencia total no dure más que un par de horas. Aunque lo que más me jode es que esos planos en los que aparecemos en primera persona en una especie de RPG de 16 bits no se traduzcan en niveles jugables… [70]

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