Entrar a valorar un título como Pier Solar HD es complicado. Por un lado, se podría valorar lo que se intenta conseguir con una producción que no es sino una carta de amor al género del rol japonés durante la era de los 16 bits. Por otro, entraría el contexto actual en el que se lanza el producto y la habilidad del mismo para convencer de su adquisición a los usuarios.
¿Hasta qué punto el que intente ser un título clásico justifica su compra como lanzamiento importante en los servicios de descarga de las diversas plataformas a las que está llegando el producto? La línea trazada está demasiado difusa y es difícil llegar a responder con claridad a esa pregunta, que es la que los usuarios interesados en el producto tendrán que hacerse llegado el momento.
Se trata de una línea difusa, en primera instancia, por el propio origen del juego. En pleno 2010, el estudio independiente WaterMelon sorprendió a propios y a extraños lanzando Pier Solar and the Great Architects para Mega Drive. Gracias a un cartucho de 64 megas (y con la posibilidad de mejorar el título técnicamente si se hacía uso de Mega CD), Pier Solar animó a los usuarios a sacar sus Mega Drive del armario y a darles una segunda vida en la época de la alta definición. De hecho, el producto se beneficiaba de las mejoras que se han ido viendo en el sector a nivel tecnológico para introducir algunos elementos técnicos que hubiesen sido prácticamente imposibles a principios de los años 90.
Pero el estreno en Mega Drive no fue más que el principio de la andadura de Pier Solar, ya que tras la gran acogida del juego original (sobre todo por parte de coleccionistas y amantes de los títulos retro) WaterMelon se embarcó en la creación de Pier Solar HD, un port mejorado del juego que llegaría (o llegará, dado que algunas versiones todavía están en proceso de desarrollo) a PlayStation 3, PlayStation 4, Xbox 360, Xbox One, Wii U, Steam, PlayStation Vita, Ouya, Android e incluso Dreamcast. Desde el momento en que se trata de un lanzamiento tan grande, que llega a tantas plataformas diferentes, el prisma desde el que se observa el producto cambia. Ya no es un juego de Mega Drive que nace como una curiosidad en pleno siglo XXI para dar una alegría a los amantes de la consola de Sega y convertirse en una rareza de coleccionismo, sino que ahora es un producto digital que sale a precio de novedad (15 euros) y que tiene que hacerse un hueco en un mercado no precisamente exento de propuestas de calidad.
De por sí, Pier Solar HD no cambia demasiado lo ya visto en el título para Mega Drive.
Es decir, tenemos la misma historia, el mismo sistema de combate, los mismos personajes y escenarios, la misma interfaz y los mismos diálogos, solo que con las inevitables mejoras visuales para alta definición y algún que otro añadido menor en forma de minijuego. Así pues, la base es la del juego de 16 bits que los coleccionistas de Mega Drive disfrutaron en 2010, un juego de rol muy tradicional y muy habitual de la época, con combates por turnos y una historia que empieza sencilla (con el personaje principal teniendo que encontrar unas hierbas que podrán curar la enfermedad de su padre) pero que se va complicando poco a poco, hasta el punto en que los protagonistas acaban embarcándose en una aventura gigantesca en la que recorrerán medio mundo y descubrirán los misterios de Pier Solar y de los grandes arquitectos que se citan en el título.
Sin abandonar en ningún momento los clichés básicos del género en aquella época, e incluso abrazándose a ellos con fuerza en algunos momentos, la historia de Pier Solar no destaca por ser especialmente satisfactoria a largo plazo. Su sencillez le resta peso en el desarrollo del juego y no se convierte en la fuerza impulsora que anima a seguir avanzando. Una historia cumplidora, sin más, que consigue enlazar los acontecimientos pero sin dejar ese buen sabor de boca en el jugador que fue lo que convirtió a tantas producciones de la época en clásicos. Es por eso que, sobre todo en los momentos más bajos del argumento, el peso de la producción cae sobre el sistema de juego, que se basa sobre todo en unos combates por turnos tradicionales y que no se alejan lo más mínimo de lo que hemos visto una y otra vez en infinidad de producciones similares.
La única novedad con respecto a otros títulos se encuentra en el toque estratégico que ofrece el poder no realizar una acción un turno. Al hacerlo, se acumulará energía que podremos usar en turnos posteriores para golpes más potentes que dos ataques normales por separado. Pese a todo, no supone una gran diferencia con los elementos básicos del género: seleccionar acciones que se van realizando en una sucesión predeterminada. La exploración del mundo, otro elemento básico de todo juego de rol que se precie, es bastante satisfactoria por lo general, sobre todo durante los primeros compases de la aventura. Pero a medida que avanzamos, nos vamos encontrando algunos entornos que se antojarán innecesariamente caóticos, con un exceso de caminos ocultos y recovecos casi imposibles de encontrar, que acaban lastrando un poco la experiencia durante los últimos compases del juego.
De hecho, en general, todo lo bueno de Pier Solar se encuentra sobre todo en la primera mitad del juego, cuando todo es nuevo y se agradece el soplo de aire fresco, con esa carta de amor a una generación de consolas ya casi arcaica, cuando la historia todavía está evolucionando y el sistema de combate no se hace repetitivo. La segunda mitad se hace notablemente más larga, lo que era novedoso y fresco empieza a cansar y se hace más patente la escasa profundidad del producto en general. En cierto modo, las carencias más destacables vienen heredadas de los años transcurridos y del nuevo modo de ver los videojuegos que tenemos a día de hoy.
Si se hubiese lanzado a principios de los años 90, Pier Solar no sería un título especialmente destacado en Mega Drive, donde se vería superado en su género por las entregas de las franquicias Shining Force o Phantasy Star o, abriendo un poco más el espectro de juego de rol, por títulos como Soleil o Story of Thor. Sí hubiese llegado a ser un juego notable que, muy seguramente, muchos usuarios recordarían a día de hoy con nostalgia y un cariño especial. No obstante, la percepción del mercado ha variado notablemente y Pier Solar apela a la nostalgia pero sin poseerla de forma legítima. Un juego que puede dejar un buen sabor de boca a los nostálgicos de los 16 bits pero que no va a conseguir asombrar ni atraer a nuevos usuarios hacia el redil de lo retro y lo tradicional. [70]
Lujazo, Ramón, qué pasote tenerte por aquí.
En cualquier caso, que lo manden a los bazares… y con subtítulos en español. Luego decidiremos, y venderán más.
Buen artículo, Ramón.
El juego está en español, cuando llegue a consolas debería mantener el idioma. Si no, chapuzada muy gorda xD
Y el placer ha sido mío. ¡Cuando queráis! 🙂
Después de lo del HL2, que estaba hecho… ni de mi padre. Pero, indudablemente, sería tan lógico como su llegada a consolas. 😉
jajaja pues ya te iré pegando toques por si te animas otra vez 😉
Solo verlo ya mola mil, con el tema nostalgia estamos jodidisimos xD
Igual será porque estamos hasta la polla de refritos, de tontadas ultrarrealistas y echamos de menos la imaginación….
O, seguramente, es, como bien dices, pura nostalgia. Y más de este viejo guerrero. Je. Risas.