Shadow Warrior 2: La Venganza de Wang y Coop-mpañia

Ya han pasado 3 años y medio desde que me enfrenté a Shadow Warrior. Como ya iba siendo hora de cambiar la gráfica y darle un alegrón al PC, decidí que iba siendo un buen momento para visitar la secuela de este título.

Una secuela a la altura

¡Y qué decisión, madre del amor hermoso! Voy a tener que construir un altar a Flying Wild Hog y a Devolver Digital en el pueblo, para pagarles todas las horas de vicio que he arrastrado entre unos y otros. Shadow Warrior 2 (no confundir con Shadow Warriors 2) nos vuelve a poner en la piel del siempre tan políticamente incorrecto y vagamente pueril Lo Wang.

El mercenario que pone su espada y verborrea al mejor postor y que, tras los acontecimientos del primer título que sacudieron y mezclaron el mundo normal con el reino demoníaco hará ya 5 años, nos pone en una situación casi apocalíptica lleno de monstruos deseosos de llenarse la panza con cuarto y mitad de nuestra cara.

Repartiendo hostias, haciendo el bien

Lo que empezaba como un trabajo ordinario (otra vez con “The Touch” sonando de fondo, evidentemente), Lo Wang llega a un santuario en el que deberá adquirir un artefacto encargado por nuestro maestro y salvar a una chica de nuestros enemigos de Zilla se convierte en otra odisea en la que debemos volver a vernos las caras con viejos enemigos, como Orochi Zilla o Ameonna, así de como tener un surtido nuevo de aliados para nuestra ayuda, en el que volveremos a salvar (al menos, lo que podamos) el mundo.

Una nueva secuela requiere un nuevo giro a lo ya visto y jugado, y en lo que refiere a Shadow Warrior 2, el giro viene acompañado de un modo cooperativo a 4 jugadores en el que nos enfrentaremos a todas las misiones tanto del modo Historia como las que nos den los NPC’s del título, lo cual alarga la vida del juego de manera agradable pero que puede hacer a algunos ponerse a temblar por si este es otro de esos coop-shoot-and-loot que Borderlands ha hecho suyo y tan patrio en la escena de los videojuegos.

A decir verdad, Shadow Warrior 2 abraza esta filosofía y la hace suya con armas surrealistas, misiones en las que el gore y los litros de sangre son algo cotidiano en el que hasta 4 personas pueden disfrutar como enanos y sudarán como Marines en LV-426 a la hora de enfrentarse a todo tipo de demonios, hombres monstruo, yakuzas y robots en general, que irán creciendo y volviéndose más agresivos conforme vayan avanzando las misiones que haya disponibles.

También la manera en la que adquiriremos un nuevo arsenal o habilidades ha cambiado desde lo visto en Shadow Warrior, puesto que ahora empezaremos a ganar experiencia que nos hará subir niveles y controlar nuevas habilidades, armamento y diferentes elementos que podamos aplicar a las armas (más munición, posibilidad de llevar dos armas a la vez, efectos corrosivos, incendiarios, eléctricos…).

Más y mejor

Si en el primer título, con ir encontrando puntos de habilidades nos daban prioridad a la hora de mejorar lo que hacía Lo Wang, en esta segunda parte tendremos más áreas y mayores arboles de habilidades a nuestra disposición. Así pues, movimientos antes vistos en la primera parte de la saga también vuelven a esta segunda parte, así como otros que nos aliviaran para hacer las veces de crowd-control o para diezmar todo lo que nos encontremos a nuestro paso y conseguir mayores recompensas, a conseguir más XP, munición, vida o amplificar el daño de nuestros elementos a la hora de aplicarlos a las armas.

Aunque la historia es lineal, y a algunos se les pude hacer corto el Modo Historia, nos moveremos por mapas enormes en los que hay decenas de enemigos a cada cual más puñetero (cuidado con los Conejos Infernales; avisados quedáis). El HUB central donde empezaremos la mayoría de las misiones lo componen un par de edificios, rellenos hasta las trancas de referencias a otros títulos del mundo de los videojuegos, así como de otros títulos de Devolver.

la Wang-Cave, el dojo de Smith o la tienda de Larry nos proporcionarán un poco más de interacción tanto con NPC’s como con los patronos que nos otorguen misiones, casi siempre del tipo “Mata X enemigos”, “Colecciona Y ítems” o “Ve a Z y ya-sabes-que-hacer”, lo que podría dotar al juego de cierta monotonía y cansancio a la media hora, pero que se hace más llevadera solo con tal de ver todo lo convertido a tu alrededor en trocitos de carne y sangre.

Muchas guindas

¡Ah, y también hay un Modo Foto, para que os sintáis unos artistas de la fotografía! Esto todo viene envuelto en una banda sonora excelente, en la que se entremezcla el rock más cañero con instrumentos orientales. En fin, no me voy más por los cerros de Úbeda… ¿qué más queréis que os diga más? Shadow Warrior 2 sigue los pasos que marcó Flying Wild Hog con el reboot del primero y mejora aquellos aspectos que se quedaron más cojos de aquella versión. No falta nada que no se hubiera visto en el primer Shadow Warrior ¿o era en el original Shadow Warrior del 91?

Estoy un poco confuso, dicha sea la verdad. ¿Qué ha pasado con los subtítulos a la hora de crear un juego? ¿Por qué no llamar a este Shadow Warrior: The Wang Strikes Back? Seré yo, que echo de menos esas pequeñeces. Si os sentís solos y tenéis amigos con este título, el modo cooperativo nos invita a hacer el cafre con nuestros amigos y la mayoría del armamento nos hace pasar un buen rato disparando, saqueando, matando, destruyendo, matando, saqueando y saqueando una vez más. Como dije aquella vez, lo repito otra vez: Devolver y Flying Wild Hog, gracias por este pedazo de juego [90]

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