Desarrollado por una sola persona, con una duración de máximo una hora y tomando como referencia varios juegos independientes que han llegado a la cima. Sheepy: a short adventure cumple lo que promete y ojalá este sea el inicio de algo más.
Escuchando consejos
Si algo tiene Diciembre, aparte de mucha comida y unión familiar, es que proliferan en internet una cantidad impresionante de listados. Lo mejor y lo peor del año desfilan ante nuestro ojos y fue gracias a uno de ellos que descubrí Sheepy: a short adventure.
Un título corto, que bebe mucho de juegos como: Celeste, Inside o Little Nightmares, aquí controlamos una oveja de peluche que debe superar obstáculos en una especie de fábrica abandonada, obteniendo poderes, descubriendo secretos y enfrentando a su némesis Patches, el oso oscuro.
Promesa de venta
Digo que Sheepy: a short adventure cumple lo que promete porque efectivamente el juego es corto y es una verdadera aventura, por momentos incluso épica, donde debemos ir consiguiendo habilidades. Algunas clásicas como el doble salto, otras con un pequeño giro como el caso de la velocidad.
Al final vamos recorriendo diferentes escenarios que esconden secretos y el camino hacia la cima, no sin antes enfrentar a Patches, el único enemigo del juego, en un par de épicos enfrentamientos, especialmente el segundo.
A nivel de mecánicas todo está muy bien explicado y es bastante simple, con un botón asignado a cada habilidad que se adquiere, combinarlas para llegar a ciertos lugares y algo de backtracking si la idea es encontrar todos los coleccionables.
Los detalles
Lo que hace interesante al juego es el cuidado a los detalles. Algo tan básico como el movimiento de las orejas de la oveja, el uso de ataques enemigos para nuestro beneficio o la forma como reacciona el entorno a nuestro comportamiento. Sin dejar de lado que el juego luce genial, sacando mucho provecho al estilo pixel art.
No deja de ser llamativo que Sheepy: a short adventure haya sido desarrollado por una sola persona, Thomas Lean, pero con un equipo detrás, especialmente en el apartado musical cuya banda sonora se puede comprar, pero el juego se distribuye de forma gratuita.
Me atrevo a pensar que es una especie de apuesta para que el desarrollador de a conocer su trabajo y ese pequeño mundo que ha creado, porque se nota el cariño que le ha puesto y donde hay bastante potencial.
Repito, Sheepy: a short adventure se encuentra de manera gratuita en Steam y es una gran forma de comenzar el 2025 con un juego corto y agradable.