Sifu, la elevación del Yo contra el Barrio

Las películas de artes marciales lo pegaron fuerte hace bastante años, encumbrando a figuras como Bruce Lee, Jean-Claude Van Damme o Jackie Chan, por mencionar a unos pocos. Películas como Operación Dragón o Contacto Sangriento permanecen en la memoria de les fans del género.

La nostalgia, incluso, ha posibilitado un retorno triunfal de la franquicia Karate Kid con Cobra Kai.

Zona de comfort

En los videojuegos, salvo juegos puntuales como el clásico Budokan (1989, Electronic Arts), o incluso Karateka (1984, Jordan Mechner), las artes marciales llegaron al gran público en un formato muy ligero en forma de Brawler/Yo contra el Barrio que se hizo tremendamente popular en recreativas y que tuvo continuidad en consolas.

No solo adaptaciones domésticas, sino series creadas únicamente para consolas, como la tremenda Streets of Rage, que rivaliza en calidad con el gran referente del género, Final Fight, una de las creaciones cumbre de la dominadora absoluta de la lucha, Capcom.

No hace muchos meses salió Streets of Rage 4, y más allá de la nostalgia, la gente de DotEMU se sacó de la manga un tremendo juegazo que actualizaba la fórmula que encumbró a la serie de Sega a la cima.

Las edades del guerrero

Pero Sifu (2022, Sloclap) va por otros derroteros. Renegando del repiqueteo de botones sin sentido o de atajos como ataques mágicos, Sifu reivindica la lucha en videojuegos como una danza coreografiada. Dominar el sistema de combate, así, se destapa como el reto definitivo de Sifu, un reto tan satisfactorio como exigente, y que alcanza una dimensión trascendental debido a la fórmula de Sloclap de penalizar al jugador por su muerte: cumplir años.

Así, cada vez que el personaje protagonista muera envejecerá visiblemente, en un efecto que dista de ser únicamente estético: su energía decrecerá, aunque su fuerza aumentará, y si llegamos a los 70 años ya no volveremos a reaparecer por morir. La edad dicta, además, qué habilidades podemos aprender, dado que todas ellas cuentan con una edad máxima a la que se pueden desbloquear, afectando esto enormemente a la estrategia de cada run.

Reflexiones finales

Sifu es una brutalidad. La propuesta jugable, así, se eleva por encima de los convencionales Yo contra el Barrio, encontrando brillantemente su propio espacio en un género tradicionalmente autocomplaciente y autoreferencial. Visualmente es una locura, con un estilo elegantísimo y unas animaciones que elevan la lucha en videojuegos a un nuevo nivel. Sobre su apartado sonoro, destacar que acompaña a la perfección la trascendencia del título, con un estilo oriental que incluye hasta pista de audio de diálogos en mandarín.

La obra de Sloclap, por inesperada y sorprendente, ha sobrepasado con creces el millón de unidades vendidas, lo que demuestra que la innovación en géneros establecidos puede ser recompensada por el éxito y el reconocimiento de la comunidad. Sifu, así, debe ser percibido como un acontecimiento a celebrar.

  1. Muy de acuerdo con el análisis del amigo Kris, y me sorprende que esta joya no haya generado ningún comentario hasta ahora porque aunque a mí este tipo de juegos me queden ya bastante lejanos, como todo el rollo beat ‘em up/lucha, lo cierto es que esta propuesta me ha parecido una verdadera pasada, muy bueno y profundo, mucho más que una cara bonita y un juego divertido de «yo contra el barrio».

    Este título me llamó la atención desde el principio pese a lo dicho, y según he ido viendo gameplays y comentarios se han confirmado mis buenas sensaciones. De momento sale en PS4/PS5/PC, pero no me lo voy a pillar ahora y, además, he leído que es exclusiva temporal y saldrá para Xbox One/Series; así que cuando tenga mis máquinas de nueva generación seguro que encima estará a mejor precio y decidiré qué versión me compro, pero es compra segura.

    Salud. 😉

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