The Wanderer y mi problema con sus bugs

The Wanderer: Frankenstein’s Creature es el intento de acercamiento de esta historia a los videojuegos, buscando conservar el espíritu de la obra original. Sin embargo, no todo podía ser así de sencillo, y a lo nuevo de ARTE y La Belle Games le ha quedado un ente como el que Viktor Frankenstein creó en la ciudad de Ingolstadt allá por el siglo XVII.

Nacimiento de un mito atemporal

El Moderno Prometeo ha sufrido cantidad de mutaciones a lo largo de su historia, convirtiéndolo de héroe o villano dependiendo de la faceta o el uso que le quisieran dar. ¡Incluso tenemos monstruos de Frankenstein para toda la familia!

Este ser es ya un concepto sin apenas la esencia de la que la autora lo empapó, representando a un ser artificial, una abominación ante el mundo incapaz de aceptar algo tan antinatural donde el hombre es su dios y al mismo tiempo su condena. Nacido de la enfermiza ambición, usando aquello que su creador pudo encontrar en la morgue y lugares de índole siniestra, hijo de la misma muerte. Sin embargo, en los últimos tiempos, este ser ha sido reducido a un amasijo de carne de distinta procedencia, un ser al que le insuflaron una vida que no le pertenecía. Sin más. Desde un héroe de acción hasta una caricatura simpática interpretado por un Mario Vaquerizo que, si no fuera por los créditos, no daría crédito de que es él.

En su concepción, la novela es una muestra de cómo Mary Shelly nos mostraba un ente capaz de razonar y sentir. Una criatura en busca de un afecto a la que se le negó de manera sistemática desde su nacimiento por su simple condición de existir. Ni su creador fue capaz de soportar su visión una vez culminada su obra, lo que lo condenó a un exilio impuesto donde buscó acercarse, en términos platónicos, a la virtud, para caer en las más oscuras tinieblas, haciendo honor a cómo lo denominaron sus dioses: monstruo.

Más allá de su desenlace como historia y las vicisitudes que este debe superar, vamos a hablar por fin de la adaptación que nos atañe. Hablemos de The Wanderer: Frankenstein’s Creature.

Un monstruo al óleo del siglo pasado

La interpretación de la obra que nos busca mostrar este videojuego es la original. Partiendo del nacimiento del monstruo hasta su desenlace, mostrándonos sus principales características con un estilo artístico que simula pinturas al óleo con un acierto encantador.

Haciendo uso de los colores y los sonidos, el juego nos transmite sensaciones de miedo, amor e ilusión, mostrándonos una criatura virgen en su interior (aunque por algún motivo sabe leer) a la que nosotros deberemos mostrar el bien y el mal… si podemos, claro. Porque, lejos de ser perfecto jugablemente, posee una cantidad de bugs bastante curiosos, que a un servidor le han impedido continuar jugando.

Ya el juego se nos abre con algunos errores de traducción que, lejos de ser la molestia principal del juego, sí que son llamativos, pero se eclipsan en cuanto avanzamos un poco en la historia. Estos errores dan paso a la que, sin duda, es mi frase favorita: “Missing text”. He reiniciado el juego dos veces para intentar completarlo y me ha salido dos veces en la misma zona del principio, justo cuando están expulsando al monstruo del pueblo.

Y, aun así, estos errores no impiden jugar y podemos aceptarlos. Pero lo que a continuación describiré ha ocurrido dos veces seguidas en el mismo punto y me ha impedido completar el juego. Quizá sea algo que solo me ha ocurrido a mí, pero que fuera dos veces me ha escamado por completo y terminé abandonando el producto. Siento destriparos con ello parte de la trama, pero es necesario para continuar mi análisis y excusarme de no poder darle una nota.

Decadente hermosura

Nada más ser expulsados de dicho pueblo y buscar un refugio, nos encontramos un cobertizo donde podemos pasar la noche y recuperarnos. A semejanza del libro, dentro vive una familia pobre, donde los dos hijos se están encargando de cuidar a su invidente padre y muestra el sufrimiento de los mismos. Todo esto comienza en otoño dentro del juego.

Al poco de comenzar, The Wanderer: Frankenstein’s Creature nos llevará a robar una enciclopedia con la que la criatura aprenderá a hablar y a leer (digamos que lleva un cerebro de calidad y obviemos este detalle). Tras dos minijuegos y un pequeño avance de la historia, llega la primavera y encuentro mi primer bug grande que me lleva a reiniciar el juego y me dolió en el alma. El HUD desaparece completamente, no existen los controles, no puedo moverme o siquiera pausar y me veo obligado a forzar un cierre del juego y reiniciar mi progreso para intentar avanzar.

Quizá se deba a haber forzado el cierre del juego, pero la siguiente vez que llegué a este punto, directamente no pude avanzar. El juego hacía cosas raras, con animaciones que desaparecían En el minijuego de cortar madera veía como la madera ser rompía sin más. Quizá el monstruo es telépata. En otro momento, veía como las páginas de la enciclopedia se montaban unas encima de otras provocando que no pudiera leer el texto. A partir de aquí, todas las capturas son de mi partida, dejo esto en acta.

Perseverancia ante la adversidad: lo que pudo y no fue

Aun así, lo intenté, pues quería de verdad traer un análisis de un producto que mostrará el monstruo de Frankenstein en su esencia, e incluso conseguí pasar la zona donde me había quedado enganchado. Pero no sin antes contemplar un otoño con textura de primavera y un invierno con unos cultivos y casa que se habían mantenido perennes a través de la estación, sin que la nieve que cubría los campos les hubiera afectado lo más mínimo.

Y entonces, cuando por fin se me brindaba la oportunidad de entrar a la casa para poder avanzar la trama, ocurre la catástrofe: todo el interior del hogar se muestra negro, con solo la punta de la capucha del ser que controlamos asomando ante la bruma. Intento hablar con el padre de la casa, pero tras decir una sola palabra, el juego se quedó ahí. Como si de una burla se tratase, el monstruo no me permitió ver el resto de su camino.

Sí, esa mota blanca en la masa negra es nuestro monstruo

Esto que cuento, es solo unos pocos bugs de los que me encontré. He podido observar cómo el monstruo repetía la misma frase dos veces en un monólogo interno, he visto cómo los dueños de la casa lloraban por el invierno tan duro que estaban pasando y pedían leña mientras la lumbre estaba encendida y en la ventana se vislumbraba una primavera…

La devastación ante la adversidad

Como el collage que forma a nuestro protagonista, estas escenas me han hecho apartar asqueado el ratón y preguntarme cómo ha podido salir esto al mercado. Un juego con un estilo tan hermoso y una música que acompaña perfectamente a la acción. Una historia que podría hacer justicia a la segunda parte de la obra inmortal de madame Sherry, totalmente eclipsado por los errores de programación más brutales que recuerdo.

Dentro de poco sale el juego en Switch, iOS y Android y si algún día arreglan el juego, puede que incluso vuelva a intentarlo. Pero de momento, no puedo sino abandonarlo y ser crítico con él. Tenía ganas de probarlo y me voy con un sabor muy amargo.

He visto reviews positivas y el juego no puede pintar mejor en su concepción. Quizá simplemente el monstruo huyo de mí, escondiéndose de ver la luz. Aún así, puede que vosotros tengáis más suerte que yo, un simple jugador al que el destino impidió disfrutar de los colores que le brindaba The Wanderer.

  1. Es bastante molesto cuando eso sucede y más cuando se intenta y siguen pasando. Recuerdo que a mi me sucedió con Vampyr, un npc se quedó dentro de una casa y al no poder hablar con él, ya no pude avanzar en la historia e iba a más de la mitad del juego, así que decidí dejarlo, después de reiniciar desde varios puntos de guardado que tenía y ver que el tema seguía igual.

    • Es un dolor indescriptible. Hay juegos cuya premisa tiene una pinta increíble, pero que por causas que se escapan a ti mismo no puedes completar, y esos son lo que más joden.

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