Ubisoft vuelve a la carga con la siempre agradecida compañía del prolífico Tom Clancy, quien vuelve a mostrar sus teorías conspiranoicas futuristas en un juego de estrategia que destaca por su avanzado sistema de reconocimiento de voz. De todos los juegos con argumento de Tom Clancy que he probado, probablemente sea EndWar el que más me ha impresionado en un principio, principalmente porque es atípicamente incorrecto.
Es cierto que el cine (y también los videojuegos, aunque en menor medida) nos han acostumbrado a que los malos sean los indígenas americanos o los rusos. Últimamente los enemigos están moviéndose hacia el mundo árabe y la creciente China, aunque Putin y su delfín están haciendo todo lo posible para darnos más miedo que en la Guerra Fría. Clancy, sin embargo, ve enemigos en todo el mundo.
El novelista exprime su particular apocalipsis situándonos en el año 2014, cuando USA y la Unión Europea han colaborado para crear un escudo antinuclear que evite una nueva guerra mundial. Sin embargo, Rusia no tomó parte en su creación. A esta incertidumbre hay que añadir que los recursos energéticos están bajo mínimos y la guerra nuclear en Oriente Medio agrava la situación global, quedando Rusia como gran productora. Cuando Europa medio abandona el tratado de colaboración con los Estados Unidos, estos deciden enviar una estación espacial que permite desplegar tropas en cualquier lugar de la Tierra en menos de 90 minutos. Claro, esto produce el rechazo global y cuando en el día del lanzamiento hay un atentado terrorista en esa misma zona, ni que decir tiene que la que se lía es parda…
La presentación del juego se realiza entre misiones, a través de una avanzada pantalla, que nos va informando de los acontecimientos globales. El argumento habría dado para mucho más en el juego y podría haberse explotado hasta límites inconcebibles, pero realmente el modo historia pasa un poquito de puntillas ante el que podría haber sido EL ARGUMENTO y únicamente lo esboza entre misión y misión.
EndWar se juega con la voz, y esa es su principal virtud. Por supuesto que no es el primer caso en el que el reconocimiento vocal estructura o complementa la mecánica de un videojuego, pero probablemente sea el más efectivo realizado hasta el momento. En el caso de 360, enchufamos el headset y nos ponemos a hablar. Tras el tutorial que nos explica cómo funciona el sistema de comandos y tras un breve test de voz, comenzamos a actuar.
El sistema de control con la voz (se puede usar teclado si así lo queréis) se basa en tres preguntas básicas: a quién diriges la orden, qué quieres que haga y a quién quieres que se lo haga. Ejemplos: unidad 1 – atacar – enemigo 3; ó, unidad 2 – cámara. Los ajustes sobre el reconocimiento que se hacen en el tutorial permiten que no haya apenas fallos y que todo funcione como la seda. Lamentablemente, el resto del juego no está a la altura de otros títulos de estrategia que no reconocen la voz, pero que ofrecen una mayor variedad a la hora de enfrentar a las unidades.
En el juego hay tres facciones que se enfrentan, y si no las habéis adivinado son Rusia, Europa y los Estados Unidos. Disponemos además de siete unidades distintas (infantería, artillería, transporte, helicópteros, tanques, ingenieros y vehículos de comandancia) que podemos mejorar con los puntos que consigamos tras cada enfrentamiento. Sin embargo el juego carece de profundidad, primero porque las diferencias entre facciones son mínimas; y segundo, porque los enfrentamientos entre unidades son bastante sencillos de aprender y ejecutar de forma satisfactoria: los tanques vencen a los transportes, los helicópteros a los tanques, los ingenieros a los tanques…
Las misiones tampoco se prolongan mucho en el tiempo y la mayoría de ellas no superan los veinte minutos, centrándose más en la rapidez que en la planificación estratégica de unidades (los recursos se han obviado). Hay cuatro tipos de misiones principales (asalto, conquista, eliminación y asedio) y en multiplayer cabe destacar “El Teatro de la Guerra”, un modo campaña online persistente en el que el juego organiza escaramuzas diarias y del resultado de ellas se decide qué facción domina el mundo, por lo que cada día van cambiando las fronteras, varían los lugares donde se liberan las escaramuzas…
Técnicamente el trabajo principal se ha desarrollado en el reconocimiento vocal que como ya os digo es bastante fiable incluso para los que tendemos a hablar juntando las palabras; impecable en el aspecto sonoro, gráficamente presenta algunos altibajos. Los interfaces y las secuencias de introducción son espectaculares, pero los campos de batalla están un poco vacíos y presentan un notorio popping; los escenarios son destructibles pero con una texturización bastante plana; el diseño de las unidades y su modelado es bastante bueno, pero la cámara tiende a posicionarse muy cerca impidiéndonos apreciar el escenario de batalla…
En resumen, Tom Clancy’s EndWar es un título que podría haber dado mucho más de sí, y esperamos que lo haga en los próximos años si las ventas acompañan. Esta primera aparición en nuestras consolas se fundamenta en un sistema de control con la voz que se lleva todos los méritos del juego y del que en un futuro no muy lejano esperamos nos ofrezca muchas más alegrías. Sin embargo, su falta de profundidad y su simplicidad en los combates lo alejan de los grandes títulos de estrategia y de su amplia base de público, aunque para jugadores algo menos exigentes puede resultar muy cómodo para introducirse en el apasionante mundo de los videojuegos de estrategia y su multijugador resulta bastante satisfactorio.
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