Trek to Yomi: esta peli de samurais ya la he visto

El pasado, en su forma más estética, se presta a ser disfrutado en el presente. No hace falta comprenderlo, solo necesitamos percibir que existe. Si hablamos del Japón anterior a Meiji, tenemos muchos ejemplos tanto en mangas —Vagabond— como en películas —El último samurai— o literatura —El samurai barbudo. Flying Wild Hog, con este Trek to Yomi, se encuentra dentro de esta corriente.

Trek to Yomi

De samurais va la cosa

¿Y es eso malo? La verdad es que no: un samurai en lo que parece ser plena era Tokugawa, una tradición guerrera bajo las ordenes de un maestro, un amor de juventud que avanza en el tiempo… y una venganza contra los bandidos que asolaron su pueblo. Todo bien envuelto en folclore japonés; mitos y leyendas desperdigados de aquí para allá para dar formar al conjunto y enseñarnos que si, que estamos en el Japón del siglo XVIII y que formamos parte de la historia. Y el título, por suerte, lo consigue.

Trek to Yomi nos traslada a la piel de un Hiroki ansioso de obtener venganza por su maestro, asesinado años ha a manos de un malvado caudillo que asoló su pueblo. Somos un valiente samurai, un maestro de la espada, que deberá por su honor terminar con la amenaza que hace años acabo con nuestra gente, y con esta avanzaremos por toda la aventura: en combate singular la mayoría de ocasiones, derrotaremos a nuestros enemigos con nuestra hoja, aprendiendo durante el viaje a recorrer el camino de la espada… aunque nos lleve a la muerte.

Templo

Con la luna de fondo

El juego en este aspecto es bien simple, pues durante el combate solo podremos movernos adelante y atrás. Al acotar el movimiento, nos basta con dos botones para atacar —ataque débil y ataque fuerte—, uno para bloquear y uno para atacar a distancia con dagas o arcos. Los combos existen, pero solo para dar un aspecto más cinematográfico al conjunto, al igual que prácticamente cada elemento del juego. Entre combate y combate, nos moveremos por los escenarios de una manera más libre, recargando «munición» y buscando los coleccionables desperdigados por cada nivel para profundizar en el lore.

La sencillez le funciona bien y aumenta la sensación de estar jugando a película de Kurosawa. La cámara siempre busca la lejanía, especialmente en los combates, con un aspecto lo más peliculero. A veces nos encontraremos detrás de unas bambalinas, viendo nuestra sombra pelear contra los guerreros rivales. Otras, con la luna en su zenit iluminando nuestros rostros, nos batiremos en un épico combate singular donde solo uno puede sobrevivir. A veces escaparemos de un edificio mientras la cámara nos sigue moviéndonos esquivando los obstáculos que caigan… y como esto, muchos ejemplo.

Pelea

El libro de los cinco anillos de este videojuego

La ejecución de Trek to Yomi es efectista a más no poder. No sorprende, pero agrada. No nos enamora, pero nos encandila durante las poco más de cinco horas que dura el título para que queramos llegar al final. Las pocas decisiones a los que nos somete el título en ciertos momentos de la trama se quedan en un vacío, reflejado en una escena final que, habiendo buscado todas las posibles en YouTube, no termina de convencer en su cierre. Todo esto, al final, sirve a la desarrolladora para cumplir un objetivo: crear espectáculo. La duración en este caso juega a su favor, porque creo que si hubiera sido más largo el efecto se habría perdido.

Lo siento, pero Trek to Yomi no me ha sorprendido. Quizá sea por una sobreexposición por mi parte a la cultura japonesa, que me hace juzgar con dureza la superficialidad de la obra, o tal vez porque se afana en ser una película donde jugamos de vez en cuando. El juego es divertido, eso es innegable, y se hace agradable de jugar, pero salvo por ese modo de dificultar que nos obliga a jugar con verdadera cabeza al morir de un golpe, en lugar de una peregrinación por la redención y la venganza este título se convierte en un grito de la desarrolladora para llevar de la mano al jugador de principio a fin de la historia.

Llamas

Un port que deja que desear

Además, aquí hoy he venido a hablar de la versión de Nintendo Switch, la cual se compone de texturas luchando con más rabia que Hiroki para cargar. Durante el primer capítulo del juego, a mi personaje no le cargó la cara, y aunque me gustaría mostrarlo, el título no permite sacar capturas en ningún momento del juego. Ninguno, da igual que sea una cutscene —esto podría entenderlo— o un combate en un fondo memorable, el juego no quiere mostrarse más que al jugador a los mandos.

Un detalle curioso, como mínimo, aunque también, para no dedicarme solo a criticar la versión de Switch, el juego no se ha ralentizado apenas ni en modo portátil. Quizá con un poco más de trabajo en las texturas adaptándolas a la consola se podría haber hecho un port muy memorable.

Boss

En resumen

Trek to Yomi mola, pero tampoco es memorable. No presenta ninguna innovación, solo se afana en crear una película de samurais y ponernos a los mandos de un avatar estereotipo del género. ¿Te apetece ser un samurai? Creo que pocos juegos lo hacen mejor a nivel jugable, pero también es de los que menos arriesgan para tener una identidad propia. Hace unos meses mi compañero Marroyave ya dio un veredicto similar, pero en este caso, hay que sumarle que el port de Switch se queda en un intento que podría haber salido mejor, pero tampoco lo hace injugable ni mucho menos. Un juego, en definitiva, que vive entre luces y sombras. Tanto dentro como fuera de la pantalla. [60].

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