World of Warcraft: Mist of Pandaria es una sorpresa

Desde que se anunció en la última Blizzcon, Mist of Pandaria ha sido la expansión más polémica y que más ha dado que hablar de World of Warcraft, sobre todo por el aire algo infantil que le daban sus personajes principales y nueva raza jugable, los pandas. Sin embargo, al final, resulta que esta última expansión ha sido una agradable sorpresa para los jugadores del MMO.

Y es que a veces las apariencias engañan y los pandas nos pueden gustar más o menos, pero a nivel de juego esta quizás sea la expansión más completa desde Burning Crusade.

Lo primero que notaremos al entrar es el cambio total del árbol de habilidades de nuestro personaje. Podremos seguir escogiendo, como siempre, entre tres especialidades diferentes por cada clase, pero ahora las ramas de cada una resultan completamente diferentes.

Ahora, cada ciertos niveles, podremos escoger entre tres habilidades diferentes. Esto, que parece que reduce la libertad a simple vista resulta que causa un efecto completamente contrario y es que, a veces, menos es más.

Menos es más porque no hace tanto, al final, todo el mundo iba con la misma rama de habilidades y si no tenías la mejor de ellas tu DPS y tus habilidades no llegaban a la altura de la de otros jugadores. Ahora Blizzard ha decidido cortar por lo sano esto y las habilidades, llamémoslas fuertes, son comunes y escogidas automáticamente y el nuevo árbol nos permite escoger algunas pasivas o secundarias que se adaptaran mejor a nuestro estilo de juego, siendo útiles todas y no resultando ninguna definitiva. Por ejemplo, alguna hará que aguantemos un poco más de daño, mientras otra beneficiará a nuestra rapidez, otra a nuestro DPS contra un solo objetivo, otra contra varios… todo muy útil tanto en PVP como en PVE.

Otra de las cosas a destacar es el diseño de los nuevos escenarios. A un servidor le han gustado bastante tanto las nuevas mazmorras como los nuevos paisajes que podremos ver en Pandaria, aunque evidentemente, está claramente orientado al público oriental, para que vamos a engañarnos, pero si te gusta la cultura del lejano oriente posiblemente te encante el diseño de los nuevos lugares en los que vivirás tus aventuras.

Algo que sí que no me ha gustado en las mazmorras es que me ha parecido que vuelven a ser demasiado fáciles, un paso atrás en lo que Blizzard quería conseguir con Cataclysm y es que comparando las dos últimas expansiones el nivel de dificultad de esta me parece menor, aunque puede que sea solo la sensación que a mi me ha dado.

Ahora bien, lo que no me ha gustado, nada, cero, finito, es el sistema de leveling. En esta ocasión las misiones de recolecta tantos objetos o mata a tantos enemigos se repiten hasta la maldita saciedad y hacen que el juego pueda resultar tremendamente pesado del nivel 85 al 90. Sí que es cierto que hay algunas quest que tienen mini juegos o historias bastante interesantes, pero no es la tónica general de la expansión. Esto es en parte debido a lo que ya os decía anteriormente en el análisis de Guild Wars 2: los MMO necesitan un cambio de fórmula como el comer y visto que WoW es uno de los más veteranos ahora mismo en activo, este cambio resulta más visible para el juego de Blizzard, aunque ya imposible en su longevo mundo.

Hablando de misiones, cabe destacar la numerosa cantidad de misiones diarias que se han implementado con esta expansión. Estas misiones buscan sacarnos de las capitales, tan concurridas en otros tiempos, para que estemos explorando el mundo de Azeroth continuamente y resultan además esenciales para conseguir el equipo de máximo nivel, puesto que son la llave para subir de reputación con las facciones que nos venderán los objetos del último tier.

Otra de las novedades más discutidas es el combate entre mascotas, al más puro estilo Pokémon que aunque puede resultar bastante entretenido para cierto tipo de público no es una característica en la que vaya a perder demasiado tiempo un hardcore gamer.

Así pues, ¿Mist of Pandaria merece la pena? La respuesta es .

El juego amplia contenido, nos da nuevas mazmorras, algunas de ellas con nuevos modos de juego, nos da nuevos escenarios para PvP, nos proporciona una nueva manera de entender las habilidades de nuestros personajes, nos saca de las capitales para hacer misiones secundarias y seguir explorando el basto mundo de World of Warcraft, siendo cada una de estas novedades divertida y satisfactoria aunque, su gran problema, sigue siendo el de siempre, la subida de niveles que resulta horriblemente tediosa en el transcurso del nivel 85 al 90. Sin embargo, si tenemos paciencia y la superamos, puede que nos encontremos con una más que agradable sorpresa. [80]

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