WRC 2 es un juego insulso y pobre gráficamente [Análisis Xbox 360]

Para saber que la disciplina del Campeonato del Mundo de Rallies está de capa caída desde hace unos años, sólo hay que mirar la estadística de los últimos 17 campeones. De ellos, 4 los ha ganado Tommi Mäkkinen (1996-1999) y los últimos 8 los ha ganado Sebastian Loeb (2004-2011) ambos de manera consecutiva, con la única pausa entre sendas rachas de los títulos para Marcus Grönholm (2000 y 2002), Petter Solberg (2003) o el fallecido Richard Burns (2001). Es decir: dominio absoluto de piloto-coche y por tanto aburrimiento total. Como en la época de Michael Schumacher y Ferrari, para que lo entendáis perfectamente.

Y si miramos más allá, lejos, muy lejos quedan aquellas batallas entre Carlos Sainz, Colin McRae, Juhan Kankkunen, Didier Auriol o Miki Biasion y más aun los tremendos coches de Grupo B que se prohibieron a causa de su peligrosidad a mitad de los 80. Y es que si por algo se caracterizan las pruebas del Mundial de esta competición, es por su espectacularidad y peligrosidad al tener que atacar carreteras de tierra, piedra, nieve o asfalto casi siempre angostas y en mal estado con un coche a toda velocidad. Solo hay que ver los poquísimos pilotos de otras categorías que tienen éxito en los rallies, sin ir más lejos Kimi Räikkönen.

Donde quiero llegar es que difícilmente puedes realizar un videojuego válido si la especialidad en sí está de capa caída -como este caso- o no es lo suficientemente atractiva en algún momento, como ocurre con la F1, MotoGP o Superbikes en algunas temporadas. En esas se encuentra Milestone en estos dos últimos intentos de levantar esta franquicia y siendo sinceros Dirt 3 le toca la oreja por todos lados, pero no solo porque abarque más especialidades o sea más divertido, si no también en la cuestión técnica.

El estudio tiene claro que se quiere dedicar solo y exclusivamente a la especialidad de rallies en todas sus modalidades y esto puede ser bueno si lo haces bien. Lo hemos visto en el pasado con los Colin McRae de Codemasters o los WRC que hacía Evolution Studios en PS2. Pero también ha llovido mucho de aquello y este juego sinceramente, no llega a las cotas de calidad exigidas para esta generación, con lo cual difícilmente alcanzará el estatus de aquellos títulos.

No hay que adentrarse siquiera en la profundidad del título. Simplemente hay que ver el pobre aspecto gráfico que demuestra. No es que sea malo para decir basta, pero después de tantos títulos de coches y tantos títulos buenos en este último año, WRC 2 da la sensación de poco trabajado a este nivel. Está bien recreado en cuanto al tema de los golpes y los daños que se reciben en concordancia con la ostia recibida, mientras no volquemos el coche, porque en este caso el vehículo no sufrirá ningún daño grave como debiera. No me preguntéis el porque, por favor.

El nivel de detalle en los modelados de los coches es normal tirando a regulero (mejor en los entornos) y su comportamiento básico. Bien es cierto que tiene todas las licencias de pilotos (más de 80) con sus diferentes coches y escuderías de los diferentes campeonatos que hay actualmente, pero ¿qué más da si no competimos directamente contra ellos sino contra una I.A. simulada?. Siempre en los juegos reales, competimos contra un jugador que no vemos. En realidad competimos contra nosotros mismos y contra el nivel de dificultad al que ajustemosla I.A. por lo tanto de poco sirve tener en los marcadores finales los nombres de los pilotos reales.

Al menos nos podemos beneficiar de las distintas categorías presentes, con los coches de las WRC Academy, S-WRC o P-WRC, además de otros coches míticos como los WRC Legends, Grupo B o los coches preparados para el añorado Rally Safari, juntando así con los desbloqueos hasta 200 combinaciones de coches-escuderías. Pero lamentablemente la diferencia de manejo en los mismos es nimia, siendo solo la diferencia de potencia de cada vehículo la que se nota a la hora de realizar los tramos. Ni siquiera el tipo de asfalto es realmente un elemento diferencial y el sonido tampoco es espectacular en este título y mira que tenía mimbres para ello.

Siguiendo con el tema de la licencia, tendremos casi todas las pruebas del campeonato de este año, cada una con sus etapas correspondientes, entre los que encontraremos desde el asfalto en Francia o España (pistas con más agarre) a las rapidísimas carreteras nevadas del Rally de Suecia o los saltos en tierra en Finlandia o Portugal (deslizantes) y finalmente los pedregales de México o Argentina (abrasivos). Además, ahora tendremos las pruebas espectáculo que se montan al principio y final de muchos rallies: las Super-Especiales, donde nos enfrentamos 1-1 junto a otro piloto. El problema, como he comentado antes, es que la diferencia entre los diferentes terrenos de nuevo se muestra casi nula con lo que podría ser la realidad o con lo que simplemente estamos habituados en otros juegos de conducción. Y hablando de un juego de rallies… esto es un pecado mortal. No notaremos practicamente nada si el asfalto está mojado o no, o si corremos sobre tierra o barro, lo que quita emoción a las carreras. Te limitas a hacer la mejor trazada, cometiendo los menos errores posibles para llegar a meta. Es decir: experiencia arcade, no simulación. De nuevo, otro pecado mortal para este título.

Tendremos un modo carrera (no campaña, que esto no es un juego bélico, ¡por dios!) en el que comenzaremos desdela WRC Academy, teniendo que comprar un coche, acceder a las pruebas de conducción que nos enseñarán (muy libremente) como trazar las diferentes curvas y estilos de pavimento – en serio, sirven de muy poco – y posteriormente ir contratando al copiloto, manager, mecánicos, etc., que irán formando nuestro equipo a lo largo del juego y con el que tendremos que ir ascendiendo en nuestra carrera. Así lo que ganemos, podremos invertirlo en el desarrollo de nuevas piezas para nuestro coche o bien comprar uno nuevo más potente. En el mismo, nos darán la posibilidad de ir desbloqueando pinturas, diseños y diferentes coches según el avance que efectuemos. Es de largo, la pieza angular del juego y la que marca su durabilidad.

Hablando de el copiloto, algo fundamental en este tipo de títulos… es inaguantable. Las voces escogidas en el doblaje no pegan absolutamente nada, ni transmiten emoción a la prueba. Es más: te pone de los nervios. Si bien, al menos, puedes modificar el nivel de antelación con el que emiten las ayudas sonoras – menos mal -, los malditos copilotos no hacen más que criticar tu estilo de conducción, lo cual nos importa poco cuando lo que queremos es datos, no lo bien o lo mal que lo hacemos. Y en cuanto a esto, peor es aun que cuando rocemos una piedra y se centre más en lo «jodido» que ha sido el golpe, que en seguir haciendo su trabajo. Realmente penoso.

En cuanto al tema de modificaciones, tendremos muchas menos opciones de las esperadas. Si hoy en día con GT5 o Forza en la calle tenemos posibilidades de reglaje casi infinitas, las poco más de 20 variaciones técnicas que presenta WRC 2 se me antojan bastante escasas, teniendo 15 predefinidas en el juego para poder modificarlas luego a nuestro gusto. Lo que si tendremos es una serie de opciones de ayuda bastante detalladas para los menos exigentes, pudiendo elegir si queremos ayudas en la frenada, estabilidad entre otras, además de la cantidad de «Rebobinados» que usaremos en carrera tras un golpe y su duración.

A parte del modo carrera, tendremos otra serie de modos individuales menos importantes –  y ya clásicos – como el de Rally único, Etapa Única, Contrarreloj (contra nosotros o contra «fantasmas» de otros pilotos en internet y Campeonato si no queremos adentrarnos en el modo carrera y sentir más rápidamente las sensaciones de los WRC o los Grupo B más potentes.

Hablando de internet, todos estos modos estarán disponibles online, así como la posibilidad de subir fotografías de nuestras proezas – o desastres – a «Mi WRC», que es el espacio que tendremos reservado. Este modo foto, volviéndolo a comparar con otros títulos, también se queda algo corto, aunque cumple su función. A parte del modo fotografía, podremos consultar estadísticas de los coches que hemos manejado, nuestros mejores tiempos y otra serie de datos, para compararlos con el resto de gente. Pero lo que destaque quizás sea el modo «Asiento caliente» que no, no se refiere a una película porno…

En este modo, podremos competir con 4 compañeros a la vez en los modos «simples» del juego (es decir, todos menos el modo carrera). Cada jugador escoge un coche con un determinado piloto, sin posibilidad de coger el mismo para todos. Una vez terminado el tramo por el primer piloto que elija comenzar, el segundo piloto podrá configurar el coche a su gusto y volver a competir en el mismo tramo, teniendo como referencia el coche fantasma del anterior competidor y el que mejor tiempo haya realizado. Así hasta el final de todos los competidores.

El conjunto de todo esto comentado podría haber sido un auténtico desastre, pero al menos el título se deja jugar, aunque no aporta emoción ninguna. Una auténtica pena para este WRC 2 que ni siquiera se puede mostrar como una opción para los fans de esta disciplina automovilística, más bien para jugadores gustosos de los juegos de conducción con muy pocas exigencias al respecto. [6]