Me lo decía mi madre de pequeño: no te drojes que vas a acabar como el vecino de enfrente, robando coches y dejándolos por ahí destrozados. Bueno, pues el vecino de enfrente de alguien ha destrozado un coche y semejante comportamiento no puede ser sino producto de la ingesta de diferentes psicotrópicos… o de un empacho de soja (ten cuidado con la comida en China, Kristian, que allí los hot dogs son literales).