Pasadlo bien recordando esos maravillosos momentos ocurridos en esta noche mágica: las tres horas esperando a cinco grados bajo cero para que abran la macrofiesta, la hora y media que te costó conseguir dos cubatas, la pota que echaste en el comedor de tu casa, la pelea en la que te rompiste un dedo a la salida de la discoteca, la tía con la que te enrollaste que no era una tía, el bolso que te «perdieron» en el ropero… Y por supuesto: