Qué jodido está eso de ser músico de carrera. Casi toda la vida en el conservatorio aprendiendo teoría musical, dominando varios instrumentos musicales y o eres un crack o te pasas la vida mendigando pan y huevos a los vecinos. Y luego un par de chavales con abdominales de winstrol o unas jamelgas con redondeadas caderas que no saben ni rasguear dos acordes de una guitarra situada a la altura del pene son los que se forran. No sé si será el caso del violinista Teppei Okada, pero al hombre le ha tocado ganarse el sueldo tocando música de videojuegos en directo. Y la culpa, ¿sabéis de quién es? De la SGAE, obviamente…