Durante el pasado 2015 The Odd Gentleman, bajo la tutela de una renacida Sierra y una empresa puntera como Activision, nos sorprendía con el primer capítulo del reboot de una saga tan mítica dentro del género de las aventuras gráficas como King’s Quest, dejándonos buenas sensaciones en nuestro análisis.
Hoy es el turno de su segundo episodio, dentro de este formato tan actual por entregas del contenido digital. Todo lo básico en lo jugable se mantiene como en el primero por lo que este análisis se complementa con el inicial, entrando sobre todo en las particularidades de este Rubble Without a Cause, que es como se titula. ¿Mantendrá el nivel el reboot de King’s Quest o se deshincha un tanto en la comparación?.
Lo primero que llama la atención es el tono general de toda la ambientación, más tétrica y sombría aunque siempre con pequeños detalles para recuperar un poco el tono humorístico. En la historia de juventud que el viejo Rey Graham cuenta en esta ocasión a sus nietos aparece como recién entronizado, un tanto abrumado por el peso de la corona y las responsabilidades y decisiones que ello conlleva, algunas como veremos de lo más absurdo e hilarante. En estas vicisitudes, Graham caerá secuestrado durante un sagaz ataque de un grupo de Goblins junto a otros celebres habitantes del reino de Daventry y aparecerá de pronto encerrado en una pequeña y oscura celda, en lo más profundo de una enorme gruta y del todo perdido y desorientado. Aquí comenzará realmente nuestra aventura.
Este capítulo es mucho más concreto en cuanto a mecánicas, centrándose en las propias de su género de la aventura gráfica. Casi podríamos decir que toda la galería subterránea en la que transcurre la acción es en cierto modo un gran puzle en el que deberemos interactuar con el resto de secuestrados y tratar de cuidar en lo posible de su salud y sus necesidades, a la par que colaboramos con ellos en la búsqueda de una forma de emprender la huida. Habrá tres modos de completar el escape pero si nos descuidamos en el uso de nuestros recursos, en forma de objetos dentro del inventario, es posible que perdamos tristemente a algunos de nuestros compañeros de fatigas víctimas del hambre o la enfermedad, por lo que deberemos andarnos con mucho cuidado.
Será básico interrelacionarnos con todos los personajes, explorar a fondo la gruta en la búsqueda de objetos que obtener o que podamos activar y siempre controlar el elemento tiempo, ya que para progresar en algunos tramos deberemos poner a descansar a nuestro protagonista mientras que la salud de los NPC irá mermando y requerirán de nuestra ayuda. Un acierto es la inclusión, mediante el uso del botón L1 en el caso de PS4, de la opción de saltarnos algunas escenas. Muy útil cuando se empiezan a repetir los mismos diálogos en nuestro afán de avanzar en la partida y explorar todas las posibles opciones.
Eso sí, un aspecto tan destacado en el primer capítulo de King’s Quest como es la duración se ve aquí reducida a apenas la mitad. La narración también es más concisa, sin andarse con rodeos, pero puede saber a poco después del anterior. Y en lo visual, se aleja de los tonos tan alegres del primero, con predominio de los claroscuros de unos entornos iluminados por antorchas. A pesar de lo sombrío del escenario, el divertido diseño de los personajes, en especial los goblins, le resta dramatismo y hay espacio de igual modo para algunas estampas de lo más pintoresco. El doblaje inglés mantiene el mismo buen nivel y el uso del idioma sigue en la línea más formal y culta, lo cual podría volver aquí a ser un inconveniente. En lo sonoro, algún guiño al abrir los cofres se escapará a un videojuego como The Legend of Zelda, la mítica saga de Nintendo que precisamente cumplió 30 años hace sólo unos días.
Valorando de forma individual este Rubble Without a Cause, sólo se puede decir que pierde fuelle respecto al primer episodio. Es menos grande y ambicioso, con una duración mucho menor y no termina de dejar ese buen sabor de boca que si dejó el anterior. Pese a todo ello, el renacer de King’s Quest sólo podrá valorarse de forma conjunta al final de los cinco capítulos y el juego sigue despertando la curiosidad por conocer cuál será la próxima gran empresa del Rey Graham, que por cierto aún no tiene fecha concreta de salida (cinco meses pasaron del primer capítulo al segundo). En todo caso, a buen seguro que pronto la emoción, el humor y la aventura volverán al reino de Daventry. [6.5]