Análisis de Fat Princess (PlayStation 3)




Hace muchos, muchos meses, en este mismo blog, os narrábamos en primera persona nuestros pareceres con la beta de un título que sorprendía en lo visual y convencía en lo jugable cuyo nombre era Fat Princess. Entre las cariñosas metáforas que le dedicamos podríamos señalar que «es como jugar a un Call of Duty realizado desde una perspectiva isométrica y dibujado con píxeles» y «tiene el espíritu de un Counter Strike y el acabado gráfico de las Pin y Pon«.

Hoy, casi cinco meses después, nos hemos hartado a jugar a la versión final. Hemos elevado nuestro rango, completado el modo historia, vencido en más de una treintena de combates multijugador, desbloqueado casi todos los looks posibles para nuestro Ser Maravilloso. Pero la valoración final contiene tantos aspectos positivos como negativos. Y es que no todo es tan dulce como parece en el reino de los pasteles…

En primer lugar sobra decir que Fat Princess es un videojuego muy entretenido y que vale cada euro de los 15 que cuesta en la Store. Multijugador realmente competitivo, jugabilidad directa y sin complejos, buenas opciones para trabajar y disfrutar en equipo y un acabado visual que capta la atención de casi ualquier jugón. Sin embargo, como conjunto, tiene aspectos en los que se resiente. Podemos obviar la nulidad del modo historia, que sirve más bien como tutorial para familiarizarnos con cada una de las cinco clases disponibles e ir conociendo los mapas, ya que es un título enfocado únicamente al disfrute online. Pero es que en éste hay detalles que hacen que el balance no sea el adecuado y ya sabemos que si la corriente se tuerce más hacia uno u otro lado es que hay algo que no fluye como debería.

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En primer lugar el lag. Todos pensábamos que el primer parche del juego solventaría el problema, pero no es así. Sigue existiendo y persiste en cada partida, en ocasiones con mayor o menor incidencia, pero es así. No hay servidores dedicados y cualquier gualtrapa te puede echar de la partida porque llevas unas estadísticas alejandromagnianas; además cuando el que está sirviendo la partida se desconecta olvídate de que la partida se reanude con otro jugador ejerciendo de servidor.

Pero hay más. Prácticamente todas las partidas comienzan, se ejecutan y concluyen con jugadores controlados por la IA. Está muy bien que hasta 32 personas compitan de forma simultánea, pero la realidad nos dice que rara vez es así. El tránsito de jugadores humanos que aparecen y reaparecen es continuo y en no pocas ocasiones el resultado de los combates depende de tener el menor número posible de jugadores controlados por la consola.

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Otro de los problemas radica en el propio diseño de los niveles, en los que la igualdad de los jugadores avanzados hace que resulte prácticamente imposible terminar una partida. El motivo es que las princesas siempre están resguardadas en el punto de reaparición de los defensores. Lo que quiere decir, ni más ni menos, que cuando has conseguido abrirte paso hasta el otro lado del escenario, con las fuerzas minadas por la batalla, te encuentras que a todos los que te has cepillado por el camino están reapareciendo en el punto al que te diriges. De esta forma no sólo son siempre más, sino que tienen más vida. Y así muchas partidas se tienen que resolver, como en el boxeo, por límite de tiempo y a los puntos.

Fat Princess cuenta con cuatro modos de juego, dos de ellos variantes de capturar la bandera (que en este caso es una princesa cuyo volumen abdominal depende de la cantidad de calorías que ingiera), un deathmatch por equipos y un modo dominación en el que hay que controlar los «puntos de avanzada».

Para doblegar a las huestes enemigas en los 9 mapas incluidos (Titan Studios ya ha anunciado que en breve dispondremos de uno nuevo que podéis ver justo encima de estas líneas) tenemos cinco clases disponibles, cada una con sus puntos fuertes y débiles. Sobre el papel un equipo tendría que estar nivelado y la opción más habitual es que haya cabida para todos. Sin embargo la realidad del juego nos dice que hay clases como el trabajador que, si bien parecen estar enfocadas a la recolección de recursos, cuando obtienen mejoras se convierten en máquinas de destrucción masiva. Otras, como los arqueros y magos, que tendrían que mostrar su potencial apocalíptico en la lucha a distancia, se revelan como poco útiles en todos los aspectos del combate. Las otras dos clases, las huestes de Rouco y los mercenarios, mantienen junto al currela el balance más positivo.

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En conjunto, todas estas peculiaridades hacen que en la realidad haya dos clases cuya función es realmente limitada durante las partidas y que el vencer en un combate igualado en cuanto a jugadores sea realmente complicado. El aspecto positivo es que no hay batallas fáciles y cada victoria cuesta sudor y lágrimas; el negativo, que apenas existen partidas rápidas y dinámicas con las que entretenernos diez-quince minutos.

Aún con sus problemas y sus limitaciones, creo que todos solucionables mediante actualizaciones de software, Fat Princess resulta un juego entretenido, fresco y muy competitivo, pero que podría haber dado mucho más de sí. Y no, la excusa de que cuesta «sólo» 15 € no nos vale.

  1. Siempre he estado tentado de pillarlo, pero con la que viene encima, voy a empezar a ser un poco más selectivo. Estoy seguro de que me encantaria, pero no quiero tener juegos colgados sin aprovechar y hay que invertir bien en estos meses. Buen analisis!

  2. Buen analisis! Aunq difiero con el tema del lag. Personalmente desde q salió el parche es raro las veces q he tenido lag, y en las pocas q ha aparecido la tortuga me he desconectado y he buscado otra partida.

    Y lo de desconectarse cuando se va el anfitrion creo q la mitad de las veces ha vuelto al menú y la otra mitad ha encontrado satisfactoriamente otro anfitrion para seguir.

    De lo demás, concuerdo en mayor o menor medida, pero esencialmente es como dices.
    Las partidas se hacen largas por la dificultad que comentas, pero eso generalmente es por q se juega con gente q va a su rollo. Hacer un ataque con varios colegas (sabiendo lo q se hace) y lograr entrar en el castillo, mientras todos escoltan, hace que las probabilidades de salir echando leches con la princesa suban un monton, por más que hagan respawn justo al lado.

  3. Pingback: Análisis de Fat Princess para PSP | Akihabara Blues

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