Una semana jugando en un sillón de escritorio

Hemos escrito y hecho vídeos en AKB sobre casi cualquier cosa, todo tipo de juegos y todo tipo de cacharros con los que jugar a esos juegos. Hemos hablado de jugar y de con qué jugar pero nunca nos hemos parado a pensar en sobre qué jugamos, en esas sillas de escritorio que nos aguantan durante largas horas de vicio y trabajo.

Ofisillas

Durante la última semana he estado sentado en la totalidad de mi tiempo libre en la silla Treviso que los amables muchachos de Ofisillas y Homy nos enviaron. No os voy a mentir, me quedé un poco confuso cuando surgió la oportunidad de «analizar» una silla, pero de todo hay que hacer en esta vida y me vale para tener la oportunidad de recordar que tan importante es que un juego sea de nuestro agrado como que lo podamos disfrutar durante horas sin acabar con una contractura por jugar en una silla de comedor (me ha pasado).

Viendo la silla Treviso y con ese nombre de mueble de la posguerra que tiene cuesta ver su hueco en una web que habla en un 99% de videojuegos, pero si echáis un vistazo a lo que los true gamer gustan de llamar sillas para gaming veréis que la única diferencia entre esos artilugios y la silla que tenemos entre manos es que al menos la de Ofisillas no es una horterada. Irá en edades y generaciones el querer que la decoración de nuestro cuarto tenga un estilo más moderno o algo más sobrio, pero es innegable que cualquier cacharro con la coletilla gamer termina siendo una aberración en términos de diseño rozando la cutrez más barroca. El Treviso es un sillón o silla de escritorio de cuero en negro y plateado que queda mejor en una habitación de persona adulta seas jugador u oficinista. Para muestra de que las diferencias son meramente publicitarias aquí teneis el Treviso y aquí una silla gamer

Los materiales y acabados no desagradan para nada a pesar de que la estructura de los reposabrazos y las patas son de un plástico duro con una pintura plateada que podría no ser tan premium como un esqueleto metálico pero que da el pego y se aprecia bastante duradera. El soporte entre patas y asiento lógicamente es metálico y ajustable para distintas alturas desde los 41 hasta los 50 centímetros de distancia hasta el suelo. Si vuestro escritorio queda por encima de esa medida no sería recomendable su adquisición ya que tener los brazos a la altura de la mesa en un ángulo de 90 grados es lo ideal para no desarrollar malas posturas o lesiones con el tiempo.

La silla viene totalmente desmontada de fábrica pero no llevará más de 15 minutos montarla con el sencillo manual que incluye. El precio de la Treviso es de unos 189 € en Ofisillas y aunque a mi me pareció una barbaridad pagar eso por una silla una sencilla labor de investigación me ha descubierto que el mundo de las sillas de escritorio no es para bolsillos débiles y que las llamadas sillas gamer que igualan en calidad a esta silla más sobria sobrepasan de largo esa cantidad.

Después de 10 años en la misma silla desgastada he de reconocer que me agotan menos las sesiones largas delante del PC o con la consola en esta Treviso, tampoco he probado todas las sillas del mercado para asegurar que esta sea de las mejores pero de que es una buena compra no me cabe ninguna duda y por lo que he comentado con amigos que en su día decidieron pasar de la silla delgada de escritorio al sillón más voluminoso el mundo es otro totalmente distinto. Si estais pensando en darle un descanso a vuestra espalda esta Treviso cuenta con nuestro sello de calidad.

  1. Por ahora estoy contento con la silla de Ikea que me regaló mi padre hace dos años, pero tu artículo me ha servido especialmente para concienciarme de la importancia que tiene algo como el asiento en esto.

    Son muchas horas las que pasamos escribiendo todos los días y necesitamos cuidarnos la espalda y hacer ejercicios para no caer en lesiones que nos impidan hacer lo que nos gusta.

    De verdad, me ha gustado mucho el artículo, creo que merece más la pena gastarse 180 que 100 en una silla que otros muchos otros gastos que tenemos. Al final, es apostar por salud y futuro.

    Y sí, las sillas gamer que posiblemente todos querríamos si tuviéramos quince años son un poco horteras.

    ¡Saludos, Marco!

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