Oninaki, el tercer juego de Tokyo RPG Factory, el estudio que vino para volver a poner de moda los JRPG de la década de los 90, se acaba de poner a la venta. Después de los correctos I am Setsuna y Lost Sphear, Oninaki se desmarca de los combates por turnos activos para pasar a ser un Action RPG.
La muerte es sólo el comienzo
¿El joven estudio de Square-Enix habrá encontrado la fórmula que tanto ansía? Oninaki está ambientado en un reino en el que se cree en la reencarnación, por lo que la muerte está presente en el día a día. Para sus habitantes el morir es simplemente el comienzo hacia una nueva vida. Sin embargo, aquellos que hayan fallecido se quedarán en “espera” en una de las dos dimensiones en las que nuestro protagonista puede ir, si el mismo fallecido o su gente cercana tienen algún tipo de remordimiento o pena.
Y ahí es donde entra el jugador, ya que Kagachi (nuestro héroe) forma parte de los Watchers, que se encargan de buscar a estas almas perdidas para conseguir que cumplan con el ciclo de reencarnación, de una manera u otra, ya que se corre el riesgo de problemas mayores.
Como ya he mencionado, todo este tema de la reencarnación es el tema central de Oninaki. Vamos a ver muchas muertes, unas más gratuitas y otras más naturales, pero todo con una naturalidad que hay veces que puede resultar demasiado mórbida. Sí, estamos ante un juego que trata temas bastante adultos y morales que sorprenderá al jugador durante buena parte de la aventura. Y digo buena parte porque la historia hay veces que da la sensación de no estar bien contada. Este elemento y ver cómo los personajes principales de la aventura son bastante planos y olvidables, son algo que en un JRPG es casi un crimen que no estén a la altura.
Muchos destellos y sombras
Sinceramente me ha parecido un título muy asequible si nos referimos a su dificultad. Oninaki es básicamente un action RPG en el que hay que matar a todo bicho viviente, acompañados de unos espíritus conocidos como Daemon (como si fueran los Persona de dicha saga). Siguiendo con estos entes, nos encontraremos unos cuantos en nuestra aventura del que podremos llevar hasta cuatro a la vez, pudiendo alternarlos rápidamente con el stick derecho.
Cambiar de Daemon en pleno combate nos servirá para salir airosos de cada enfrentamiento, ya que estos tienen un estilo de lucha diferente (unos utilizan armas pesadas mientras que otros atacan a distancia, por poner un par de ejemplos). Además, cada uno tiene su propio árbol de habilidades para ir consiguiendo nuevos ataques, así como potenciar sus atributos.
Esto es el mayor acierto de Oninaki, cómo se ha planteado la utilidad de los Daemon, o por lo menos es dónde se nota que los desarrolladores le han puesto más empeño. Pero, así como mejorar a los Daemon es primordial, el mejorar armas no me ha hecho mucha falta. Digo esto porque en un principio parece que va a ser una mecánica con cierta importancia (obtener armas repetidas para mejorar una de ellas), pero la mejor parte se lo ha llevado el sistema de Daemons. Por cierto, la obtención de objetos se basa en recoger lo que dejan los enemigos, porque no hay tiendas para comprarlas. No hay apenas comercio más allá de transmutar armas para mejorar las que queramos. Y no, ni siquiera venden pociones.
El elemento diferenciador en el transcurso de la aventura que he encontrado es la posibilidad de cambiar de las mencionadas dimensiones de los escenarios, una de ellas en el plano “normal” y el otro es una especie de limbo/plano de los muertos donde la ambientación tiene un toque más oscuro. De esa manera, por ejemplo, podemos acceder a lugares que no podríamos en el otro plano, no sin antes derrotar al “mini jefe” que custodia la entrada, por lo que nos va a tocar explorar bastante cada uno de los muchos escenarios que hay. Ni que decir que la dificultad en general no es muy alta, más allá de utilizar un Daemon que tengas débil en ese momento para entrenarlo, debido a su falta de habilidades.
Lo que sí que nos hará sudar más de una vez, sobretodo si andamos poco abastecidos del límite de pociones que podemos recoger, son los jefes. Y es que estos enfrentamientos se puede decir que, jugablemente, es lo más brillante de Oninaki. Memorizar patrones, cambiar de Daemon rápidamente para aprovechar sus ventajas, esquivar y utilizar nuestros especiales de forma inteligente, es lo que nos hará derrotar a estos duros enemigos que más de una vez nos pondrán en apuros. Una pena que sus diseños se repitan más de lo que quisiéramos.
Gráficamente es bonito. Es cierto que tampoco se puede decir que destaque (hay una falta alarmante de diseños de personajes y enemigos), pero llama la atención lo suficiente para satisfacernos. Pero hay otro apartado que, estando Square-Enix detrás, me ha resultado decepcionante. Se trata de una banda sonora de la más anodinas de la compañía. No es mala, pero sinceramente no destaca.
En definitiva
Muy buenas bases, el sistema de combate es más divertido de lo que parece en un primer momento, el trasfondo argumental es muy interesante y artísticamente es muy agradable para la vista. Sin embargo, hay una ligera sensación de que la ejecución podría haber sido mejor. No lo voy a negar, a la mayoría de gente, Oninaki, les va a resultar un juego repetitivo, tedioso y monótono a pesar de sus aciertos.
Aún así Oninaki gustará al fan del género, e incluso al jugador que se inicie en él. Si obviamos que esté en inglés, que su temática argumental puede no ser para todo el mundo y que la banda sonora “sólo” es aceptable, tenemos un título bastante equilibrado aunque no destaque en nada. Quizá en Tokyo RPG Factory tengan demasiada carga de trabajo, ya que Oninaki es el tercer JRPG que sacan en tres años.
Si una eminencia como Rieko Kodama dijo que para hacer un sólo juego de este tipo de género se necesitan mínimo dos años, creo que el estudio de Square-Enix necesita algo más de tiempo para crear el título que realmente desean hacer. [70]
Lo mejor
- Buena duración
- El sistema de los Daemon
- Toca temas interesantes
- El estilo artístico
Lo peor
- En inglés con voces en japonés
- Salvo unos pocos combates, es un juego fácil
- Repetitivo
- Algo “roto” cuando abusamos de los ataques especiales
- Se echa en falta un modo multijugador cooperativo
A mi el juego me está gustando, la verdad. Es cierto que se nota que no han puesto toda la carne en el asador, pero es divertido y la historia al menos se aleja de las «niñerias» que suelen darnos los JRPG y se vuelve bastante adulta y seria.
Gran analisis!